Jane Maguire debe seguir la vida del exitoso jugador alemán Erik Durm, quien solo busca divertirse y disfrutar lo que su fama le entrega, Jane con solo 25años llega a cambiar la vida de Erik con la simpleza y alegria que enfrenta la vida, y sin que...
Grito con todas mis fuerzas cuando la pelota entra en el arco, la jugada entre Pulisic y Erik logró el último gol del equipo, Erik camina sin creer lo que Acaba de hacer, sonríe a sus amigos mientras ellos corren en su dirección, como es típico en él, su lengua se asoma y es atrapada por sus dientes y una extraña sensación se apodera de mí ante tal acción, sacudo mi cabeza para alejar todo pensamiento sobre su boca.
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Sigo gritando junto a la muralla amarilla,nadie se esperaba una anotación a segundos de finalizar el juego y menos que fuera de Erik, fue una anotación algo extraña y milagrosa.
Veo a los chicos alcanzar a Erik para celebrar, yo abrazo a Mike para luego correr hasta los chicos que saltan alegres por el triunfo que los hace los mejores de la Bundesliga, están de los primeros y gracias a esta anotación, son el equipo mejor calificado. El público grita eufórico mientras el equipo perdedor abandona el campo, todo el equipo técnico está a nuestro alrededor y para cuando llego al lado de Erik, todos están saltando pero Erik se detiene para mirarme y alejarme de los chicos que no logran verme y que posiblemente podrían golpearme.
-pueden aplastarte -alza la voz para que pueda escucharlo.
-no me importa, tenía que felicitarte - confieso alegre.
-¿ y porqué no me abrazas?- abre sus brazos.
Doy un paso para abrazarle pero alguien me empuja y me lanza bruscamente a los brazos de Erik, quien me sujeta firmemente evitando que ocurra un accidente.
-que reportera mas torpe- bromea buscando mi mirada.
-y que futbolista más rápido- enderezo mi espalda para quedar mas alta.
Sus brazos están enredados en mi espalda y el contacto de su piel en mi cintura, provoca cierto cosquilleo que mantiene todas mis alarmas encendidas. Al contrario de lo que pasó en el gimnasio, sus brazos no me abandonan, me mantienen cerca y mi corazón late más y más fuerte; ya no hay otro lugar en el que quiera estar, solo aquí, bajo el calor de sus brazos.
-¿no ibas a felicitarme?- susurra en mi oído.
-ese era el plan pero ahora estoy atrapada por ti y una muralla de hombres que no paran de saltar- digo mirándole directamente, su rostro está a la par del mío.
Medio sonríe por mi respuesta y aprieta el agarre de sus brazos en mi espalda, mi camisa que lleva su nombre esta algo levantada y sus dedos acarician mi piel. Nuestros rostros están cerca y lo único que puedo mirar son sus ojos azules y su boca que llama mi atención como nunca; esa urgencia de acercarme a probar su suavidad y sentir el sabor de su boca, no contengo mi impulso y me levanto para acercarme a su rostro.
-quiero besarte- confieso acercándome a él.
-ya era hora- junta nuestros labios atrapando mi labio superior entre los suyos y apagando la urgencia que había en mi interior.
El ruido alrededor nuestro se apaga y solo escucho el latir de mi corazón, el que es capaz de dejarme Sorda en cualquier momento.
Mis manos suben a su cuello para acercarlo a mi con urgencia, no era consciente de que le anhelaba tanto o quizás si lo era pero ni siquiera me lo había confesado a mi misma. No sabía que alguna parte de mi necesitaba estar así de cerca de él, sentir nuestras bocas danzando bajo la melodía de nuestros latir; no quiero alejarme pero la euforia de los presentes que nos empuja nos obliga a separarnos.
-casi puedo jurar que esto no es real- susurro sobre sus labios y sin abrir mis ojos.
-estanrealquedebesabrirlosojos-acaricia mi mejilla.
Mi piel absorbe cada caricia, deseo su toque, quiero estar así pero debo mirarlo para saber que es verdad, mis ojos se niegan a abrirse hasta que algo me obliga a hacerlo.
Los débiles rayos de sol provocan molestia en mi retina y no es hasta que me muevo que me doy cuenta de que no estoy en ningún campo de juego, no estoy en medio de jugadores y no estoy atrapada entre los brazos de Erik; estoy en mi cuarto de hotel, nada a sucedido y puedo ver que todo sucedió en mi mente, besé a Erik Durm pero lo hice en mis sueños, el sueño mas real que he tenido hasta ahora y el sueño mas aterrador de la historia.
Yo no puedo soñar con Erik, no puedo besarlo, no puedo imaginarme junto a él, es un idiota y le odio.
Mi pulso se acelera y salto de la cama para poder respirar, efectivamente estoy con mi pijama, el reloj marca las nueve en punto y mi ventana deja pasar unos rayos de sol que me sacaron de mi estúpido sueño el cual ahora es solo un recuerdo de mi imaginación, casi siento un cosquilleo en mi labios, llevo mi mano a ellos para luego cerrar mis ojos y sumirme en ese sueño en el que mis labios acariciaron los de Erik Durm, el chico que me irrita al punto de volverme una homicida pero que me atrae de una forma peligrosa, tan peligrosa que se entrometió en mis sueños.
Busco mi teléfono para llamar a Mason pero recuerdo que tenía que viajar y esta sin servicio, necesito a alguien de confianza, alguien a quien pueda darle detalles de lo que me pasa y que me diga que hacer; podría hasta golpearme si es necesario, no pasa mucho hasta que recuerde a Annika, por lo que sé está en Francia con su hermano, con una simple llamada sé que estaría aquí...claro, Si es que el gran Manuel Neuer no se opone. Dejo de analizar datos y presiono para llamar a la hermosa Annika Neuer, mi pulso no se normaliza y que Anni no conteste me asusta, vuelvo a intentar dos veces mas pero no hay respuesta, decido dejar un mensaje.
Envío el mensaje y bloqueo el teléfono, hoy los chicos tienen practica para el partido de mañana y gracias a mi sueño decido darme el día libre, tomo unas toallas para ir a tomar una ducha y aclarar mi mente. Necesito alejarme de las imágenes que se repiten en mi cabeza, olvidar a los paparazzis, dejar de pensar en Mike, en el bendito Erik que se está volviendo un gran problema. De ese tipo de problema que descompone a cualquier chica, en especial a una que tenía un cuento de hadas y se rompió por un estúpido programa médico, cuando era pequeña soñaba con que mi príncipe azul apareciera y no fue hasta que conocí a Mike que creí que había conseguido mi amor de película disney, pero Erik es el tipo de chico que mata todo ilusión, su carácter te obliga a odiarlo, pero Admitamos algo... A cierta parte masoquista de mi, le encanta Erik Durm y no es algo de lo que me sienta orgullosa, apenas llevo unos meses aquí y no es como para andar como loca por un idiota con problemas de fama, se supone que te atrae alguien de apoco y lento ,no como un tsunami que arrasa con todo y acaba con todo muro que habías construido...¿o así llega?, parece que volví a tener 15 años y no se nada del amor.
"Se supone que los sueños son deseos reprimidos y tu eres todo lo que veo cada noche" °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° Aquí reportándome y pidiendo vuestro perdón por la demora -jay
