Mi Unico Propósito (Harry Potter y tu)

11| ¡Gryffindor! ✓

El resto del viaje, después de vestirme, estuve esperando a Ron y Harry ya que ellos aún seguían vistiendose. Pero pronto el tren se detuvo y todos los estudiantes salieron de los compartimentos como alma que lleva el diablo.

Me recargue en el muro impaciente por salir a conocer las afueras de Hogwarts, los chicos se tomaban su tiempo allí adentro. Había escuchado que afuera había una neblina muy densa que se había formado por la humedad y también podía escuchar los gritos de un hombre que daba indicaciones. Solté un suspiro y mire el pasillo del tren casi vacío, ¡Percy!, pensé recordando lo que me había pedido antes de ir a la estación King's Cross.

   —Ron, los espero afuera del tren —informe a mi hermano con prisa.

Casi tan pronto como lo había dicho su cabeza pelirroja salió de entre las cortinas y me miro con súplica. No quería que me alejará de él, me lo dijo en casa y me lo dijo cuándo veníamos en camino, justo ahora me lo estaba demostrando, pero esto era importante si se trataba de Percy, quien no me dirigía mucho la palabra en casa.

   —Mamá dijo que no te alejarás de mi lado —me dijo volviendo la mirada al compartimento—. Casí salimos... espera un poco.

   —Ron, es importante —afirme emprendiedo marcha fuera del tren.

⚡

   —Sí, escuche que la chica esa está aquí —me codeo Zeth alzando y bajando las cejas.

   —Y debería importarme porque... -averigüe riendo al mismo tiempo que tomaba mis cosas para salir del compartimento.

   —Es hermana de los Weasley —finalizo Zeth saliendo del cuarto sin esperar—. Oh, y no sólo eso —se detuvo a medio del camino sonriendo con picardía—. Es la chica de la que tanto hablan, la de la maldición esa.

Después de hacer un ademán con la mano se fue sin siquiera esperarme, tenía prisa, según él.

Aunque lo que me había dicho sonaba en extremo tentador no me iba arriesgar a meterme con la hermana de los gemelos Weasley, con cualquiera menos con ella.

⚡

Las pisadas apresuradas de Catherine resonaban por todo el tren, que ya estaba casi vacío. Pérdida en sus pensamientos siguió corriendo.

   —Necesito hablar contigo antes de que todos suban a los botes... es... es importante —recordó Catherine sin mirar por donde pisaba o a quien empujaba.

Casi podía adivinar de que quería hablar su hermano. Aún pérdida en sus pensamientos alcanzó ver a alguien que se detenía a mitad del camino, demasiado tarde se detuvo y por efecto de la velocidad a la que iba logro tirar al chico que se interpuso en su camino.

   —Lo siento —se disculpó la pelirroja ayudando al joven a levantarse.

Este tomo su mano y se levantó. Catherine observó detalladamente al chico, su castaño cabello rebelde que caía sobre su frente, su nariz respingada, sus ojos color avellana, sus labios carnosos color carmesí y sobretodo esa extraña finta de buen chico. Catherine además no tardo en notar lo alto que era el joven, un castaño muy apuesto a su parecer, sus ojos siguieron bajando hasta encontrarse con sus manos que aún seguían tomadas.

Soltó la mano del castaño de inmediato y sintió sus mejillas arder. El chico sonrió ante la acción de la chica mirándola tal y como Catherine había echo momentos antes.

   —Damian Campbell, un gusto —se presentó el castaño haciendo una reverencia. Catherine enmudeció ante la acción del joven y cubrió su boca apenada.