Capítulo 6. Ojos grises

33 1 0
                                    

Simon

— ¡Aarjen! — gritó con desesperación y lanzándose hacia la ventana, agarré su pierna cuando caí — ¿Aarjen? — preguntó entre lágrimas

— El mismo — contesté

— ¿Estás bien? — salió como un chillido

— Si — mi herida sangraba y mi camisa estaba manchada de sangre

— ¡Estás herido! — gritó y posé mi mano en la herida

— Sobreviviré, he tenido peores — contesté con pocas fuerzas

— Saltaré al otro edificio y luego tú lo harás — me gritó y visualice que era lo que quería hacer — sostente fuerte contra el cable — m abalancé cayendo en otro piso

— ¡¿Estás bien?! — preguntó cuando me encogí de dolor

— ¡Salta! — grito ignorando su pregunta.

— ¡No puedo! — gritó en medio de lagrimas

— ¡Corriste no se cuanto, atravesaste la mano y la cadera de un hombre con una puntería perfecta para salvar mi vida, estás colgada de un puto cable gracias a que me salvaste la vida, ¡dos veces!, ¿y dices que no puedes? ¡Irónico! — mi voz salía con rabia y dolor — salta de una puta vez antes de que terminemos espichados por estos putos edificios de mierda — el edificio empezó a colapsar nuevamente y el cable del que estaba colgada empezó a romperse.

Me levanté sudando y puse mi mano en el hombro, posé mi vista en el reloj que tenía en la mesa de noche, las 4 de la mañana

— ¿Que fue eso? — pregunté en voz baja a nadie en específico ya que estaba solo en el pequeño cuarto. Desde que había conocido a Bella una serie de sueños surgían en mis noches, dejándome un hueco horrible en mi corazón, aunque también sentía un destello de luz a la oscuridad que me inundaba al no saber mucho de mi pasado. Dejé de pensar acerca de eso y me metí rápidamente en la ducha, cambiándome y saliendo del departamento.

Eran las 5:55 de la mañana, a las 6 empezaba el entrenamiento y bella aún no llegaba

— ¿Quisling? — rodé los ojos y tomo todo de mí para no hacer un comentario sarcástico hacia Demidov

— Nicolai — volteé a verlo. Estaba con Bella al lado, la cual estaba mirando a otro lado y tenía la mirada un poco ida — sigues sin saber pronunciar bien mi apellido, creo que deberías tomar clases de

— ¡Calla! — ordenó y tuve que volver a agarrar toda mi paciencia para no lanzarlo contra la pared y romperle la cara

— Te veo luego — habló por primera vez Bella sin saludar ni nada, y se fue hacia el lugar de lanzamiento de cuchillos

— Chao — la haló y le dio un rápido beso en la boca, cosa que ella no se esperaba y por ende lo empujó

— Con más cuidado, ¿que te pasa? — hablo a la defensiva

— Quería un beso — le contestó con desdén y algo de rabia

— Creo que hay formas de darlos, te veo luego, he de entrenar — le hizo un ademán con la mano y se adentró en el cubículo. La observé con intriga, olvidándome de Nicoali

— ¿Que ves?

— Nada de tu incumbencia — contesté taciturno y sin mirarlo

— Es

— Tú novia, lo sé — lo miré y le sonreí con falsedad — debemos entrenar — guiñé el ojo y le cerré la puerta del pequeño cuarto en su cara.

Luchando por vos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora