Pedro.
-Coño, pero no llores. -Rogué en un sollozo, agachandome para estar a su altura.
Me ponía muy triste verlo asi y ni siquiera entendía la razón.
-No puedo evitarlo... Tengo un quilombo en la cabeza y no sé que hacer.-Sollozó.
Las lágrimas caían como lluvia de sus preciosos ojos marrones. Sequé algunas con mis pulgares y lo abracé sin saber qué decir ni cómo accionar para que vuelva a sacar esa sonrisa que tanto me gustaba.
Lo apreté con fuerza contra mi pecho y acaricié su lacio cabello color chocolate.
-No te preocupes. Estoy aquí para ti. -Susurré, logrando acallar su llanto.
Separé el abrazo y lo miré fijo, pidiéndole con la mirada que dejara de llorar. Asintió y sonrió tímidamente cuando besé su nariz.
Era tan hermoso cuando sonreía. Si fuera por mi, jamás me iría de Argentina para poder verlo sonreír todos los dias.
-Vamos por un mate, ¿Si?
-Vamos.
Lo ayudé a levantarse y entramos. Una carcajada se me salió cuando vi a Pablo con una bata celeste, dormido como un bello durmiente sobre el sofá.
Alejo bufó sonriendo y se dirigió a ayudar a Pablo a levantarse. Comi una de esas cosas que llamaban facturas (muy ricas, por cierto), mientras el castaño se lo llevaba a su cuarto.
-Siempre hace lo mismo: viene a visitarme y flashea que es una piyamada.-Me dijo volviendo desde el pasillo.
No entendí muy bien lo que quiso decir, pero supongo que solía venir muy seguido a dormir.
-Esto está re frio, boludo.-Hizo una cara de desagrado que me sacó una risa.-¡Uh! ¡Se me acaba de ocurrir tremenda idea!
Tomé el mate y le di otro sorbo. A mi me gustaba...
Me lo sacó como si estuviera tocando caca y lo apoyó con desprecio sobre la mesa.
-¡No, qué asco! Pedro, el mate se toma caliente.
La forma en que se rió me llegó como una burla. Frunci el ceño.
-¡Pero a mi me gusta asi! ¡Dámelo!-Volví a darle un sorbo y lo miré expectante.-¿Qué idea?
Recibi otra mueca fea y negó con la cabeza.
-No sé si te conté... Pero tengo una moto que hace tiempo está esperando llevar a alguien de paseo.
¿Andar en moto bajo las estrellas con un papi bello como él? Dónde firmo.
-¿De pana?-Pregunté feliz.
-Obvio, ponete el buzo y vamos.
Salté y aplaudi, sintiéndome un niño al que lo iban a llevar a la jurgueteria.
Se puso una campera de cuero que lo hacía ver igual a un chico malo de las películas (y le quedaba super sexy), yo mi suéter y bajamos en busca de la moto.
(...)
-Ay, no. No me parece... No, esto no. ¡Ay!-Dije con miedo, sin poder ver nada por el casco.
-Dale tarado, ni siquiera salimos del estacionamiento.
-Lo siento, de verdad. Discúlpame... Es la primera vez que ando sobre esta vaina y admito que tengo miedo. ¡Puedes chocar! No, marica, yo me bajo.-Exclamé.
Mi eco miedoso se escuchó por todo el oscuro y grisáceo lugar.
Alejo frenó y se bajó.
-Tengo una idea. Pasáme el casco, asi vez que no nos va a pasar nada.-Me pidió suavemente.
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Cornudo (Divalejo)
Romance"Estoy tan aburrido de mi novio que me garcharía al primer pibe que encuentre"