Ian llegó de trabajar muy temprano y apenas habías terminado de cambiar al bebé, pusiste el pañal en una bolsa y lo llevaste al bote de basura en el baño de tu habitación, cuando saliste él estaba sentado y su cara gritaba que quería de dormir.
— Hola amor — Saludaste y te dirigiste a darle un beso, después lo dejaste que cargara un poco al bebé — ¿Tienes hambre? Puedo hacerte algo rápido
— No, compré pizza de camino para acá, ¿no viste las cajas?
Volteaste a tu derecha y en la barra estaban dos cajas de pizza, te sorprendiste porque pasaste por la cocina para llegar a la sala de estar y no las viste por ningún lado — Para nada — Reíste — Oye cielo — Corriste al sofá y te sentaste a su lado, él dejó al bebé jugar en el suelo
— ¿Qué pasa? — Te miró extrañado por tu manera de hablarle.
— Jenna y Karen me han invitado a comer y tengo muchísimas ganas de ir, sólo quiero saber si cuidas al bebé o se lo llevo a mi madre para que ella lo cuide un rato
— ¿Qué? ¿Donde han quedado los permisos?
Reíste ante su comentario
— Jamás en la vida te he pedido permiso
— Pero... ¿y si no puedo? ¿Qué tal si se enferma? O ¿qué tal si tiene hambre de pecho y yo no puedo darle?
— Algo se te ocurrirá
— Bien — Sonreíste y lo besaste — Pero esto tendrá un precio muy muy muy alto
— Usted sabe que yo siempre pago mis deudas señor Somerhalder
**
Estabas sentada en el suelo alfombrado de la casa mientras tu bebé de un año jugaba con cualquier juguete que veía, se distraía y agarraba otro y así estuvo un par de minutos hasta que Ian salió de la ducha.
— Eres libre de irte — Sin ánimos de decirte eso te dio un beso en los labios.
— Sólo serán tres horas, cielo. Trata de dormir al bebé que ya es su hora, ahí en la cocina hay leche sólo para que la calientes y tiene su biberón lleno, sólo cárgalo, arrúllalo y dale la leche. No es difícil. Cualquier cosa me llamas pero espero no lo hagas — Tomaste su mandíbula y le diste otro beso.
Cargaste a tu bebé y le llenaste la cara de besos, sus ojos eran iguales a los de él, más bien: estaba igual que Ian cuando bebé.
— Los voy a extrañar muchísimo, traten de no extrañarme amores — Corriste y saliste aventándoles besos.
Narrador omnisciente.
Ian se quedó con su hijo en brazos y lo recostó en el sillón haciéndole cariños antes de decidir si era mejor dormirlo o no.
Mientras (t/n) creía que él era igual a su padre, Ian pensaba que estaba igual a (t/n) a excepción de sus ojos. Su mayor ilusión era tener un hijo y se sentía maravillado de que su sueño se haya hecho realidad y aún más que (t/n) sea la persona con quien estaba compartiendo esa experiencia.
— Vamos campeón, tienes que dormir. Tu mamá es demasiado perceptiva y se da cuenta de todo — Lo tomó en sus brazos acomodándolo para que se sintiera cómodo y pudiera dormir, fue a la cocina y tomó el biberón y se lo dio mientras lo mecía.
Cuando por fin el bebé durmió fue a su recámara y lo acostó en el lado donde su madre duerme, poniendo un par de almohadas a su lado, llamó un par de veces a (t/n) para decirle que dormiría con él pero ella no contestó, así que se recostó al lado de su hijo hasta quedarse dormido.
**
Estabas comiendo con tus amigas cuando tu celular vibró un par de veces pero decidiste no responder, Ian a veces podía llegar a ser muy paranoico pero sabías que luego se le pasaría.
— ¿Y cómo te trata la vida de casada, (t/n)? Hemos tenido que posponer millones de salidas por tu culpa — Karen habló sacándote de tus pensamientos sobre tu familia.
— Es increíble, el bebé es tan lindo y abrazarle, podría estar todo el día acostada viéndolo, es como ver a Ian
— Vaya marido que conseguiste, ¿no tendrá un hermano por ahí? — Jenna rápidamente comentó, era de esas amigas que tenían un nuevo "amigo" cada semana. Sólo reíste ante el comentario.
Tu celular volvió a vibrar casi dos minutos después de la primer llamada, pero decidiste volver a ignorar. Tratabas de seguir la plática con tus amigas pero algo dentro de ti te gritaba que te fueras de ahí y corrieras a tu casa, cosa que no hiciste.
Otra vez vibro en una llamada la cual no sentiste hasta que terminó, ya eran tres llamadas y no podías con la incertidumbre de saber porque te había llamado.
— Chicas tengo que correr, pronto nos veremos ¿sí? Las quiero — Te despediste y saliste corriendo a tu auto.
¿Y si Ian puso la leche a calentar en la estufa pero se le olvido y ahora la casa está en llamas? ¿Y si el bebé se accidentó y están en el hospital? Los pensamientos absurdos rondaban tu mente y no podías concentrarte en manejar bien, tomaste tu celular y llamaste a Ian pero no contestó y eso te puso aún más de nervios.
Una vez que llegaste a tu casa entraste corriendo pero no estaban en la sala, fuiste a la recámara del bebé y tampoco estaban ahí, hasta que llegaste a la tuya y cuando entraste ambos estaban dormidos: Ian recostado en su lado derecho dándole la espalda al bebé y este durmiendo boca arriba como un angelito.
Suspiraste sonriendo por tremendo susto que te habían metido, pero al llegar a casa valió la pena.
N/A:
Es un poco cortito pero espero les guste!
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Ian Somerhalder One-Shots
LosoweAquí podrás imaginar pequeños momentos con el ojiazul más bello de todos.