7. Cara a cara

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Poco a poco, Hermione va abriendo los ojos. Le dolía todo el cuerpo y empieza a parpadear rápidamente para comprobar si su visión enfoca y deja de ver manchas negras borrosas.

Se intenta erguir en la cama lentamente y mira a su alrededor. Estaba en una habitación excesivamente sencilla. Las paredes blancas, un sillón un tanto maltrecho a su derecha y a su izquierda una puerta, que al parecer daba a un pequeño balcón. Tratando de erguirse un poco más y soltando una queja entre dientes por el dolor, lanza una mirada hacia el frente. Nada. únicamente una puerta junto al balcón y una pared blanca y lisa. Se deja caer en la cama intentando obviar el dolor que le recorría cada músculo con el más mínimo movimiento.

Cuando escucha la puerta abrirse y a los segundos cerrarse con un golpe seco no es capaz de levantarse a mirar. Simplemente no pensaba moverse ni aunque Voldemort se lo ordenase. Lo único que podía conseguir una respuesta por su parte era, sin lugar a dudas, la orden de un profesor. Posiblemente debía de haberla hechizado. Estaba segura de que esa sensación de electricidad que vibraba cada vez que hacía algún movimiento debía ser una maldición. De nuevo la puerta se escucha abrirse.

- Nagini ha avisado al Lord de que ha despertado - la voz de Snape retumba en la habitación.

- ¿Entonces por qué el Lord no me ha honrado con su presencia? - pregunta de forma bastante venenosa Hermione. Ni siquiera sabía que tenía ese lado cruel hasta que la traición de su profesor le había retorcido el corazón. Solo con recordar la mirada del director...¡Maldito fuera Severus Snape!

- Porque está ocupado con Potter - responde con igual veneno su profesor, aunque claramente ella había salido peor parada.

- ¿¡Cómo puede soportar esto!? ¡Quién sabe lo que ese monstruo le está haciendo a Harry! - grita - ¡Usted es su profesor y tiene la obligación de ayudarle!

- Granger - escucha a Snape lanzar un bufido - ¿Ni atada por una maldición cierra su boca de sabelotodo? No me importan lo más mínimos mis supuestas obligaciones, y mucho menos si es usted la sabia que me lo echa en cara. No sé si lo ha pensado, pero en este momento no está en posición de exigirme nada.

- Déjeme moverme - escucha a Snape chasquear por lo bajo y susurrar algo como "Nunca escuchan" - Esto es horrible, no puedo mantener una conversación sin mirar a la cara al interlocutor.

- ¿Quién le ha dicho que quiero tener esta conversación con usted, en primer lugar?

- Usted ha empezado a hablar.

- Y nadie ha pedido que me responda. Ya que tango alardea de esa mente suya, al parecer no pilla el concepto de pregunta retórica - parecía estar a punto de perder la paciencia.

Hermione se queda unos segundos callada, a ver si el hombre hacía algún movimiento, pero permanecía en silencio y eso la exasperaba. Ella no aguantaba esa situación tan...incómoda. Necesitaba hablar.

- Por qué nos ha traído aquí - Nada. Ni una respuesta, ni un bufido...nada. ¿Se habría ido acaso? - ¿Harry está bien? ¿Sigue ahí?

- Granger, ¿Podría cerrar el pico de una...

- ¿Tratas de usted a una sangre sucia Severus?

El corazón de Hermione comienza a latir rápidamente, tanto que pensaba que se le iba a salir del pecho. Por mucho que supiese que él estaba cerca jamás se acostumbraría a su presencia. El frío entra en su cuerpo y se agazapa inconscientemente, soltando un quejido de dolor. Prefería el dolor a esa extraña sensación de frío colándose entre su piel.

- Ve y cura lo que queda de Potter, lo necesito vivo.

- Mi señor - el sonido de una capa rasgando el aire se aleja y se escucha un portazo.

- Yo no soy tan blando como Severus sangre sucia, él siempre ha sido extraño. No suele disfrutar haciendo daño a escoria como tú. - Como puede, Hermione gira la cabeza mordiéndose el labio para evitar un grito y se fija en el hombre, que había tomado asiento en el sillón junto a la cama. - Por muchas ganas que tenga de encerrarte en un calabozo y dejar que mis mortífagos se entretengan, necesito algo de ti.

- No pienso ayudarte

- Crucio

El grito de Hermione resuena por las paredes. Era una maldición tan potente, con tanto odio acumulado... Le desgarra los músculos y crujen sus huesos. Justo cuando pensaba que iba a desmayarse, el Lord corta el hechizo.

- Se dice que eres una niña lista - oh, su voz comenzaba a mostrar un tono de amenaza - Yo NO soy tu amigo. A mí se me trata con respeto.

Hermione decide guardar silencio esta vez, tratando de que sus lágrimas no cayesen por sus mejillas. Tenía miedo y no sabía si iba a ser capaz de usar la fría lógica después del dolor que Voldemort le había hecho pasar.

- Así que te comportarás y harás todo lo que te ordene. Desde ahora soy tu amo.

Hermione siente que la maldición desaparece y rápidamente se pone de pie, alejándose de ese hombre.

- Imagina por un momento que no me has entendido - sonríe de medio lado de una manera arrebatadora - Y que estoy perdiendo mi tiempo aquí. Imagina que cuando salga por esa puerta haces algún tipo de idiotez. Sé que es mucho suponer pero soy un hombre precavido - conecta sus ojos con los de ella y deja de sonreír - Te aseguro, niña estúpida, que mi maldición de antes no será nada comparado con lo que sufrirás. Haré de lo que quede de tu vida un infierno y cuando me supliques que te mate, cuando incluso hayas perdido tu identidad...Entonces seré clemente y te mataré.

Hermione temblaba en la esquina que se encontraba, simplemente no podía controlarse, estaba terriblemente aterrada. La mirada de ese hombre le decía que sus palabras eran totalmente ciertas. El Lord vuelve a sonreír sarcásticamente.

- Bien, ahora ven conmigo. - el hombre anda de manera elegante hacia la puerta y, al no escuchar pasos, gira la cabeza hacia la chica tirada en el suelo. Estaba más que claro que esa cría había entrado en estado de shock.

Voldemort se pasa la mano por la cara y se deja caer de nuevo en el sillón. Había sido demasiado brusco pero no lo podía evitar: era parte de su increíblemente atractiva personalidad. Maldiciendo mentalmente de todas las formas que era capaz y recordándose que debía contenerse, se acerca a la chica y se arrodilla frente a ella para quedar cara a cara. Rápidamente, Hermione se acurruca aún más contra la pared temblando y cierra los ojos.

- A ver sangr...chica - hace todo su esfuerzo por poner la voz más amable que le permitía su orgullo pero...¡Él era Lord Voldemort! No pensaba tranquilizar a una sangre sucia. Si esa acababa muerta y no le servía, ya buscaría otro recipiente. - Si no estoy contigo estoy con tu amigo Potter ¿entiendes? Y de él solo necesito su sangre.

Hermione aprieta los labios y entiende la indirecta. Si Voldemort estaba con ella no estaba torturando a Harry.

- O-otros le torturarían... - empieza a ver la furia crecer en sus ojos - señor - prefiere apaciguar a la bestia por el momento. En ese momento no estaba preparada para soportar la ira del Señor Oscuro...ni en ese ni en ninguno.

Voldemort se piensa unos segundos si responder o no a las exigencias de la niña. Quizá podría tranquilizarla un poco, realmente la necesitaba mínimamente calmada.

- Solo yo toco a Harry Potter, es mío - con un gesto de fastidio, termina por tenderle la mano a Hermione.

Aguantando la respiración, la chica coge su mano y siente cómo tiran de ella para ponerla de pie. Estaba fría, muy fría. En cuanto se estabiliza, ambos retiran las manos como si el contacto fuese veneno. Voldemort tiene incluso el atrevimiento de limpiarse la mano en su túnica con expresión de asco.

- Muévete de una vez sangre sucia, ya he perdido bastante tiempo.

Esta vez el mago sale de la habitación totalmente confiando y Hermione no tiene más remedio que seguirle con una mirada temerosa.



Magia ancestral [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora