#extra

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Narra Emma:

Luego de varios años después de la Universidad nuestro grupo seguía intacto.

Lola y Travis tienen a su niña, Melanie, algo más grandes que nuestros hijos.

Jason y Liz, después de varios intentos de Jas para que Liz acepte casarse con él antes de terminar la Universidad, tuvieron un hermoso bebé, Peter. Que tiene casi la misma edad que nuestro hijo.

Logan y Violete, tuvieron a otro niño, Cooper. Pero todavía no están casados.

Alex y Delfi. Ellos tuvieron una relación muy dura. Delfa tuvo que dejar la Universidad para ir a pasar un año con su familia a México, ya que su abuela estaba muy mal. Cuando volvió, Alex la seguía esperando y el amor volvió a nacer. Ahora están casados y tienen a una niña, Holly. Ella es simplemente perfecta.

Tincho y Kate. Fueron a vivir un año a Argentina y después volvieron a Los Ángeles con la noticia de que había una hija en el vientre de nuestra amiga. Ella se llama Barbara, pero le dicen Barbs.

Hanna y Aaron. En las vacaciones de Miami tuvieron un hermoso incidente que se convirtió en un lindo niño, Cameron. Él es solo cuatro años más grande que nuestros hijos. Aaron nunca abandonó a Han cuando ella se embarazó y consiguió todo para mantener bien a su ahora esposa.

Amber y Viqui. No sabemos de ellas desde que terminó la Universidad, pero lo que si sabemos es que entre ellas nació el amor y son una pareja muy linda.

Anne. Ella sigue siendo la solterona del grupo, pero hace unos años no lo era. Ella tenía un novio, Jackson, que al enterarse que ella estaba embarazada de gemelos, los abandonó a los tres. Anne es la simpática madre soltera de Jake y Jessy, los gemelos.

Y por ultimo, Chaz y yo. Luego de nuestro casamiento que fue poco tiempo después que termine la Universidad, tuvimos a nuestro hermoso hijo Blake. Él es la luz de mi vida, al igual que Chaz.

Nuestros esposos triunfaron en el fútbol americano y ahora están en el equipo de los Estados Unidos. Nosotras dejamos las competencias mundiales de animadoras para ponernos una escuela de animadoras y ganar mucho dinero con esta escuela.

Ahora estamos en el estacionamiento del kinder de nuestros hijos. Habíamos venido en varios autos porque decidimos ir a acampar con los niños, para que vivan todo lo que nosotros vivimos en un verano inolvidable.

La gente nos conoce mucho y somos unos padres famosos divertidos. Nunca nuestros hijos pasaron aburrimiento en manos nuestras. Nos pueden seguir paparazzis, pero eso no impide nuestra felicidad y manera natural de divertirnos.

—¿Cuando van a salir? No aguanto más por ver a Blake con su nueva pelota de fútbol en la mano.— Dijo mi esposo entusiasmado por darle un regalo a nuestro hijo.

—Ya van a salir, espera un poco.— le acaricié el cabello rubio. Él me hizo un mimo tomándome de una pierna y me beso la frente. 

Nunca vamos a perder el amor que nos tenemos. Pensé sonriendo. Chaz Miller me sigue volviendo loca a pesar de los años.

—Ahí está nuestro pequeño, iré a buscarlo.— dije bajándome del auto y Chazy me acompañó. Nuestros amigos hicieron lo mismo.

Por suerte nuestros hijos son muy amigos y se cuidan entre todos. Ellos son como nosotros, pero más pequeños.

—¡Papi!— gritó Blake y salió corriendo para saltar en brazos de su padre. Reímos.

Él nos contó todo lo que habían hecho hoy y fuimos al auto. Le dimos el regalo a nuestro hijito.

—Gracias mami y papi ¡Es asombrosa!— dijo tocando la pelota con brillo en sus ojos. Me hace tan feliz verlo feliz.

Hablamos unas palabras con nuestros amigos y fuimos al hospedarnos en la casa oculta donde pasamos varios veranos.

Los chicos llegaron y se instalaron emocionados, al igual que nosotros que empezamos a revivir millones de recuerdos de aquel primer verano.

—¿Sabían que al tío Alex lo persiguieron unas fans por toda la playa cuando éramos jóvenes?— les contó Logan a nuestros hijos de cinco años y ocho años.

¿Como olvidar a esas locas fans?

Los niños empezaron a reírse al igual que nosotros.

—Niños, hoy visitaremos una playa embrujada.— Dijo Anne con voz de bruja haciendo que todos se asusten.

—Oh, si. Nunca más fuimos a esa playa desde que todos pensábamos que estaba maldita.— dije yo negando con la cabeza. Por más que ya he crecido sigo creyendo en eso.

—¿Ahi fue donde las locas fans persiguieron a papi, mamá?— le preguntó Holly a Delfina.

Nosotras reímos.

—No, nena, eso fue en otra playa, mejor que te lo cuenten ellos, yo estaba en Mexico.

Le explicamos todo lo que había pasado a nuestra sobrina y ella se moría a carcajadas.

—¡Papá, eras un galán!

Terminamos de acomodar las canastas con comida y mantas y salimos para la playa maldita.

—¿Cuanto falta?— se quejó nuestro hijo mirando por la ventanilla.

—En cinco minutos llegamos.

—¿Cuanto falta?— volvió a preguntar por enésima vez.

—Menos que antes.— respondió Chaz haciendo que yo me ría.

—¿Cuanto falta?

—¡Lo que tenga que faltar Blake Miller! Ya deja de preguntar.— lo regañé y el hizo puchero.

—Llegamos.— dijo mi esposo.

¿Qué tan largo puede ser un camino con un niño de cinco años preguntando cada segundo cuanto falta para llegar? Mucho, demasiado.

—Y aquí está la playa maldita.— bajamos a la playa y vimos un esqueleto ya sin carne clavado en la orilla.

Todos los niños gritaron del susto.

Mierda. No debimos haberlos traído aquí.

¡La perra más perra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora