12- Titular enloquecedor

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El comienzo de las clases estaba cerca. Solo quedaban 24 horas para el gran día de apertura y los nervios se sentían en el ambiente del colegio y también, el entusiasmo de saber que un nuevo curso se aproximaba sin temores ni profecías malditas. El mal se había erradicado y el mundo mágico estaba mucho más tranquilo, al igual que el mundo muggle.

Todo el mundo sonreía por los pasillos de Hogwarts de camino al gran comedor como todas las mañanas para el gran banquete de desayuno.

Los alumnos que ya se encontraban en Hogwarts estaban impacientes, pues esperaban con ansias la llegada de sus compañeros y amigos que habían decidido volver a sus casas.

En una de las grandes mesas, se encontraba Harry junto a sus amigos y sus familiares desayunando. Por el gran portón entraron varias lechuzas que traían el correo y los ejemplares de <<El quisquilloso>> y <<El profeta>> como cada mañana.

A algunos les caían los periódicos del profeta con sus absurdas noticias, mientras que a Luna le cayeron unos cuentos del quisquilloso que compartió con sus amigos.

-¿Habéis visto? Kingsley Shacklebolt ha sido nombrado el nuevo ministro de magia. –Exclamó Neville con entusiasmo.

-Sí, pero es solo temporalmente. Aunque, personalmente creo que debería asumir ese cargo definitivamente. –Expresó Hermione.

-Yo también lo creo. Mirad, también habla brevemente sobre la apertura del colegio. Tu padre hace un gran trabajo con el periódico, Luna. –Le felicitó Harry.

-Muchas gracias. –Contestó ella risueña.

-¿Qué son los Torposoplos? –Preguntó Ron.

-¿Los qué? –Le preguntó Molly a su hijo sin entender.

-Son criaturas invisibles que entran en tu cabeza y confunden tu cerebro. –Contestó Xenophilius que en ese momento llegaba a sentarse al lado de su hija. –Solo los podréis ver con estas gafas especiales creadas por mi hija y por mí.

-Es cierto. Luna me encontró una vez gracias a ellos.

Severus Snape, que ocupaba su puesto en la mesa de profesores, se levantó con tranquilidad y avanzó por el gran comedor pensativo sumido en sus asuntos.

Lily se extrañó al ver el comportamiento de su amigo, pues normalmente él no pasaba por su lado sin saludarle, por lo que decidió seguirle, ya que también quería pedirle su opinión sobre lo que tenía preparado para su primera clase.

Se levantó con cuidado de la mesa sin apartar la mirada de la entrada.

-Tengo irme. Nos vemos más tarde. –Dijo con una gran sonrisa en su rostro.

- ¿A dónde vas tan pronto y sin haber tocado a penas tu desayuno? –Le preguntó Molly con preocupación.

-Tengo que pedirle a Severus que me ayude con la preparación de las clases. Ya sabéis... No quiero hacerlo mal.

-Lo harás estupendamente. –La animó Remus. –Pero después nos tendrás que compensar acompañándonos a las tres escobas.

Lily vio que no aceptaría un no por respuesta, así que aceptó alegremente.

Cuando se giró para salir corriendo tras Severus casi se choca con Hagrid.

-Hola Lily. –Le saludó él muy amigablemente, como de costumbre.

-¡Hola! Te veo muy bien, Hagrid.

-Estupendamente.

Ella se alejó, mientras él se dirigía hacia los chicos.

Sentimientos confusos ~Snily~ (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora