¡Maldito Karma! [✓]

36- Cara de culpable.

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Capítulo 36: Cara de culpable.

Durante unos años de mi vida, como ya comenté con anterioridad, había asistido a un psicólogo durante unos meses. Extrapolar mis pensamientos y expresarlos en voz alta nunca me había resultado un método eficaz para descargarme.

De hecho solía experimentar un fuerte sentimiento de debilidad, como si desentrañar todo aquello que me preocupaba frente a una persona supusiera perder parte de la fortaleza que me protegía de ella.

Por eso en el instante que comencé a narrar en voz alta todas las dudas con respecto al trabajo, los comederos de cabeza en los que me encontraba sumergida día y noche, las pesadillas que me perseguían y el estrés que empezaba a crisparme lo hice en voz débil, sin levantar la cabeza de mis manos apretujadas.

Pero, para mi sorpresa, progresivamente fue sintiendo como la carga se aligeraba. El peso que sometía mi ánimo dejó de ser tan intenso y el vacío menos aterrador.

Me animé y seguí relatando, con mayor fluidez y de vez en cuando echando ojeadas al chico que me escuchaba en silencio, asintiendo a ratos, frunciendo las cejas con confusión en ciertos puntos.

Casi resultaba graciosa la cara de total concentración, que mostraba el gran esfuerzo que hacía para comprenderme aunque hablase atropelladamente en un idioma distinto al suyo materno.

Cuando acabé me sentía confusa, mareada pero inmensamente más tranquila.

Me había desahogado y aunque Hunter no fuera capaz de darme ningún consejo referido a mi situación el simple hecho de haberse parado a escucharme resultó de gran ayuda.

Rayos, incluso podría decirse que después de aquello me sentía más atada emocionalmente al espécimen de origen estadounidense que tenía frente a mis narices.

Hunter se removió incómodo cuando posé mi mirada sobre él, interrogante, casi ansiosa por saber lo que diría a continuación.

—¿Sinceramente? —elevó las comisuras de los labios— No sé que demonios decirte... salvo que... yo que tú, no dudaría de ti. Comprendo que estés agobiada, pero eres muy inteligente Alba, debes confiar que lo sacarás. Yo sé que lo harás.

Resollé, negando con la cabeza, casi incrédula.

—Admiro la confianza depositada en mí, pero yo no estaría tan segura. Aparta la mano de se fuego, a riesgo de quemarte. Quizás... no pueda enfrentarme a eso.

La sonrisa esbozada por Hunter se metamorfoseó a un gesto pensativo. Presionó los labios y sacudió la cabeza ante mis palabras.

—Lo que te hace falta no es ser más inteligente, lo que no tienes ahora mismo es actitud, Alba. Si estás tan segura de que vas a fracasar lo harás.