Capt. 39 ''Detalles.''

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Capítulo 39

Cuando saliste de la ducha te secaste y después enrollaste un paño en tu cabeza y otro en tu cuerpo.

Cuando acabaste de secar tu cabello, comenzaste a peinarlo. Recogiste tu cabello en un hermoso moño que Fran te había enseñado a hacer cuando tenían doce años.
Aún recordabas sus ‘’delicadas’’ manos jalándote el cabello lleno de nudos. Reíste un poco y continuaste con tu pelo. Le pusiste una cuantas prensitas negras para que no se notaran y cuando acabaste le pusiste un poco de espuma para que no se te pararan todos los pelitos en la cabeza con el viento nocturno.
Cuando tu cabello estuvo peinado y arreglado, comenzaste a maquillarte. No aplicaste más que un poco de delineador en los ojos y brillo para labios. De menta.
Recordaste cuando habías besado a Niall y cuando se separaron para tomar aire, él se relamió los labios y mencionó que le gustaba tu labial.
Te miraste en el espejo y decidiste ponerte un poco de mascara también para que resaltaran tus ojos un poco más que tus labios.

Miraste el reloj que se encontraba al lado de tu cama en la mesita de noche y viste que faltaban quince minutos para que Niall pasara por ti. Aún tenías tiempo.

Fran te había ayudado a elegir el vestido y los zapatos unos minutos antes de que llegara Harry, y lo habían dejado encima de la cama para que estuviera listo cuando hubieras terminado de arreglar tu cabello y maquillarte un poco.

Tomaste el vestido y lo miraste un poco. Era estrecho en el busto y un poco más flojo en la parte de la cadera. Era corto. Te llegaba un poco más abajo que la mitad de tu muslo. Era de un color azul eléctrico y tenía algunos detalles en la parte superior. No tenía tirantes  y el vestido no era muy delgado, así que no sería necesario que te pusieras la parte de arriba de tu ropa interior. Tomaste la parte de debajo de tu ropa interior del cajón y te la pusiste. Era negra y con encaje en el borde superior. Tomaste el vestido y bajaste el zipper que se encontraba en la parte posterior. Cuando estuviste dentro del vestido, pusiste una mano en tu espalda y subiste el zipper hasta el final. Por suerte, tenías unos brazos bastante flexibles y no sería necesario que alguien te ayudara ya sea a subirlo o a bajarlo. Claro que eso no significaba que no te gustara que alguien, en especial Niall, te ayudara a bajarlo.

Una idea un poco perversa pasó por tu mente. Mientras que Niall besaba tu cuello, ponía una mano en tu espalda y bajaba lentamente el zipper de tu vestido.

Reíste y te concentraste en sentarte en la cama y comenzar a ponerte tus zapatos. Eran negros y de tacón alto. Tenían dos tiras de seda para que hicieras un lazo en tu tobillo.

Cuando acabaste, te pusiste de pie y te miraste en el espejo de cuerpo completo que se encontraba al lado de tu armario.
Miraste por un poco de tiempo la caja de brazaletes, aretes y collares que se encontraba en el mueble cerca de la ventana, pero decidiste no ponerte ninguno de ellos. La mayor parte del tiempo, servían más como molestia que como accesorio.

Tomaste un bolso negro del armario y metiste tu celular y cartera en él.
Faltaban unos pocos minutos antes de que llegara Niall.
Tomaste el frasquito de perfume, te pusiste un poco de él en las muñecas y en el cuello y después saliste de tu habitación.

Te dirigías a la habitación en donde se encontraba Fran para despedirte de ella. Antes de tocar la puerta, escuchaste como los dos que se encontraban adentro, reían. No querías formar parte del odio de miradas por destruir un momento lindo después de una pelea, así que diste media vuelta y te dirigiste a las escaleras. Ni siquiera podrías despedirte de Tommy ya que Fran la había introducido en la habitación un poco antes de que entraras al baño para alistarte.

Después de bajar las escaleras, tomaste un lápiz y una nota autoadhesiva y escribiste en ella:

‘’Espero que pases una linda noche. No me esperes. Harry se puede quedar si quieres. El departamento es todo para ustedes. Te quiero. ’’

Cuando acabaste de escribir, lo pusiste en la puerta del refrigerador. Tocaron la puerta y fuiste a abrir.

Niall se encontraba de pie en frente la puerta. Se abrazaron y después Niall habló.

–Luces hermosa. – dijo y besó justo debajo de tu oreja.
Reíste un poco por las cosquillas y después le respondiste. – Gracias. Tú también luces muy bien.
– ¿Vamos? – preguntó Niall.
Tú asentiste y cerraste la puerta detrás de ti. Tomaste el bazo de Niall y caminaron hacia el ascensor para salir del edificio.

Una vez en el auto Niall lo encendió y salió del parqueo subterráneo.
– Y, ¿a dónde iremos? – le preguntaste curiosa.
– Ya lo verás. Es una sorpresa.
Tú sonreíste y prestaste atención al camino para intentar de adivinar la ruta.

Después de algunos minutos, las calles comenzaban a hacerse familiares, y por supuesto que lo eran, se estaban dirigiendo a su casa.

Niall parqueó el auto en frente de su casa y sonrió. Salió del auto y lo rodeó para abrirte la puerta. Te ofreció la mano. Tú la tomaste y saliste del auto. La noche era estrellada, hacía calor, pero no era sofocante, no había viento fuerte, solo una ligera brisa de vez en cuando. Niall, sin soltar tu mano, se dirigió a la puerta de la entrada y metió una mano en su bolsillo del pantalón y sacó las llaves. Abrió la puerta y te dio paso para que entraras primero.

Las luces estaban apagadas y Niall no se molestó en encenderlas. Volvió a tomar tu mano y atravesaron la sala hasta llegar a la puerta de vidrio que daba al jardín.

Ahí sí, ahí sí que habían luces encendidas.

Todo el jardín estaba decorado con pequeños bombillos que emitían una cálida y hermosa luz amarilla. Los árboles, el muro y los arbustos, estaban llenos de luz. Era hermoso. La piscina también tenía las luces encendidas, pero estas eran de colores, y encima de esta, flotaban pétalos de rosas blancas, rojas y naranjas. Al lado de la piscina, había una mesa con un mantel blanco sobre ella. En el centro de la mesa, había pequeñas candelitas de colores que iluminaban el mantel. Alrededor de la mesa, había dos sillas, una en frente de la otra. Del otro lado de la piscina, había una silla para tomar el sol con dos paños doblados. Todo era tan hermoso. No podías creer que Niall hubiera preparado todo esto. Era simplemente perfecto.

Miraste a Niall con una sonrisa hermosa y llena de emoción y felicidad.
Él sonrió con satisfacción y te tomó la mano para llevarte hacia una de las sillas. La corrió para que te sentaras y después la acomodó para acercarte un poco a la mesa.

Niall se sentó en frente de ti. Sobre la mesa, había dos copas y una botella de vino blanco.
Recordaste cuando le mencionaste a Niall que no tomabas pero no podías evitar tomar vino blanco en una cena perfecta.
Niall era perfectamente tierno. Cada detalle, hasta la cosa más mínima que le mencionaras, él la recordaba.

*Estoy haciendo lo posible para que los capítulos sean un poco más largos, porque las amo mucho. Infinitamente gracias por las 7mil300 leídas. Lamento decirles que este es el penúltimo capítulo. ¡Gracias por todo!
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Happily »Niall y tú«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora