auntie t/n

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NOTA: Les dije que quería hacer unos cinco, pero he tenido una semana un poco atareada :( así que sólo alcancé a hacer estos. ¡Espero les gusten!


Maratón 1/3


Estaba en el parque caminando, había salido temprano de trabajar y decidí caminar un rato por el parque, mientras miraba a los niños correr, jugar e incluso pelear. Un pequeño cayó sobre mis pies y me asusté, rápidamente lo ayudé a levantarse.

­- ¿Estás bien, pequeño? – Comenzó a llorar y lo llevé a la banca más cercana - ¿Quién vino contigo? ¿Tú mamá? – El niño sólo negó - ¿Tu papá?

- Mi tío – Se limpió sus lágrimas.

- ¿Dónde está él ahora? ¿Quieres que te lleve con él? – Me senté a su lado.

- Ya viene para acá, gracias – Señaló a un chico que venía corriendo.

Alto, llevaba unos vaqueros un poco ajustados que dejaban ver sus contorneadas piernas y un polo celeste en la que también notabas sus excelentes bíceps y un gran torso. Cuando llegó rápidamente atendió al niño sin mirarme.

- Thomas, te dije que donde pudiera verte, ¿estás bien? – Tomó al niño por los hombros y se agacha para quedar a su altura y me mira, tiene unos potentes ojos azules que cautivan a cualquiera, incluso a mí.

- Estoy bien, tío Ian. Ella me salvó – Sonrió y le devolví la sonrisa.

- Sí yo... lo vi y me asusté, hice lo que cualquiera hubiera hecho – Sonreí y me levanté de la banca.

- Cualquiera aquí lo hubiera dejado solo, gracias cariño – El muchacho de ojos azules me sonrió mientras se ponía de pie, yo asentí – Espera, ¿ya te vas?

Thomas se puso de pie y abrazó mi pierna, reteniéndome para irme. El ojiazul río.

- Tío, ¡podemos llevarla a comer con nosotros! – El niño gritó alegre.

Yo lo miré y acaricie su rizado pelo, él sólo sonreía.

- No lo sé, Tom. Parece que la señorita tiene más cosas que hacer – El "tío Ian" me miró juguetón.

- Yo... no sé qué decir, soy una completa extraña, ¿qué tal si les robo o algo? – Thomas sólo trataba de sujetar más fuerte mi pierna, lo que me causó mucha ternura.

- Es que aún no nos dices tu nombre – Respondió el ojiazul con una sonrisa ladeada.

- Es que aún no nos dices tu nombre – Respondió el ojiazul con una sonrisa ladeada

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- Después de decirnos tu nombre irás con nosotros – Afirmó el pequeño.

Tenía dos personas encantadoras pidiéndome salir con ellos y me hacía del rogar. El tal Ian estaba muy guapo, de seguro sólo lo hacía para consentir a su sobrino y que no les diga a sus padres que lo descuidó por un segundo, y Thomas era un niño encantador y muy inteligente.

- Me llamo t/n - Tomé una mano de Thomas y él dejó de abrazar mi pierna mientras me miraba – Vamos, yo invito.

Thomas comenzó a reír mientras su tío iba a mi lado, durante todo el camino peleamos sobre quien invitaría, y obviamente gané yo, siempre y cuando hubiera otra ocasión en la que él pagara. Llegamos a un restaurante con muchísimos juegos para niños, Thomas comía en pausas, venía por un bocado y luego se iba a jugar, como si hubiera sido planeado y el niño quisiera que estuviera a solas con su tío.

- Y bien, cuéntame de ti, tío Ian – Él río por la manera en que lo llamé y dejó la pajilla del refresco.

- No hay mucho que contar, soy un tío que quiere mucho a su sobrino – Se encogió de hombros y luego suspiró, su mirada se volvió más oscura, como si recordara algo.

- ¿Y qué hay de Tom? – Mordí la rebanada de pizza, el volvió a suspirar pesadamente.

- Cuando Tom tenía cinco su madre murió, antes no lo veía mucho ¿sabes? Visitaba a mi hermano rara vez y no lo vi crecer, era muy estúpido y no le tomaba importancia, pero entonces su mamá murió y cuando me enteré fue un golpe muy duro, ella era como mi hermana, desde que tenía 15 estaba con mi hermano. – Tomó aire y yo tomé su mano – Entonces me di cuenta que debía estar con mi hermano y con Tom, así que empecé a visitarlos más seguido, llevaba a Tom a todos lados y trataba de apoyar a mi hermano en todo lo que pudiera, sólo somos hombres, creo que al ver cómo lo atendías algo despertó en él y por eso quiso conocerte – Se encogió de hombros.

- Lo siento mucho, debió ser muy duro para los tres – Él estrechó mi mano y sonrío.

Thomas llegó corriendo y se sentó a tomar de su gaseosa, de pronto vio nuestras manos y se emocionó.

- ¿Ya eres mi nueva tía? – Miré a Ian quien me sonreía como Tom estaba sonriendo.

- Eres muy desesperado niño, estamos trabajando en ello – Ian me guiñó el ojo. Yo reí sonrojada. Thomas volvió a correr a los juegos. – Y es muy inteligente.

- ¿Estamos trabajando en ello? – Repetí en una pregunta, él aún no soltaba mi mano.

- Claro que sí, tía t/n.

- Claro que sí, tía t/n

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Ian Somerhalder One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora