17. Planeando la batalla.

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—¡Hola perras!

TODAS las gatas estaban con ropa de animadoras diferente a la nuestra pero representando a lo mismo: La Universidad Levengton.

—Y yo que pensé que este año sería solo ser una zorra...— le dije por lo bajo a Hanna a la cual se le escapo una carcajada.

—No crean que van a entrar a nuestro equipo.— les dijo Elizabeth.

—Tranquila Lizy, no queremos eso.— Wow Annabella Peters acaba de llamar a Elizabeth como lo hacían cuando era pequeña.

—No me llames así que no soy tu familia, idiota.— la empujó levemente.

Da las casualidades de la vida que no había nadie más que nosotras en el patio. Los chicos estaban teniendo una charla en su vestuario y para que escuchen nuestros gritos sería tarea difícil porque su entrenador es la persona más gritona del planeta.

—¿Acabas de empujarme?— Anne habló haciéndose la importante.

—¿Qué pasa si lo hizo?— preguntó Jessy poniéndose delante de Liza para cubrirla.

—Te voy a romper la cara estúpida.— Se adelantó a decir una gata la cual no se como es su nombre.

—Chicas tranquilas, mejor dejemos esta pelea para otro día ¿Quieren? Aparte, el equipo de las animadoras ya está formado y no hay manera de que haya uno nuevo o entren chicas nuevas.— Amber dijo algo clave para que ellas dejen de pelearse, si así puede llamarse esto.

—Como sea.— Liz dio media vuelta y vino con nosotras para comenzar a practicar.

—Esto no quedará así perras, vamos a suplantarlas.— gritó otra chica la cual no recuerdo su nombre y se fueron a la otra punta del patio para ensayar sus coreografías que no les servirán de nada porque el equipo ya está formado.

Estuvimos todo el día ensayando hasta las ocho de la noche que nos echaron del campus.

Vimos ensayar a las gatitas y hay que admitir que no son malas animando pero tampoco son mejores que nosotras.

Elizabeth estaba asustada, ella temía de que nos roben el trono, no se como puede llegar a pensar eso.

~~~

Era fin de semana y mis padres habían venido a visitarme ya que el miércoles no podrán venir porque es día de semana.

Si se preguntan ¿cómo va la apuesta con Chaz? La aumentamos al doble; dos semanas sin besarme y sin besarlo. Esto implica que no recibiré un beso de Chaz Miller para mi cumpleaños.

Ahora estábamos en la casa de las Pinkest con ellos y Elizabeth. También había venido mi tío, el hermano de mi padre. Mis tíos están separados desde hace ya un tiempo y no pueden estar juntos ni un segundo, así que, o viene mi tía o viene él.

—¿Cómo la estuvieron pasando estos días?— preguntó mi padre.

Nosotras hicimos una mirada complice. Obviamente que no íbamos a contarles que tuve que pasar unas pruebas de pinkest, tuve que besar a un profesor, que estuve saliendo con un chico, que le robamos la cabra a la Universidad contraria, que fuimos de baile y dimos fiestas casi todas las semanas, que tenemos unas enemigas y les dimos una gran bienvenida la cual es viral en Internet, y que estamos en crisis porque quieren sacarnos todo lo nuestro.

¡La perra más perra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora