Capítulo 8

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Permanecía recostado en su cama mientras contemplaba el suave movimiento de las cortinas de su cuarto, el aire se colaba y revoloteaba su cabello en una manera tan relajante que le complicaba el querer levantarse de una vez al ser más de las 12 del mediodía, pero simplemente no tenía las ganas de hacerlo ni mucho menos de intentarlo, pues aquel recuerdo permanecía vagamente en su mente, dando vuelta constantemente como si fuera una película.

Había pasado 1 semana desde que había ido a la casa del mayor y desde ese momento no había vuelto hablar con él, sentía vergüenza el solo pensar en salir y encontrárselo, por ello luego del instituto se escabullía rápidamente y no pisaba la biblioteca, entraría en pánico si solo conversara con él.

Luego de un par de minutos la puerta de su habitación se abrió dejando ver a su amigo Scott entrando con un par de cafés en mano y en la otra un bol de palomitas, si bien sabia no era nada nutritivo ni mucho menos la hora para comerlos, necesitaba de esa explosión de sabor en su interior.

- Ya pasan de las doce Stiles, ya levántate - exclamo el moreno dejando la comida en su escritorio.

- No quiero - hizo un pequeño puchero el cual no fue suficiente para que Scott se le acercara y le arrebatara la almohada donde permanecía recargado – ¡Oye!

- ¡Ya levántate Stiles! - estaba frustrado.

- No tengo ganas Scott, por favor entiende - el recuerdo de aquel momento provoco que se tapara el rostro con la sabana enredándola entre sus dedos, como si con ello desapareciera todo rastro de su memoria.

- Si no me dices que te preocupa no puedo ayudarte Stiles, eres mi mejor amigo y sabes que puedes contar conmigo - mientras tomaba asiento en la cama.

Dudo un momento en poder contarle a alguien su secreto, su aterrador secreto a su opinión, a él no le gustaban los chicos, mucho menos Derek.

- Stiles - llamo su atención.

- No me sucede nada Scott, solo estoy muy cansado.

- Bien, si estás cansado entonces me voy con la comida, a lo mejor Isaac si aprecia mi detalle - exclamo mientras tomaba de nuevo los cafés y las palomitas.

- Isaac te escucharía hasta en la regadera - menciono entre risas el castaño.

- ¡¿Qué?! - se ruborizo casi al instante.

- Vamos Scotty, no te hagas el inocente, sé muy bien lo que se traen ustedes dos, incluso Lydia lo sabe, ya no es secreto que después clases te pierdas casualmente como lo hace Isaac.

Estaba temblando, más bien parecía un terremoto viviente pues no podía mantener fijo los vasos de café en sus manos.

- Yo....no sé qué quieres decir.

Eso le basto para que el tema de su secreto se diera por terminado, no necesitaba más presión en ese momento.

-x-

- Tienes que casarte con ella, no hay opción Derek - su tío mantenía una postura seria y severa cuando se trataba de su casamiento, de alguna manera parecía más convencido el que su propia persona.

- No he dicho que no lo haré - respondió amargamente mientras se ponía los pantalones del suelo.

- Eso significa que dejaras de coquetear con otras chicas ¿Entiendes?, Jennifer ya me ha dicho que se te ha visto platicando con demás chicas, eso no es propio de un prometido.

Estaba cansado de esa palabra, aunque lo fuera a hacer no significaba que deseara hacerlo placenteramente.

- He dicho que lo haré, aun no estoy casado y puedo hacer lo que me plazca y si a Jennifer no le parece pues entonces que busque a otro novio para su boda.

Su altanería no tenía límites, pero él no era esa persona en la que se había convertido.

- Escucha esto tiene que hacerse si no quieres quedar en la calle entendido, esto es por ti y tu hermana Cora, si no quedaran en la calle.

Rechino los dientes, eso le provoco que sus malos recuerdos regresaran a su mente y aquel sentimiento de pérdida llegara rápidamente provocando que tomara su chaqueta y saliera de casa.

- ¡Derek!, ¿A dónde vas? - pero no recibió respuesta, este ya había azotado la puerta detrás de sí.

-x-

Siempre maldijo su suerte, siempre estaba en total desacuerdo que lo que deseara siempre terminara la vida arrebatándoselo, por ello el que su padre, madre y hermana mayor fallecieran en un incendio cerca de lo que ahora era su nueva casa, pues habían permanecido en casa ese día cuando sucedió el incendio, una pequeña fuga de gas y un fósforo basto para que el tanque de gas explotara y la casa comenzara a arder ese día, tanto Cora como el habían optado por realizar otras cosas y solo dejando a su familia en casa, pero ahora estaban en casa de su tío luego de lo ocurrido, todo había pasado tan rápido y no le había dado tiempo de siquiera llorarles a su gusto, pues luego de que se enterara de la noticia un abogado acompañado de su tío Peter había tocado la puerta luego de un solo día de fallecidos mencionando que sus padres no tenían testamento y que solo habían hecho una carta donde le dejaban todo lo que les había costado realizar al mayor de los Hale, Derek, que con su infinito asombro se convirtió en frustración total al seguir escuchando las palabras del abogado.

- Al haber fallecido sus padres y no haber un testamento de por medio sus bienes quedan congelados en un lapso de 1 año, solo hay una carta escrita por su padre meses antes de su fallecimiento donde expresa que de ocurrirle algo heredaría todos sus bienes, solo como condición que contraiga matrimonio dentro de ese año, de lo contrario todo será donado a asociaciones del gobierno - sus palabras eran frías y crudas.

- ¿Eso quiere decir que Derek tiene que casarse forzosamente con alguien si no nos quedamos sin nada? - cuestiono Cora.

- Así es señorita.

- ¡Eso es absurdo y bobo, como pueden llevar a cabo tal cosa!

- Fueron los deseos de su padre, yo solo hago valer su palabra - miro un momento al ojiverde que permanecía callado desde su llegada - ¿Está de acuerdo señor Hale?

¿Que debía de decir?, el solo tenía planeado esa semana conquistar al castaño y de sorpresa le había llegado la noticia de la muerte de sus padres, cambiando por completo sus planes.

Ahora tenía que casarse con alguien que probablemente no conocía y que tendría que hacer lo que un papel le pedía para que ni su hermana ni el pasaran carencias.

- Derek no tienes que hacerlo, puedo trabajar y pagar los gastos, no tienes que hacerlo de verdad - sus palabras eran sinceras, pero amaba demasiado a su hermana como para dejarla perderse de todo a lo que estaba acostumbrada.

- Lo haré - menciono sin titubeo, pero con un ligero tono de nostalgia, su vida se acababa de arruinar por completo.

Luego de eso le había llegado Jennifer a su puerta con su corto vestido y sonrisa radiante, Peter la conocía pues era hija de una amiga de su madre, pensaba que era la persona correcta para el papel de esposa, pero el solo veía aquel papel en su frente que firmaría para su sentencia a su mala vida.

- Ella es Jennifer, Derek, será tu esposa en un par de meses, su madre y yo nos haremos cargo de todo, no tienes que preocuparte de nada.

Esas habían sido sus palabras, y no pudo evitar sentir mayor repulsión, aceptaba que la chica era hermosa, pero no era lo que él esperaba, tal vez si tuviera el cabello corto y ojos avellana no lo hubiese dudado, pero ahora era lo que tenía y tenía que aceptarlo, ese castaño se borraría de su mente y corazón desde ese momento.

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