2| Obedece✔

3.9K 165 26
                                    

⚡

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De nuevo una pesadilla.

La pequeña se levantó empapada de sudor, retiro las sabanas que la cubrían y soltó al peluche que la protegía en sus sueños. Sus pies descalzos no fueron impedimento para que saliera corriendo al cuarto de sus padres, con respiración agitada y sus manitas sudadas giro el pomo de la puerta y camino a la cama de sus padres sin importar la oscuridad de la habitación. Se detuvo estando unos cuantos centímetros cerca de la cama mientras se  debatía mentalmente por cual de los dos bultos ocultos bajo las cobijas era su madre, no le dio más importancia, corrió a la izquierda en cuanto vio un par de dedos sobresaliendo de las cobijas y cayendo por el borde de la cama.

    —Mami, mami —susurró la pequeña tirando la mano de la mujer dormida.

Ya era casi costumbre que la pequeña despertara a altas horas de la noche a causa de esas pesadillas que constantemente tenía. Incluso hubo una vez en la que no pudo volver a dormir de nuevo, temiendo que los seres de sus pesadillas la buscaran, su madre, Sara, temió que se tratara del señor tenebroso o tuviese que ver con él, sin embargo grande fue su sorpresa cuando Catherine le hablo de esos seres, a quienes describió como enormes hombres dorados que no paraban de llorar mares de un liquido rojo que más tarde terminaba ahogándola. Sara de inmediato supo de quienes se trataba y descartó la idea de notificárselo al Ministerio.

     —¿Pesadillas de nuevo? —investigo Sara con voz somnolienta. La pequeña que comenzaba a darse por vencida dio un pequeño brinco al ver que su madre había despertado al fin.

   —No dejan de llorar, siguen diciendo que vendrán por mí... me aterran —lloriqueó Catherine.

Sara, que la veía aun recostada en la cama se enterneció al ver a la pequeña den vulnerable y no pudo evitar sentir culpa, la había alejado de su familia, eso sin mencionar que jamás había hablado con Catherine sobre sus verdaderos padres. Ya antes se había echo a la idea de que hacer todo aquello más tarde podría salvar la vida de la pequeña y que ademas era parte de su trabajo.

    — Son solo sueños, ya lo habíamos hablado pequeña, por favor vuelve a la cama.

Catherine se tenso, no quería volver a su cuarto, no quería volver a soñar lo mismo otra vez y mucho menos quería imaginar que mientras se encargaba de volver a dormir esos seres entraban por su ventana y se la llevaban. Pero tenía que obedecer, una parte muy importante que siempre tenía que tomar en cuenta mientras estuviese en esa casa era que siempre tenia que hacer caso a las ordenes de sus padres; por lo que a regaña dientes volvió a su habitación.

La colección de su padre siempre le había fascinado y si había algo que le encantaba hacer cuando se encontraba aburrida era ver su colección de monedas, todas de diferentes lugares y una que otra con alguna imperfección. Cuando la pequeña Catherine tenía tiempo libre solía buscar las cajas en las que su padre guardaba sus tesoros, como él les llamaba, las apilaba una sobre otra y después las dejaba caer, le encantaba el tintinear de las monedas al caer.

Mi Unico Propósito (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora