*Quédense hasta el final, hay un mensaje importante*
Sebastián.
-¿Y qué le dijiste?-Pregunté mientras le ponía protector solar en la espalda. Él sonrió.
-Que teníamos que venir a buscar mercadería acá porque allá en Argentina era muy caro.-Respondió para después reír.
-Buenísimo, se la tragó todita.
Asintió y yo pasé a aplicarle por todos sus musculosos y tatuados brazos.
-Serán unas vacaciones maravillosas.-Afirmó luego de un rato, con la mirada puesta en el mar.
-Sabelo, mi amor.
Las hermosas playas de Viña del Mar parecían el lugar perfecto para disfrutar estos pocos días con aquel chico perfecto. Pasaríamos las mañanas tomando sol y jugando en el mar, las tardes paseando por la ciudad y las noches; yendo de festival en festival. Y por qué no, haciendo nuestro propio festival en la cama también.
-¿Quieres ir al agua? Se ve deliciosa.
-Dale, vamos.
Nos levantamos como pendejitos de seis años y salimos corriendo hacia la orilla, metiéndonos sin ningún tipo de duda ni cuidado con la temperatura del agua.
Cuando el agua nos llegaba por la cintura, aproveché para salpicarle agua.
-¡Oye!-Se quejó con ese adorable acento.
Usé ese momento de distracción como excusa para lanzarme sobre él y hundirlo bajo el agua.
Entre risas y quejidos, me quitó de encima.
-La venganza es un plato que se sirve frio.-Exclamó burlón. Y dicho eso, enlazó sus brazos a mi tórax, sumergiendonos a ambos bajo el agua azul al tirarse para atrás.
-¡Hijo de puta!-Solté como pude, luchando para no tragar agua.
Logramos salir y él se reía con su adorable risa. Parecia un nene, me encantaba.
Me acerqué como astronauta caminado sobre la luna y acaricié por ambos lados su cara. Su sonrisa era tan amplia y blanca que brillaba incluso más que el dorado sol de la costa chilena.
Volvió a tomar mi cintura, esta vez para apegarme más a su cuerpo, y asi poder sumergirnos en un acalorado y mojado beso.
-Te amo.-Susurré al apenas separarnos, con las olas chocando y las gaviotas cantando de fondo.
-Yo te amo más.-Repuso, volviendo a atacar mis labios.
(...)
-Me gusta esta. Combina con tus ojos.-Sentí mis mejillas arder cuando dijo eso, levantando una bonita camisa celeste.
-Si a vos te gusta... ¡Me la llevo!-Decidí feliz.
La chica que iba a cobrar nos miró con ternura.
-¿Son pareja?-Consultó con ese distintivo acento chileno.
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Cornudo (Divalejo)
Romansa"Estoy tan aburrido de mi novio que me garcharía al primer pibe que encuentre"