XXXVI. Mejor desición

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  Lio me abrazó. En su abrazo encontré calma, paz, tranquilidad... Se me olvidaron todos mis problemas, y solo quería que ese abrazo durara para siempre.

  -Ya no tienes cara de lobo... -Susurró, sin soltarme del abrazo.

  -¿En serio?

  -Totalmente. Eres humana de nuevo.

  -Oh, Lio... Besáme. -Era lo único que quería en ese momento. Besarlo hasta que nos quedemos sin aire. Besarlo mientras el mundo gire. Besarlo todos los días de mi vida.

  -Me besó. Con mucha pasión, deseo, amor... Fue uno de esos besos que solo se ven en películas. Pero era real. Igual que todo a nuestro alrededor. Igual que el tiempo que seguía pasando, y no podía hacer nada para detenerlo. El mundo giraba, y ya no había tiempo. Ni lo necesitaba. Eran las dos y media de la tarde y sabía exactamente lo que tenía que hacer. Tenía que quedarme a su lado.



   -Tenemos que irnos... -Dijo entre lágrimas. Mi cara estaba en sus manos. Nos mirabamos a los ojos. Mis manos estaban en su cuello. Y nuestras caras estaban a tan solo unos centímetros de tocarse.

  -No se cuál es la mejor desición. -Apenas podiamos respirar. -Pero a donde tú vayas, yo iré. -Mis ojos se llenaban de lágrimas. -Vamonos... Por la ventana.

  -¿No quieres despedirte de tu amiga?

  -No hay tiempo. Lio... Presiento que si no nos vamos ahora, algo muy malo va a pasar. O talvés ya sea tarde.

  -Sh... -Puso su dedo sobre mis labios. -No es tarde. Escuchame. Todo va a salir bien...

  -Si. Te creo. -Nos volvimos a abrazar. Luego me cargó en su espalda.

  -Sujetate bien. -Los dos reímos. -¿Lista?

  - ¡Lista! -Saltó por la ventana.

                          * * * * *

  -Llegamos más rápido de lo que me imaginé. -Dije al bajar de la espalda de Lio. -Aunque yo también pude haber corrido. Que no se te olvide que soy más rápida que tú.

  -No quise porque sabía que me llevarías ventaja. -Aquí estabamos. Frente a la casa de Lio. Una vez más.

Corazón de VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora