Comencé a jugar con mis dedos, subiendolos y bajandolos con velocidad tenue, con el objetivo de mandarlo al cielo con mis ágiles compañeros.
-O-otro.-Gimió en voz alta.
-Mejor date vuelta, quiero verte desmayarte del placer para mi.
Mis dedos se despideron de su entrada, a lo que él lanzo otro gemido, supuse que de dolor esta vez.
Apoyó su espalda sobre el suave colchón y abrió las piernas. Moje tres y jugueteé un rato, acariciando su entrada.
No lo deje quejarse, pues mientras mis dedos se movían libremente en su interior, yo yacía sobre él, siguiendo con algo que me encantaba hacer: marcas en el cuello, de la mano de suspiros, jadeos y gemidos de satisfacción por su parte.
-Señor, vas a matarme si sigues asi.-Gruñó. Estaba demasiado ocupado como para responderle, pues estaba concentradísimo en los regalitos que le dejaría.
Tenia una fuerte debilidad por su cuello, tan suave y dulce...
El grito que lanzó cuando introduje el cuarto dedo, me indicó que estaba listo para mi longitud.
Le dije adiós a su delicioso cuello y me preparé para entrar.
-¡Alejo, no aguanto más! ¡Hazlo ya!-Exclamó. Sonó casi a un ruego.
Sonreí sacando un preservativo del cajón de mi mesita de luz, mientras miraba las muecas de placer que hacía bajo mi presencia.
Totalmente protegido y sin ningún rodeo, entré en profundidad; sacandonos un fuerte gemido a ambos.
Jadeé un poco al empezar con mi vaivén, que al principio fue lento, hasta cariñoso; para terminar siendo rápido y feroz.
Pedro no paraba de gritar mi nombre entre gemidos, lo que me prendía demasiado y hacia aumentar mi velocidad y calor.
-Ay, la puta madre.-Gemi, al borde del paraíso.
En cuestión de minutos, los dos ya estabamos llegando al climax.
Hasta que a él se le ocurrió otra idea. Con la poca cordura que le quedaba, me pidió que me saliera y que me sacara el forro.
Que él tomaría las riendas en el asunto.
No sabia muy bien como hacerlo, pues yo siempre era el que manejaba la batuta en la cama.
Pero siempre está bueno probar cosas nuevas.
Con una fuerza que no sé de dónde mierda sacó, pues estaba a punto de morir de placer, me volteó, quedando él sobre mí.
Hizo una cosa rara, que me arrancó la cabeza:
Introdujo mi pija entera en su boca, la mojó por completo; acariciandola con esos acolchados labios de petero que tenia y luego la sacó, jugando con ella, lamiéndola de vez en cuando.
-¡La concha de tu madre! ¡Ah! ¡Si, si! ¡No pares!-Gemi desde lo más profundo de mi pecho.
Luego de eso, empezó a hacer algo parecido a lo que yo hice antes:
Siguió masturbándome a la vez que dejaba besos húmedos y mordía y raspaba mi cuello.
Mordió el lóbulo de mi oreja y yo ya estaba temblando del placer.
Mierda, qué bien que se sentía.
Después de chuponearme todo el cuello, exactamente como a mí me gustaba, bajó de nuevo a mi entrada y el hijo de puta se puso a lamerla.
Lo único que podía hacer en esa instancia, era gritar y gritar su nombre, rogándole que siguiera.
Mira vos che, y yo que pensé que no la habia puesto nunca. La verdad era que la tenia bastante clara.
Tomó mi mano izquierda y se la metió en su boca, mirándome con una expresión que me excitó el triple.
-Esta noche serás todo mio, papi.-Sentenció roncamente, protegiéndose, antes de entrar completamente.
Chille, clavandole las uñas en la espalda, lo que le sacó otro gemido.
El respaldo de la cama chocaba violentamente contra la pared, nuestros gemidos seguramente se escuhaban por toda la manzana y mis vecinos se deberían sentir dentro de una película porno.
Atacó mis labios, a la vez que me penetraba y metía sus manos entre mi pelo.
Estaba en el mismísimo cielo, nunca en la vida me habian cogido tan bien. Nunca gemi y grité tanto como esa noche, ni siquiera con ese ángel de ojos verdes.
La verdad es que no habia tenido con nadie lo que estaba teniendo con este venezolano.
Entrelazó nuestras manos cuando tocó mi punto débil y no aguanté más.
Una cascada blanca llenó todo su pecho acompañado de un estruendoso orgasmo.
Minutos después llegó él, mojando toda la cama. Ni siquiera me preocupe en pensar que tenia que limpiarlo.
Salió de mi interior y con un leve quejido se recostó a mi lado, enlazando nuestras piernas; apoyando su cabeza en mi pecho.
-Ay, la pelo.-Dijo con asco, sacándome una débil risa.
Me hizo mierda, literal. Y fue lo mejor de mi vida.
-Eso fue... Increíble.-Murmuré, con la mirada clavada en el techo.
-Concuerdo, total.-Respondió un poco ronco.
Acaricié su pelo y el besó mi mandibula.
-Gracias por el mejor sexo de mi vida.-Suspiré y luego me reí.
-De nada, bombón.
El simple echo de que imitara esa palabra hizo que mi corazón empezara a latir descontrolado.
Y nos quedamos dormidos, yo con una sonrisa por tenerlo en mis sueños y él bajo la música de mi loco palpitar.
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Awwww que lindo final. Me encanta que lo sucio termine tierno akdkfkrgBueno, al final ganó versátiles, asi que ahi esta. Espero no haberla cagado demasiado y prometo mejorar con el tiempo 😊
divaleejo ahi tenes tus chupones ajajaja ojalá te haya gustado y gracias por la idea 😉
¿Les gustó? ¿Listos para más smut Divalejo? Porque creo que va a haber mucho jejeje
Gracias a todos por sus votos y comentarios, animandome a seguir. No saben lo feliz que me hacen con solo decir "me encanta esta novela xd" posta se los digo.
Y bueeeno, eso fue todo.
¡Nos vemos en el próximo!
¡Mil gracias por leer!💖
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Cornudo (Divalejo)
Romance"Estoy tan aburrido de mi novio que me garcharía al primer pibe que encuentre"