XVIII. Compromiso

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  -Como sabés, tu papá ahora está en una reunión en la casa de Davide, con la manada. Ellos no conocen a mi familia, y piensan que nosotros nos estamos llevando las bolsas de sangre. -Lio estaba hablando y caminando de un lado a otro. Yo lo seguia con mi mirada, desde la silla.

  -¿Y quienes son? -No pude evitar preguntar.

  -No sabemos. Eso es lo que hay que averiguar. Cada vez que me ve se va corriendo y suelta las bolsas. Talvés no sea un vampiro...

  -¿Qué mas podria ser?

  -Un lobo.

  -¿Un lobo?

  -Si. Un lobo salvaje... Vive en la selva y come lo que encuentra. Animales crudos. Sangre!

  -¿Sangre? -Abrí mis ojos lo mas que pude. -O podria ser un vampiro... -Agregué.

  -Podria ser cualquier cosa! -Lio gritó.

  Nos quedamos un rato sin hablar. Lio caminaba de un lado a otro, mientras yo giraba lentamente con la silla de mi escritorio.

  -¿Cómo lo resolveremos? -Pregunté, buscando su mirada.

  -Tenemos que encontrarlo. -Lio se detuvo, y nos miramos a los ojos.

  -¿Nosotros?

  -Habla com tu papá.

  -¿Y el punto tres?

  -Olvida el punto tres. Habla con tu familia. Yo hablaré con la mia. -Lio se sentó en mi cama y me volvió a mirar. -Tendremos una reunión. Mi familia y la tuya. ¿Qué te parece mañana? Después de la universidad.

  -No puedo hacer esto... -Caminé hacia la ventana. Lio caminó hacia mi, me agarró de los hombros.

  -No te estoy pidiendo que te cases conmigo! Te estoy pidiendo que hables con tu papá para que nos ayuden a atrapar a nuestro enemigo.

  -Antés me casaria contigo! -Grité, me di una vuelta y nuestras miradas se cruzaron.

Corazón de VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora