Corazón de Vampiro

XXVII. Vampilobo

  Desprté cuando los primeros rayos de sol empezaban a iluminar mi ventana. Me encontraba en la misma habitación de anoche. Paredes verdes, sabanas moradas, la silla junto a la ventana... Pero algo faltaba. Él faltaba. Lio.

  Caminé hasta la ventana. Eran ellos. Lio y sus hermanos. Volvían de algún sitio. No pude evitar escuchar la conversación. Usé mi oreja de lobo para poder oír mejor.

  -Debo apresurarme. Debo llegar antés de que Lena despierte... -Decía.

  -¿Cómo hiciste para que no se diera cuenta? -Preguntó Julieta.

  -Esperé a que se durmiera. Luego me fui. Me costó mucho convencerla de que se acostara a dormir...

  -¿Cuándo piensas decirle la verdad? -Agregó Sasha.

  -No pienso decirle la verdad. -Los cuatro hermanos se pararon junto a la puerta. -Franco, ve a casa. -Franco entró a la casa. -Reuniré a los lobos. Los haré perseguir algo que no existe. Mientras tanto, Franco se irá acostumbrando a la sangre animal.

  ¿Sangre animal? ¿Reunirá a los lobos? No entendí nada pero seguí escuchando.

  -¿Crees que funccione? ¿Y si se dan cuenta? -Julieta entró en pánico.

  -No se darán cuenta. Ya Franco está comenzando a cazar como nosotros. Si seguimos dandole esa medicina que conseguimos, pronto dejará de convertirse en lobo cada vez que consuma sangre animal. Todos sus rasgos de lobo se perderán. Ya no necesitaremos darle sangre humana para esconder la verdad. Podrá vivir solo de la cazeria, al igual que nosotros.

 

    ¿Un vampilobo? Me sonaba conocido. Estaba caminando por mi habitación cuando alguien tocó la puerta. Salté del susto. Me acordé. Papá me habia hablado sobre los vampilobos. Caminé. Abrí la puerta.

  -¿Franco?

  -Si. Tengo que contarte algo. Pero por favor no te enojes con mi hermano Lio. Él no sabía nada... -Franco hablaba rápido.

  -¿Eres un vampilobo? ¿Y se están robando las bolsas de sangre?

  -¿Cómo lo sabes?

  -Lo escuché todo.