17.♡

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[Lean lo del final, es muy importante ♥]

Me le quedé mirando incrédulo. Caí en una profunda sorpresa y me fue muy difícil creer que la suerte estuviera de mi lado.

Era mutuo. ¿Podría ser tan feliz?

-¿Qué pasó?-Se rió, probablemente por mi cara de estúpido sorprendido.

Volvi a abrazarlo más fuerte, lleno de alegría, sin contestarle.

-¡Ay! ¡Qué tierno!-Escuché desde atrás, interrumpiendo el momento.

Pedro se separó incómodo y miró en dirección a Pablo, quien se acercó a nosotros y nos abrazó por los hombros.

-Los shippeo chiquis.-Sentenció emocionado como una adolescente.

-Eu, no, pará. Sólo somos amigos.-Escupi soltandome.

Los dos me miraron sin entender y yo asumi que por más que me doliera, debia hacerlo.

Aún era muy pronto para empezar algo más.

El moreno bajó la cabeza en busca de su suéter, claramente decepcionado.

Le lancé una mirada a Pablo y él gesticuló con los labios un: "¿Vos sos pelotudo?"

Negué firme. Mi mejor amigo rodó los ojos.

-Bueno, será mejor que me vaya...-Murmuró el venezolano.

-¿Qué? ¡Pero acabas de llegar! ¡No, biabor! Vos te quedas.

Le dijo y lo rodeó por la cintura. Él le sonrió tímido.

-Soy Pablo, el amigo del otro boludito que está allá. Si, no te preocupes: es así de nacimiento. Mira, te voy a mostrar el resto de la casa...

Cuando Pedro lanzó una  carcajada y ambos desaparecieron de mi campo de visión, apreté los puños con fuerza.

Estaba muy equivocado si creía  que se va a quedar con mi... Mi amigo...

El amigo que te gusta, capo.

Frustrado, los segui.

(...)

-¡Que loca!-Exclamó.

-Ay te juro, fue horrible.

Asi se la pasaron toda la tarde, dejándome de lado. Pablo atacaba con su chamuyo de mierda y Pedro sonreía inocente, mirándome de vez en cuando.

Resumiendo: Pablo se pasó la tarde queriéndome robar al chico.

Quería cagarlo a piñas hasta romperle el cráneo. Quería lanzarlo por el balcón.

Quería besar a Pedro hasta que me explotaran los pulmones. Quería que fuera más que mi amigo...

Pero no. Tenía que aguantarlo.

Ya era de noche y por mucho que lo deseara, no podia echarlo.

-Bueno, bancame que voy al baño. Che Alejin, cebate unos mates asi tomamos. Ya vengo, eh.

Gruñí en respuesta.

-¡Se pasó, voy a probar el mate!-Aplaudió contento.

Estaba tan enojado que no me di tiempo a enternecerme.

Se acercó a mí mientras ponía el agua a herbir en la pava y contuve mis ganas de romper todo.

-¿Podrías enseñarme? Asi puedo hacerme cuando vuelva a Venezuela. ¿No es feo, no?

Apoyé con tranquilidad el termo sobre la mesada y sonreí antes de lanzarme sobre él y atacar sus labios con fuerza, marcando territorio.

Era un beso bruto y torpe de un pobre chico que no podia calmar sus emociones.

Cornudo (Divalejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora