25-¡Maldito Karma!

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#3/?

Capítulo25. ¡Maldito Karma!

—¿Alba?

Trabajosamente me obligué a realizar contacto visual con Honoka que arqueó las cejas, expectante ante mi posible respuesta.

No comprendía la obsesión de mi estrecho círculo con especular sobre ciertos sentimientos románticos hacia mi pesado vecino estadounidense.

Únicamente me irritaba su falta de profesionalidad.

—¿Ahora mismo? Asco.

Y me incorporé tan de golpe que la bandeja mal puesta sobre la mesa se venció hacia delante. Los restos de comida se mezclaron que la pegajosa presencia del zumo. El golpe captó la atención de las mesas que rodeaban la nuestra y me sentí el centro de atención de una decena de adolescentes.

—¿No tenéis una patética vida a la que regresar? —Ladré antes de salir furiosamente de la cafetería.

Rayos, odiaba a los estudiantes, todos eran iguales y tenían las mismas aspiraciones: ninguna.

¡Estúpido, estúpido Hunter!

Lo único que incitaba en mí eran problemas. Mi vida era mucho más cómoda y organizada cuando él se encontraba fuera de la ecuación. Y todo porque estaba empeñada en solucionar el engorroso problema del amor.

No podía olvidar mi causa.

Pero ser altruista me estaba pasando factura.

Tenía que levantar unos muros mucho más sólidos entorno a mi persona si quería salir ilesa. La hermeticidad nunca había sido extrema y lo admito, pero ahora pensaba dedicarle más esfuerzo.

Estaba a punto de internar en el baño de las chicas para enfriarme los ánimos y limpiar los restos pegajosos de zumo persistentes en mis manos cuando una mano retuvo mi avance.

—¿Qué haces tú aquí? —Inquirí sin necesidad de volverme.

—Saliste corriendo de la cafetería —murmuró como si fuese obvio —pensé que... quizás necesitaras ayuda.

Me zafé de su agarre y viré sobre mis talones para encararlo, con expresión ceñuda.

—Tuya no desde luego. No necesito ayuda, Hunter, estoy perfectamente. Y ahora creo que tienes mejores cosas que hacer.

Y sin darle tiempo a replicar me colé en el baño, cerrando la puerta tras de mí con un golpe sordo. Por si en algún momento tuviera intención de seguirme, arrancarle las ganas de cuajo.

Pero al parecer mis intentos fueron en vano porque el chasquido de la puerta al abrirse resonó a mi espalda cuando me enjuagaba la cara.

—¿Mejores cosas qué hacer? ¡De qué demonios hablas! ¡Estoy aquí porque me preocupo por ti!

Lo ignoré deliberadamente pasando cuidadosamente los dedos por mis mejillas y con los ojos clavados en mi reflejo.

Pequeñas manchas rojas resaltaban sobre mi piel bronceada y tenía los ojos centelleantes de la ira. Me parecía a Helena Bonham en su papel de Bellatrix Lestrange.

Control, Alba.

Sheldon Cooper no pierde los estribos con facilidad. Debes controlarte. Mantén tus emociones a raya.

¡Maldito Karma! [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora