Cap 36

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Hoolaaaa chicaaas comoo taaan?? quieren maraton de 1/? comenten y voten besooos

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–Justin... tonto despierta–Cameron movió lentamente su brazo.
–¿Eh?–Abrió lentamente sus ojos y vió a Cameron observándolo fijamente.
–Tienes el sueño pesado. ¡Levantate!
–¿Qué hago aquí?
–Te quedaste dormido diciendo: "Estoy seguro de que Victoria me engaña, de seguro por eso faltó a nuestra cita" y a los minutos decías: "Mi Victoria, ¿cómo puede ser tan perfecta? de seguro tuvo problemas con alguna cosa y no pudo venir, o quizás ayudó a Nicol, mi amor, siempre tan buena, preocupándose por los demás"–Fingió una voz grave. Él rió a lo bajo.
–Me duele la cabeza.
–Te tomaste unos cuantos tragos.
–Oh... disculpa, pero no tenía a donde ir, no quería ir a casa y ver a Victoria. –Menos mal que era sábado, y no tenía que ir a trabajar.
–Tranquilo, pero ya es hora de que vuelvas a casa. Quizás Victoria esté preocupada.
–No tengo ganas de ir...
–¿Por?.
–No sé, el otro día, llamaron a Victoria, era un tal Liam.
–¿Liam?
–Sí, según Victoria es primo de Nicol, pero ni le creo.
–Lo mejor será que le preguntes a Nicol para salir de dudas.
–Tienes razón, te llamaré.
–Está bien...–Cameron se despidió de Justin–Espera.
–¿Sí?
–Cuentas conmigo para todo, espero que las cosas con Victoria se solucionen, no te des por vencido.
–No lo haré –Sonrió.

Al llegar a casa, vaciló unos minutos... quería saber quien rayos era Liam.
Pero no, quizás Victoria esté con Nicol. Tendría que llamarla en la noche. Sacó las llaves y abrió la puerta.

Victoria sintió la puerta abrirse, sin pensarlo dos veces bajó casi corriendo las escaleras.

–¡Justin!–Exclamó a penas miró por las escaleras. Sonrió con alivio, bajó rápidamente y lo abrazó. Ninguno de los dos dijo alguna palabra.
Él solo contemplaba a su esposa, aspirando su aroma, sintiéndose en las nubes y ella, simplemente estaba feliz de saber que Justin estaba bien.

Él por fin iba a decir algo, pero ella, sin ternura y con arrebato total lo besó.
Lo amaba, y ahora se estaba dando cuenta de lo alejada que había estado de Justin.
Sin delicadeza alguna,Victoria tomó las manos de Justin y las condujo a su trasero.

–Llévame arriba –Ordenó ella. Él no se limitó a hablar y simplemente la llevó a donde quería.
No despegaron sus labios ni un segundo. Victoria rodeó la cintura de Justin con sus torneadas piernas, mientras que él sacaba su camiseta.

–¿Sabes en qué terminará esto verdad?– Preguntó Justin.
–Sí.
–¿No te arrepentirás después?–Victoria se separó y lo miró unos segundos. Luego sonrió y negó con la cabeza– No amor.

Los dos sonrieron. Victoria, como una gata en celo, o incluso peor, se agachó. Ya ambos sabían los que continuaría.
Saboreó y disfrutó el miembro de Justin, que ya hace un rato estaba erecto. Hace mucho tiempo que no tenía el privilegio de practicarle sexo oral, ambos lo habían disfrutado. Victoria se lo pasó recordando viejos tiempos, al igual que Justin, solo que este gemía y echaba la cabeza hacia atrás.
Esa mujer lo ponía más que loco, era la única que lo podía llevar a las nubes con solo un beso.
Victoria lo miró, y notó los ojos oscuros de Justin. ¡Peligro!, era lo único que podía pasar en esa cama.
Mientras miraba fijamente los ojos de Justin, comenzó a masturbarlo.

–¡Victoria ya!
–¿Ah? –Se extrañó ella.
–No puedo soportarlo. ¿No sientes esa excitación?, juro que si pasas haciendo eso cinco minutos más explotaré.
–¿Y qué soltarás? –Preguntó perversa.
–Bieberespermatozoides –Ella rió.
–Cállate.
–Hey, hablo en...–La castaña siguió con lo suyo, y Justin simplemente enmudeció.
Ella no paraba de preguntarse: ¿Cómo carajo la masculinidad de Justin cabía en su boca?, hasta pensaba que su boca era un fenómeno por soportar el pene de Justin ahí dentro.

Comenzó a ir más rápido, el pobre Justin iba a enloquecer.
El placer que le otorgaba su esposa era más que único. La castaña cada vez se perdía más y más entre los muslos del castaño.

–Basta, amor, en serio– Dijo entre gemidos. Ella sin hacer caso siguió.
Sentía que se perdía. ¡No! ya era mucho, ahora le tocaba disfrutar a ella.
Un escalofrío recorrió la espalda de Justin y un gemido se escapó.
Victoria conocía perfectamente ese gemido, ya iba a llegar al orgasmo.
Justin sin delicadeza, tomó las manos de Victoria y la levantó. Ella no logró entender.
–Justin... ya iba a terminar.
–Cállate y acuéstate en la cama –Victoria lo miró unos 5 segundos extrañada por su comportamiento –Ahora –Dijo completamente serio.

Se acostó, tal como lo pidió Justin. A los segundos lo vió agacharse.

–¡No! –Exclamó Victoria–Es injusto, yo ya iba a terminar.
–Nadie te dió permiso para hablar –Dijo seriamente y separó las piernas de su esposa, acomodándoselas en cada uno de sus hombros.
–Dije que no –Cerró rápidamente sus piernas– Hagamos un trato.
–Claro que no –Dijo Justin.
–Un sesenta y nueve –Propuso ella. Ambos tenían los ojos oscurecidos por la lujuria y excitación que dominaba sus cuerpos en ese momento.
–Victoria...
–Lo tomas o lo dejas–Interrumpió. Jamás, pero jamás lo habían practicado. Por la expresión de Justin sabía que diría que no, pero para hacerlo cambiar de opinión, sensualmente, la mano de Victoria masajeó al miembro de Justin –¿Y?, ¿aceptas? –Justin relamió sus labios, y terminó por sacar toda la ropa de los dos.
–¿Tomo eso como un sí? –Preguntó Victoria. Él asintió.

Es ahí donde comenzaron prácticando el "sesenta y nueve", a pesar de todo, Victoria jamás pensó que terminaría así... ella y Justin... volviendo a hacer el amor salvajemente... y ahora con un nuevo truco.

Soportando a mi vecino 2 (Justin bieber HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora