Capt. 36 ''Es solo un imbécil.''

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Capítulo 36

–___, ¿podrías venir por mí? – preguntó soltando un sollozo al final de la oración.
– Por supuesto. – te apresuraste a decir. – ¿En dónde estás?
– No, no lo sé. Quiero decir, todo luce igual. Hay mucho pasto y pocos árboles y... – Fran seguía hablando mientras intentaba explicarte en donde estaba. Niall te miraba preocupado y levantaba las manos preguntando qué ocurría, tú solo sacudías la cabeza. – ¿Acabas de decir que hay un muro de piedra en medio de la nada? – le preguntaste volviendo a concentrarte otra vez.
– Mhmm. – dijo Fran queriendo decir sí.
– Llegaré lo antes posible. No te muevas del muro, ¿entendido? – preguntaste comenzando a tomar en brazos a Tommy que se encontraba en el sofá.
– De acuerdo. – seguía llorando y ahora tenía un poco de hipo.

–Niall, necesito que me lleves a mi departamento, necesito mi auto. –  le dijiste alterada.
–  Oye, tranquila. Si quieres yo te puedo llevar. –  ofreció amablemente.
–  No, Niall. Necesito hablar con ella. –  dijiste sacudiendo la cabeza.
–  Pues, llévate mi auto entonces. Déjame a Tommy aquí, yo cuidaré de él.
– Oh. Gracias Niall. De verdad. – le dijiste aliviada dejando a Tommy en el sillón.
Niall sacó las llaves del bolsillo de su pantalón y te las entregó.
– En cuanto pueda, volveré a dejarte el auto y a recoger a Tommy. – le dijiste a Niall.
– ___, no importa, cuídate. Te amo. – dijo y te besó cortamente los labios para después dejar que salieras por la puerta apresuradamente.

Ya habías manejado por unos quince minutos, no faltaba mucho para llegar. No lograbas entender el por qué Fran se encontraba tan lejos de la ciudad y sin auto. ¿Con quién estaba?

Ahí estaba Fran, sentada en el suelo, abrazando sus piernas, con la cabeza entre las rodillas. Apenas escuchó el sonido del auto, subió la mirada y se puso de pie.
Frenaste el auto y saliste de él. Corriste hacia ella y la abrazaste.
– Fran. Fran, no llores. Ya estoy aquí. – le dijiste acariciando su cabeza.
– Gracias. – dijo con un sollozo atravesado en su garganta.
– Ven, vamos. – la tomaste te la mano y le abriste la puerta para que entrara en el asiento del acompañante. Rodeaste el auto y entraste en el asiento del conductor.
–Ahora, tienes que contarme que sucede. ¿Sí? – dijiste poniendo una mano en el hombro de Fran.
Ella sacudió la cabeza queriendo decir que sí, se secó las lágrimas con el lado contrario a la palma de la mano, respiró profundo y comenzó a hablar.
– ¿Recuerdas a Louis? – preguntó ella.
– ¿Louis? ¿El de la playa? – preguntaste extrañada. Ni siquiera sabías que Fran hablaba con Louis.
– Sí, él. Bueno… Harry, Louis y yo, estuvimos saliendo junto a algunos amigos más y parecía ser agradable, no lo sé. Confiaba en él. Luego, ayer, Louis me pidió que fuera con él y otros amigos de él a no sé dónde. Se lo comenté a Harry y me dijo que mejor no fuera. La verdad es que Louis me caía bien y quería ir, así que peleamos, Harry y yo ni siquiera somos novios, yo podía salir con Louis libremente.
Hoy, Louis me trajo aquí y resulta que no había amigos, solo él y yo. Comenzó a besarme y a sobrepasarse y a mí me gusta Harry, yo simplemente no quería nada con Louis, entonces, le grité que se detuviera y como no lo hizo lo golpeé, y muy fuerte, por cierto. Me sacó del auto y se fue. Me dejó aquí… – Francesca hablaba deprisa, la historia era confusa y tú entendías poco.
– ¿Me estás queriendo decir que: Louis te trajo aquí para acostarse contigo y como no quisiste te dejó aquí en medio de la nada? – preguntaste sorprendida y asqueada por la actitud del idiota.
– Sí… – dijo y comenzó a llorar de nuevo.
– Vamos, Fran. No llores, no pasa nada, es un imbécil. ¿Por qué lloraras?
– Porque peleé con Harry y él tenía razón y no creo que quiera volverme a hablar. – dijo secándose los ojos.
– Por favor. Tú le gustas mucho. No creo que sea así. ¿Quieres que hable con él?
– No. Intentaré yo.
– Está bien. ¿Estás mejor? – le preguntaste buscando sus ojos con tu mirada.
Ella asintió con la cabeza.
– ¿Te quedas a dormir conmigo? – le preguntaste a Fran.
– De acuerdo. Llamaré a papá para avisarle.
– Seguro.

Encendiste el auto y comenzaste a salir de ese desierto lugar.

–Mm. Este no es tu auto. ¿De quién es? – preguntó Fran curiosa.
– De Niall.
– Yo no sabías que… Lo siento, no quería molestarlos…
– No hay problema. Estábamos haciendo un pastel y resulta que se quemó.
Fran rió un poco.

Cuando llegaron a casa de Niall tú bajaste del auto mientras que Fran se pasó al asiento de atrás.

Tocaste el timbre y pudiste escuchar los ladridos de Tommy. Niall abrió casi en seguida. Se abrazaron fuertemente y Niall te hizo ademán para que entraras.

–Niall… – comenzaste a decir.
– Dime. ¿Ocurre algo?
– Sí… Bueno, no. Sucede que Fran está en el auto y se quedará a dormir en mi departamento.
– Entiendo. ¿Quieren que las lleve a casa? – preguntó señalando hacia afuera.
– Por favor. – dijiste y salieron los dos por donde tú entraste hace algunos segundos.

Niall y tú subieron al auto y él empezó a conducir hacia tu apartamento.

*Hola, otra vez. Espero que les esté gustando la novela. Quería que fuera una sorpresa, pero no aguato no decirles... 
La nove está llegando a su fin. Si yo hiciera una segunda temporada, ¿alguien la leería? No sé, ustedes me dicen. Puedo terminar la novela y ya, o seguir con la segunda temporada. 
VOTEN Y COMENTEN.
*

Happily »Niall y tú«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora