Mi Unico Propósito (Harry Potter y tu)

15| Los nervios de Harry y la cazadora veloz ✓

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Después de lo acontecido en la semana anterior Hermione se habia unido al trío, siendo bien recibida por Harry y la escarlata, aunque no se podía decir lo mismo de Ron, quien, aunque no la trataba mal por petición de su hermana evitaba dirigirle la palabra tanto como hacían Harry y Catherine.

Como era esperado noviembre no sólo traía consigo el primer partido de Quidditch sino también una fuerte nevada que había llegado a Hogwarts, aunque, era de esperarse, después de todo era lo que daba significado a los dos últimos meses del año, noviembre y diciembre, dándole fin a los fríos la llegada de enero.

Los rumores del primer juego de Harry se habían esparcido por toda la escuela, incluso los fantasmas hablaban del tema atravesando las paredes. Oliver había preferido que la noticia de tener a Potter como buscador fuera secreta pero pronto entendió que si del elegido se traba, nada podía mantenerse en secreto por mucho, por lo que le costó aceptar que no podrían usar el elemento sorpresa con sus contrincantes, los Slytherins.

Los entrenamientos no habían sido para nada sencillos, Wood se esforzaba en mantener a su equipo en forma para así asegurar su victoria. Siendo esta la misma razón, Hermione le prestó a Catherine su libro "Quidditch a través del tiempo" y ella más tarde, después de leerlo, se lo prestó a Harry, este último sin poder creer que había más de setecientas formas de romper las reglas en un partido. Así, Harry se habia puesto más nervioso, y no era para menos.

Catherine por otro lado intentaba mantener la compostura pero sus nervios siempre eran pillados por Ron, quien le daba unas palmadas en la espalda mientras le afirmaba cuán difícil le resultaría ocultar algo siendo su melliza.

—Les digo que debe ser Snape —replico Harry acercando sus manos al frasco de mermelada en el que, dentro y asegurado, bailaba un intenso fuego azul.

Catherine enarco una ceja y froto sus manos intentando entrar en calor: —No lo entiendo Harry, no creo que Snape pueda... Hacer algo así.

—Dumbledore confía en él, es evidente que no podría defraudarlo.

—Te lo digo en serio Hermione. Vez a los profesores como unos dioses, tan puros como los calzones de Merlín.

—Snape cogeaba y lo sigue haciendo en clases —insistio Harry—. Seguro tuvo que ver con el Troll.

Los chicos se encontraban en los patios, sin importar el frío que hacía habían preferido salir a quedarse en una Sala Común llena a tope de alumnos que iban de un lado a otro. Catherine y Hermione sentadas de frente, Ron y Harry de espaldas a la entrada al castillo, los cuatro haciendo un círculo entre ellos para conservar el poco calor que había en sus congelados cuerpos.

La escarlata entrecerro los ojos y oculatando su asombro le dio un codazo en las costillas a Hermione, quien soltó un quejido y al ver la razón del pequeño golpe oculto con velocidad el frasco de mermelada temiendo que estuviese prohibido.

—¿Qué ocultas Granger?

Por supuesto que al profesor de Pociones le parecería raro ver al pequeño grupo congelandose, teniendo en cuenta los lugares acogedores en los que podrían resguardarse. Pero esa tal vez no era la razón por la que Snape había ido allí. Catherine miro de pies a cebeza al hombre intentando averiguar que era lo que habia en él que a Harry le parecía tan raro, pero sólo pudo notar que Snape se paraba de una forma bastante inusual, uno de sus pies estaba ligeramente elevado del piso.

—¡Potter! Esta prohibido sacar los libros de la biblioteca fuera de las instalaciones.

El nombrado dio un pequeño salto al igual que los demás, Snape se acerco a Harry y sin pedirlo, este último le tendió el libro.