Cap. 14

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Me sentía triste y acabado. Como hombre uno espera usar su arma letal cuando quiere. Dios me perdone por este pecado tan grande, que he cometido.
—deja de lloriquear—decía Rose— no fue tan grave, además ese chipote parece un lindo cuerno en tu cabeza. Incluso ¡Te hace ver mas rudo!
—parezco un unicornio- me sentia estupido con aquella protuberancia en mi cabeza.
—sí quieres le puedo pedir a Mikleo que te haga otro.
—cierra la boca.

Mientras yo me convertía en un mágico ser. Mi martirio se hizo presente.

—que bien te vez hoy—le dijo Rose— luces muy feliz— el sonrió ladino
— ¡claro que si!,  aunque siento lo de la lámpara
—oh no importa
—y lo del reloj y lo del cajón de calcetines.
—no te preocupes, todo fue por una buena causa— esa loca comenzó a carcajearse mientras yo sostenía una bolsa de hielo sobre mi cabeza.

Anoche,  después de que Mikleo me robara un beso. Trate de hacerlo responsable por lo que me había causado en la zona baja de mis pantalones. A pesar de haber estado flojito y cooperando durante el beso,  el muy maldito no quiso que lo tocara después de eso,  así que me lanzó una lámpara a la cabeza. Para mi fortuna logre esquivarlo,  sin embargo no el cajón,  así fue como me convertí en un mítico unicornio.

El muy desgraciado se sentó frente a mi y me sonrió de manera cínica,  creo que ya se había dado cuenta de mi punto débil.

—¿Te iras? —pregunto Rose preocupada—aun no,—Mikleo me miró atento— aun le debo dinero a Edna y a su hermano,  esos dementes hicieron explotar la pared de un hotel.
—vaya,—dijo ella sorprendida—¿que hay con esas ancianas que arrollaste?
—¿Las arrollaste de verdad?—el llorón se atoro con la leche.
—No,  de mentira- espeté con sarcasmo.

—Les paso el carro por encima unas dos veces— respondió Rose—es por eso que le debe tanto a Edna y a su hermano. Para su fortuna esas mujeres resultaron ser  mas fuertes que el acero,  si no estuviera...
—Muchas gracias por la información Rose, pero Mikleo no necesitaba saber eso.
—De hecho- comentó- Creo que no le he contado sobre tu primera novia ¿como se llamaba?

Esta mujer hacia que mi pequeño chipote palpitara de dolor—¿Alessa? ¿Alexia?—mientras hacia memoria caminaba frente a mi de forma torpe intentando burlarme. —¡Alisha!—dió un brinco y me miro retante
— Deberías escuchar esa historia Mikleo
—¡Por Dios,  cierra el pico!— le lance una tortilla del desayuno y ella comenzó a parlar cual chachalaca,  haciendo reír al niño chillón mientras yo sufría,  victimizado a causa de las estupideces que salían de la boca de mi ex amiga.

Esta loca me las pagaría...

Los Que Cayeron Del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora