Luchando por vos.

Capítulo 24. ¿Algo más en común?

Sergey

— Igual hay una parte de la historia que nos siguen debiendo — todos volteamos a mirar a Thiago — ¿qué onda mi pasado y el de Aarjen? — Aleksey inhaló y exhaló

— Bien, acá vamos — el comandante observó a Thiago y luego a Isaac — Todos sabíamos sobre los movimientos de Zia, Isaac lo sabía, razón por la cual intentó encontrar y razón por la cual, se hizo cargo de la academia cuando lo nombraron. Creyó que debía seguir con el legado de Pablo

— Pero cómo es posible, Pablo es el hijo de Zia — Melanie fue quien interrumpió esta vez

— Chicos, ustedes se dieron cuenta, Pablo hizo creer a todo el mundo que estaba de nuestro lado. Creímos que no estaba de acuerdo con lo que hizo su madre y con lo que empezó a hacer ella — la voz de Isaac salió con ira al mencionar a Pablo — por Dios, no juzguen nuestras acciones cuando hasta ahora se están dando cuenta de la historia. No tienen idea de lo que sufrí cuando Amelie murió, cuando Alana y Pablo murieron , y tampoco tienen idea de la impotencia que sentí cuando supe quien era Pablo, ¡era mi mejor amigo y mató a mi hija! Déjense de joder

— Exacto, Isaac no puedo decirlo de mejor forma — secundó Aleksey — Isaac se separó dos veces de Amelie por toda esta causa. A ver, Isaac ve al inicio de tu historia, para que Thiago entienda el por qué. No omitas detalles de los Master Minds ni nada de eso — Isaac asintió y suspiró

— Pablo y yo siempre tuvimos una competencia, la cual creí que era sana. Éramos excelente en todo lo que hacíamos. Ambos crecimos en esta academia. Yo no supe cómo Pablo llegó a las instalaciones, pero sí sabía que yo llegué desde que tengo uso de razón, básicamente nací acá, entrené acá con Amir, el cual en ese entonces se estaba iniciando en el consejo. Yo era un desastre — rió recordando — pero Pablo intentaba ser el alumno estrella, era realmente responsable, y ahora que lo pienso, se la pasaba la mayor tiempo de su parte investigando cosas, mientras yo intentaba ligarme a todas las mujeres que podía — admitió con gracia — Nessie hubiese sabido eso y me asesinaba — la tristeza se posicionó en su rostro al mencionar a su hija — Pablo y yo éramos completamente diferentes, y creí que habíamos sido amigos de toda la vida. Entrenábamos juntos, él siempre fue más frágil que yo, razón por la cual nunca lo mandaron a combate, mientras que si, fue un poco mejor que yo en las materias de inteligencia. Creo que envidiaba mi relación con Amir por eso, porque jamás pudo vencerme y cómo Amir se iniciaba en el consejo, jamás tuvo la aprobación de él. Amir me contó sobre los Master, ese equipo mercenario que tenía la academia como aliados, siempre los admiré. — se quedó pensativo y negó con la cabeza. —Tiempo después, Pablo se iba metiendo más y más en el tema de investigación y yo, bueno, yo me concentré en ser el mejor agente. Cuando teníamos aproximadamente 13 años, conocimos Alana, a Amelie y a su padre — nos observó a mi y a mi hermano — yo me enamoré de Amelie casi que al segundo de verle, cuando la conocí, todo lo mujeriego que yo tenia murió. Esta chica, tu madre — se dirigió a Thiago — era una chica pequeña, hagan de cuenta Venecia. Pero era decidida, emocional y muy fuerte, por eso Amir la quiso como su hija

— Era maravillosa — Isaac asintió pensando en su amor

— Éramos los cinco: Pablo, Alana, Amelie, Ivan y yo, a Ivan también lo quise mucho, sólo que él tuvo aficiones distintas. Poco a poco, cada uno de nosotros fuimos forjando nuestro futuro: Pablo se fue preparando para hacerse cargo de la academia, yo estaba enamorado de Amelie, e Ivan se enamoró de una chica que estaba en otra academia, en Rusia. Yo estaba preparándome la vida para sencillamente ser agente y luego vivir mi vida, pero sucedió lo que no debió suceder, Ivan murió. Entonces, Aleksey me habló y me dijo que debíamos encontrar a sus hijos, que se lo había prometido a Ivan. No dudé ni un segundo, Ivan era mi hermano también, discutí con Amelie, pero no me dijo que estaba embarazada. Estuve lejos por mucho tiempo, y en ese tiempo perdí mi rumbo, así que volví a casa. Cuando regresé, Pablo y Alana tenían un hijo