18.♡ (Parte 1)

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Pedro.

-Coño, pero no llores. -Rogué en un sollozo, agachandome para estar a su altura.

Me ponía muy triste verlo asi y ni siquiera entendía la razón.

-No puedo evitarlo... Tengo un quilombo en la cabeza y no sé que hacer.-Sollozó.

Las lágrimas caían como lluvia de sus preciosos ojos marrones. Sequé algunas con mis pulgares y lo abracé sin saber qué decir ni cómo accionar para que vuelva a sacar esa sonrisa que tanto me gustaba.

Lo apreté con fuerza contra mi pecho y acaricié su lacio cabello color chocolate.

-No te preocupes. Estoy aquí para ti. -Susurré, logrando acallar su llanto.

Separé el abrazo y lo miré fijo, pidiéndole con la mirada que dejara de llorar. Asintió y sonrió tímidamente cuando besé su nariz.

Era tan hermoso cuando sonreía. Si fuera por mi, jamás me iría de Argentina para poder verlo sonreír todos los dias.

-Vamos por un mate, ¿Si?

-Vamos.

Lo ayudé a levantarse y entramos. Una carcajada se me salió cuando vi a Pablo con una bata celeste, dormido como un bello durmiente sobre el sofá.

Alejo bufó sonriendo y se dirigió a ayudar a Pablo a levantarse. Comi una de esas cosas que llamaban facturas (muy ricas, por cierto), mientras el castaño se lo llevaba a su cuarto.

-Siempre hace lo mismo: viene a visitarme y flashea que es una piyamada.-Me dijo volviendo  desde el pasillo.

No entendí muy bien lo que quiso decir, pero supongo que solía venir muy seguido a dormir.

-Esto está re frio, boludo.-Hizo una cara de desagrado que me sacó una risa.-¡Uh! ¡Se me acaba de ocurrir tremenda idea!

Tomé el mate y le di otro sorbo. A mi me gustaba...

Me lo sacó como si estuviera tocando caca y lo apoyó con desprecio sobre la mesa.

-¡No, qué asco! Pedro, el mate se toma caliente.

La forma en que se rió me llegó como una burla. Frunci el ceño.

-¡Pero a mi me gusta asi! ¡Dámelo!-Volví a darle un sorbo y lo miré expectante.-¿Qué idea?

Recibi otra mueca fea y negó con la cabeza.

-No sé si te conté... Pero tengo una moto que hace tiempo está esperando llevar a alguien de paseo.

¿Andar en moto bajo las estrellas con un papi bello como él? Dónde firmo.

-¿De pana?-Pregunté feliz.

-Obvio, ponete el buzo y vamos.

Salté y aplaudi, sintiéndome un niño al que lo iban a llevar a la jurgueteria.

Se puso una campera de cuero que lo hacía ver igual a un chico malo de las películas  (y le quedaba super sexy), yo mi suéter y bajamos en busca de la moto.

(...)

-Ay, no. No me parece... No, esto no. ¡Ay!-Dije con miedo, sin poder ver nada por el casco.

-Dale tarado, ni siquiera salimos del estacionamiento.

-Lo siento, de verdad. Discúlpame... Es la primera vez que ando sobre esta vaina y admito que tengo miedo. ¡Puedes chocar! No, marica, yo me bajo.-Exclamé.

Mi eco miedoso se escuchó por todo el oscuro y grisáceo lugar.

Alejo frenó y se bajó.

-Tengo una idea. Pasáme el casco, asi vez que no nos va a pasar nada.-Me pidió suavemente.

Cornudo (Divalejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora