Los Que Cayeron Del Cielo

Cap. 13

Narra Sorey.

Definitivamente había escuchado toda la platica con Rose. Él dormía en la cama y yo en el piso. No pretendía despegarle el ojo de encima,si algo era cierto, era que el llorón buscaría la forma de escapar.

Podía escuchar sus sollozos.  Sí ese niño no se detenía ahora, yo tendría que largarme a comprar una lancha.
Daba pena, pero preferí ignorarlo,  hasta que lo escuche sorberse la nariz y murmurar cosas extrañas. El piso no era lindo,  me dolía la espalda y este muchachito no se callaba.
—cierra la boca— grite y el fingió dormir— no te hagas al dormido llorón —me lanzo una almohada y se cubrió cual oruga con la manta—idiota— respondió.
—¿que te hace creer que el idiota no eres tú? .  No paras de llorar desde que te conocí— creo que di al clavo porque de inmediato se sentó sobre la cama y comenzó a mirarme como si mi cara tuviera todas las respuestas del mundo.
—Lo eres! —lanzó otra almohada y yo le agradecí. Grito, exasperado y comenzó a lanzarme todo aquello que pudiera arrojar. —vete al demonio,¡maldito¡.
—un ángel,  no invoca al demonio, amigo— se congeló.  No creyó que yo supiera su pequeño secreto— ¿como lo sabes?
—ahora me atacarás con tus poderes chillones?— no le causo gracia, se bajo de la cama y me acorralo contra la pared—¿como lo sabes?—repitió —¿porque crees que un Hyoma te quiere mocoso?, ¿para vender tus órganos?—comencé a reír.— alguien como tu vale mucho dinero,  ¿piensas que me daré por vencido por un berrinche como este?.

Al segundo que dije esto,  el me tomo de la camisa, me miro a los ojos y lo que hizo fue el doble de extraño de lo que había sido todo ese espectáculo.
Era la mejor sensación que pude haber experimentado en toda mi maldita vida,  y eso que he tenido  sensaciones fuertes y salvajes,  desde que tengo memoria. Esto era diferente.  Era otro mundo. El beso desolado y lleno de dolor de un ángel.

Aquella sensación se esfumo tan rápido como llegó, Mikleo me observaba a los ojos,  ya no lloraba, mas bien parecía haberse resignado al fin, sabia que ya no había mas que hacer.
—no me mal intérpretes— su voz era tranquila y triste— nunca he dado un beso,  se que después de que me entregues al comprador ya no habrá nada para mi,  así que...
No pude escuchar el resto de lo que me diría, me encontraba atacando sus tersos y suaves labios como si no hubiera un mañana. Poco me importo si no se trataba de una mujer con atributos excelentes, como las anteriores mujeres a las que mataba a besos,  este era un caso diferente.
Quiso deshacer el beso,  pero se lo negué. No sabia que estaba buscando,  sí se había arrepentido a ultima hora de lo que el había iniciado o si tenia una enfermedad veneria.  Aunque a este nivel del juego el rifle ya se encontraba listo y cargagado.
—o.. Oye!— apenas y le di tiempo para respirar—no quiero acostarme contigo— comenzaba a quitarle la camisa cuando me dio un manotazo y trato de escabullirse de mis brazos, —tu fuiste el que me besó—resongué
—te bese porque no quería que mi vida se acabará sin dar mi primer beso, ¿piensas que eres el único con planes?
Se acomodo la camisa y lo vi caminar hasta la cama donde se acostó y dijo— además,  ¿deberas crees que me acostaría con alguien como tu?
Definitivamente, esta noche no me quedaría sin usar el rifle en ese lindo agujerito suyo. Mikleo iba a recibir la factura de lo que había iniciado.