9- Petición

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-¿Quién te crees que eres para quedarte con mi mujer? ¡Snivellus!

Severus miró con rabia a James mientras se acercaba a él amenazadoramente.

-¡Soy alguien que la respeta y no va restregándose con la primera furcia que le aparece!

James frunció el ceño irritado.

-No, es verdad. Solo eres alguien que se atreve a llamarle <<SANGRE SUCIA>> ¿Verdad? No sé cómo te ha podido perdonar pero no creas que por eso va a ser tuya. No la vas a alejar de mí, Snivellus. Lily es MÍ esposa. Te gané. Acéptalo de una vez.

-Lily no es un trofeo que se pueda ganar, Potter. Y pienso hacer lo que sea para alejarla de ti.

James sacó su varita desafiando a Severus.

-Ya no tenemos 15 años y hace mucho que dejé de comportarme como tal. Guarda tu varita. Este no es sitio para pelear.

-¿Ya te has rendido? –Se burló James. –Era de esperar.

Seguía con la varita en alto, apuntando directamente al pecho de Snape.

-Creí haberte dejado claro que no soy el mismo de antes. No quiero peleas, Potter, o saldrás muy mal parado de ellas.

James soltó una risa burlona que molestó profundamente a Snape.

-Probémoslo.

Empezó a decir las palabras de un conjuro mientras apuntaba directamente a Snape. Todos los presentes quedaron impactados con lo que acababan de presenciar. Nadie se esperaba que la rivalidad que mantenían les fuera a llevar hasta esa situación.

-Expuls...

Severus no se movió de su sitio ni sacó su varita. Simplemente se concentró y penetró en la mente de James.

De repente, la varita de este cayó al suelo y él se sujetó la cabeza cayendo tras ella bruscamente. Severus había manipulado su mente hasta tal punto de hacerle temblar de dolor.

-Por favor. Para. –Murmuraba James entre las bocanadas de aire que debía tomar para no asfixiarse.

Snape no cesó en su tarea de torturarle mentalmente. Le miraba a los ojos con una mueca de profundo odio y una media sonrisa de victoria.

-Está bien, Severus... Lo siento. –A James le costaba pronunciar esas palabras, pues en realidad no lo sentía, lo único que deseaba era que cesara el dolor.

-¿Ahora es Severus? ¿¡Ahora que sabes que soy más fuerte!?

-Lo siento...

-¿Lo sientes por qué? ¿Por todas las burlas y los años de tortura que me hicisteis pasar? ¿O por haberme arrebatado a la única persona que he sido capaz de amar? A Snape se le empezaron a humedecer los ojos pero se mantuvo firme en su postura e hizo parar el sufrimiento de James. –Jamás te lo perdonaré, Potter.

James estaba de rodillas en el suelo respirando dificultosa mente. Ninguno de sus amigos presentes quiso entrometerse en la disputa, puesto que era un tema que debían arreglar ellos. Pero cuando Sirius vio lo que le estaba pasando a su amigo, intentó entrar a defenderle. Remus, al ver esto detuvo a Sirius del brazo.

-¿Pero estáis locos? –Les espetó la enfermera. –Sr. Potter. ¿Su esposa está convaleciente en la cama y a usted no se le ocurre otra cosa que armar jaleo cerca de ella? Venga, ¡Fuera de aquí ahora mismo!

James miró por última vez a Snape, quien estaba con el ceño fruncido aun en guardia.

Sirius y Remus ayudaron a James a salir de allí y los demás estaban en la puerta esperando a que salieran.

Sentimientos confusos ~Snily~ (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora