CAPITULO #9

11 0 0
                                    

Después de tomar una satisfactoria siesta, ir al centro comercial con Ay y River, en dónde ella me ayudó a escoger un bolso y una blusa para mi madre y él un smartphone, ya que el vejestorio que tenia no le servía de mucho ahora, mi madre de volvería loca de la emoción.
Después de ello vinieron a mi departamento, encargamos comida tailandesa y tuvimos un maratón de Mentes criminales, finalmente se dieron las seis treinta y River se ofreció llevar a Aylin a su casa a lo que ella aceptó, después de encargarme de los platos sucios y tirar a la basura las sobras, me fui a mi habitación para entrar al baño y darme una ducha, cuando termine, con la toalla atada a la cintura, me rasure el escaso vello que crecía en la área del bigote y la barba,  cepille mis dientes y cuando termine me dirigí al armario para vestirme, me puse un par de calzoncillos, seguidos de unos jeans oscuros, una camisa de manga corta color guinda y mis botas negras, entre de nuevo al baño para peinarme y ponerme loción, cuando termine, tome la bolsa del centro comercial donde habían metido el regalo de mi madre, tome las llaves y el móvil y salí de mi departamento, para tomar el ascensor, salir del edificio y entrar a mi auto con dirección al departamento de Fatima, llegue faltando aun cinco minutos a las ocho, baje del auto y toque el timbre del 38-C, el cual era del departamento de Fatima y ahora también de Zetany.

– ¿Quien es?.–Pregunto Fatima a través del altavoz.

–Soy yo Fatima, Calum. – Dije carraspeando para aclarar mi voz. – He quedado con Zetany...

–Oh sí... En un minuto baja. – Dijo animada.

–Vale, la espero. –Dije y me recargue en mi auto, unos instantes más tarde la puerta se abrió haciendo un leve rechinido, rebelando a Zetany, sonreí al verla,  vestía un vestido color rosa palo que se pegaba hasta la cintura y luego caía con gracia hasta un poco más arriba de sus rodillas, montada en unos tacones dorados que hacían relucir sus blancas piernas y que hacían juego con su pequeño bolso, así como con sus aretes y gargantilla, se había pintado y delineado los ojos, por lo que se veían más grandes, su pelo estaba peinado con una diadema formada por dos trenzas y el demás cabello suelto con ligeras hondas cayendo por sus hombros.

–Hola.– Musito al ver que solo la veía sonriendo y sin decir palabra.

–Hemmm... Hola.–Dije saliendo de mi trance y me acerque para besar su mejilla, fue entonces que me percate del pastel en sus manos.–¿Y eso?.– Pregunte levantando las cejas.

–Oh, es un pastel de chocolate y frutos rojos, llame a mi madre para que me pasará la reseta.–Dijo sonriendo, levantando un poco la bandeja dónde se encontraba dicho pastel.

–Te dije que no era necesario que trajeras nada.– Dije mientras abría la puerta del pasajero para que ella subiera.

–No quería llegar con las manos vacías.– Dijo ella rodando los ojos mientras subía al auto, cuando estuvo dentro cerré la puerta y rodeé el auto para subir yo.– Además es para tu madre, no para ti. –Dijo ella con una sonrisa divertida.

–Vale, vale. –Dije soltando una sonrisa y poniendo el auto en marcha.

–¿Qué es eso?.–Pregunto apuntado la bolsa del centro comercial que estaba a sus pies.– ¡No me digas que es su regalo!

–Lo es... es un smartphone, un bolso y una blusa. –Conteste intercalando la mirada entre ella, el camino y la bolsa que sostenía con una mano.

–¡Es horrible!. –Exclamo.

–¿El regalo?.– Pregunte hundiendo el entrecejo.

¿Ángel o Demonio? •CalumHood• #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora