2- Reencuentros

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-Mira Canuto, ahí es donde le bajamos los pantalones a Snivellus.

-Es cierto James, éramos unos críos.

-O vamos, ¿Me vas a decir que no fue divertido?

-Sí, sí que lo fue.

Ambos siguieron caminando y riéndose recordando sus años en Hogwarts hasta que al entrar nuevamente al castillo, en uno de los pasillos se encontraron con un hombre llevando en brazos a duras penas a una mujer. Se dieron cuenta de que ese hombre era Remus J. Lupin, también conocido como Lunático, su otro mejor amigo.

La mujer que sostenía era Ninphadora Tonks, su esposa, y estaba gravemente herida. Ambos le ayudaron a llevarla a la enfermería donde les atenderían enseguida, puesto que la mayoría de los pacientes gravemente heridos habían sido trasladados al hospital de San Mungo.

La enfermera les dijo que no se preocuparan que estaba grave pero no era imposible de curar, que en unos días volvería a andar y reír como si nada hubiera sucedido.

-Mientras tanto, usted profesor Lupin, también debería acostarse en esta otra cama y descansar mientras le traigo unas pociones.

-Muchas gracias, Madamme Pomfrey.

La mujer se fue y Lupin no se separaba de Tonks. Le dio la mano y con cariño le acariciaba el rostro mientras le murmuraba palabras de aliento. Ella estaba inconsciente, por lo que no podía escuchar nada pero él no dejaba de hacerlo.

-Cariño, saldrás de esta. Te lo prometo. Estaré a tu lado y cuidaremos juntos de nuestro pequeño Ted.

James miró a Sirius desconcertado.

-¿Has tenido un niño Lunático?

-Sí, James y tú hijo es su padrino. Se llama Ted y es igualito a su madre.

Sirius pasó a contarle todo lo sucedido a Lupin y este se alegró de volver a tener a su lado a sus dos mejores amigos de la infancia.

-¡Los merodeadores han resucitado! Nunca mejor dicho.

                                                                    ***



-¡Profesor Snape! ¡Profesor Snape!

El profesor comenzó a abrir los ojos con pesadez. Estaba respirando pesadamente, pues había vuelto a tener una pesadilla y las heridas de su cuello no ayudaban a que pudiera respirar con tranquilidad.

-Ha vuelto a tener pesadillas. No se preocupe, se está recuperando muy rápido para las heridas que tiene. Aún no debes tomar la pócima, por lo que te he traído este zumo de calabaza. Tome, le sentará bien. Le aconsejo no tomar nada solo hasta dentro de unos 4 días. Puede ser muy peligroso.

Dejó el zumo en la mesita. Snape hizo una reverencia con la cabeza en forma de agradecimiento y la señora se fue dando paso al profesor Dumbledore quien cruzó su mirada con Snape.

-Prof- Tosió para aclararse la garganta, ya que aún no podía hablar con normalidad- Dumbledore, ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo es que sigo vivo?

-Conseguí llevar acabo nuestro plan y pude salvarme de tu maldición, por lo que cuando Harry desapareció de la habitación, creyéndote muerto, yo llegué para socorrerte. La verdad, fue un golpe de suerte, puesto que dos segundos más y no se hubiera podido hacer absolutamente nada.

-Gracias.

-No las des, todo es gracias a ti.

-Harry...-Dijo en un susurro. –Si usted se encuentra aquí y no fuera luchando, quiere decir que la guerra ha acabado. Por lo que, uno de los dos o ambos han muerto. Dígame profesor, ¿Harry ha...?-Su voz se quebró por el esfuerzo y por el miedo a oír la respuesta.

Sentimientos confusos ~Snily~ (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora