Traidor

416 45 28
                                    

Callum vió como el makaris caía al suelo.
-Gracias...
Lanzó el caos a las cadenas de la morena, que en un suspiro de alivio soltó su agradecimiento.
-¿Pueden caminar?
Ambos tambalearon un poco al pararse (habían caído arrodillados), pero luego de respirar profundo lograron caminar.
-Bien, vamos. Les mostraré la salida.
Callum abrió la puerta de par en par, y cojeó para salir de la habitación.
Algó lo empujó.
-Ups, lo siento -dijo el chico rubio llevandose una mano en la nuca y riendo.
Lo miró bien. Era alto, atlético, tal vez mejor en los deportes que en todo lo demás. Algo que él aborrecía, pues por su pierna no era muy bueno en lo físico, y se había muerto de aburrimiento al estudiar todo lo que podía sobre magia para destacar más en lo mental. Y él no era muy bueno en eso.
Si, realmente le caía mal esa gente. Pero el chico parecía diferente.
Siguieron caminando. Todos en silencio. "Que extraño" pensó Callum, sarcástico como siempre.
Paró al dúo al llegar a la salida.
-No podemos dejar que Verity nos vea -susurró mintras con la barbilla señalaba la cabeza-. Si ve o escucha algo fuera de lo normal, empezará a gritar como loca. Lo hizo una vez al ver una rana, no fué nada lindo. Pero nuestro caso es, sin duda, mucho peor.
Empezaron a desplazarse pegados a la pared de piedra, lentamente para no hacer ningún ruido. Cuando Call salió del puntó de vista de la cabeza, vió a Estrago en el límite del bosque. El lobo había obedecido sus palabras.
Miró hacia atrás, el rubio se había salvado también. La de trenzas era la última, pero cuandó estaba a punto de salir del campo visual de la cabeza, algo crujió bajo sus pies.
Todos se acurrucaron juntos. Callum estaba algo incómodo e intranquilo en esa situación. Nunca había tocado a alguien que no fuera su padre o Estrago. Ni siquiera el maestro Joseph había hecho contacto físico con él, al menos, no del dulce.
La piel de aquellos chicos era cálida, llena de sangre, pero cálida, y en unos instantes no le importó estar allí.
-Seguro una rana de nuevo -dijo la ronca voz de Verity.
Los tres magos se alejaron con un suspiro de alivio en la comisura de sus bocas que soltaron al llegar al bosque.
La morena y el rubio se dieron cuenta de su cercanía a él, y se alejaron con una mirada de disculpa, como si creyeran que le molestaba. Los ignoró.
-La costa está cerca...
Caminaron aún más. Callum lanzó una pequeña queja al dolor de su pierna, que la chica oyó.
-Ey... ¿Estás bien?
La miró sin dejar de avanzar.
-Pues claro. He vivido así toda mi vida.
-Entonces, sin ofender, ¿naciste rengo?
-¿Porqué me ofendería? Y si, nací rengo. Hay que vivir siendo lo que eres, y dar lo mejor de tí para ser feliz.
Su padre se lo había dicho hace mucho tiempo, cuando le preguntó por qué debían "despertar" a su tío Jericho. Él solo quería ser feliz.
Hundido en sus pensamientos, no se dió cuenta cuando llegaron a la costa, y se mojó un pie en el agua. Retrosedió un paso.
Dos caotizados sujetaban una barca con sogas a su derecha.
-¿Dos caotizados? -preguntó el rubio preocupado, lo cual hizo que Callum sintiera un cosquilleo en la nuca-. ¿No van a acusarte con tu padre?
-Tal vez... No sé... Los he llenado haciendo que los llevaran en barcas... Hay muchas posibilidades de que este sea mi último día de vida.
Maldijo por lo bajo. El dúo se había quedado en silencio, hasta que el makaris dijo:
-Puedes... Venir con nosotros.
Callum se sobresaltó ante tal proposición.
-¿En qué carajo estás pensando? No podemos llevar al hijo del Enemigo de la Muerte -preguntó la de trenzas.
-Piensa, Tamara. Le debemos la vida, dos veces.
Ambos lo miraron. La chica, Tamara, parecía haberse convensido.
-¿Qué piensas?
-Bueno... Estaría muy agradecido. No podría volver allí. Le he fallado...
Los dos chicos lo miraron de forma triste.
-Entonces vamos.
Los tres se subieron a la barca y esperaron a que los caotizado se hundieran por completo para hablar.
-Diremos que es un makaris que fué capturado por el Enemigo. Decidió no matarlo porque era muy joven. Aprendió magia solo y cuando lo liberamos, nos salvó la vida. Pero perdimos la pelea y tuvimos que huir. La gente lo recibirá mejor si cree que es un heroe...
Callum lo dejó de escuchar hace tiempo. Se estaba despidiendo de la isla donde habia llegado como una esperanza, y donde se hiba como un traidor.

El chico de la pierna rota -MagisteriumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora