16. Para ser un espía I

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Severus se estaba volviendo blando, de eso no le cabía duda. ¿Desde cuando veía a una cría llorar y la abrazaba? A sabiendas de que esa escena haría bastante daño a su reputación entra aún abrazando a Granger a su despacho y cierra la puerta. No sabía por qué lloraba esta vez pero podía imaginarlo. Maldita niña sensiblona.

- Lo...lo siento - Hermione se aparta de él apartándose las lágrimas de los ojos - Sé que no le gusta el contacto físico.

- Lo que no me gusta es que me llenen de mocos la levita Granger, o que... - Bueno, quizá ese no fuese el maldito momento para pincharla - A ver, ¿Qué ha pasado? ¿Ha descubierto que tenía razón?

- Harry me ha agarrado del brazo con mucha fuerza y... me ha llamado sangre sucia - explica con la voz rota. Rápidamente siente la necesidad de explicarse - Sé que es una tontería pero ha sido en mitad de la sala común, me he sentido muy presionada, nadie me ha... - trata de contenerse para no llorar.

Severus le mira y frunce el ceño con una expresión de preocupación. ¡SE LO DIJO A ESE VIEJO! Una niña no podía soportar tanta presión, aunque fuese Hermione Granger y ahora él tenía que hacer de pañuelos. No es como si le importase, la niña conseguía que una sensación de cariño se apoderase de él y...¡SUFICIENTE!

- Imagino que eso significa que me va a hacer caso - Severus se aleja de ella hasta llegar a la estantería - Venga aquí Granger y deje de llorar de una maldita vez, no pienso volver a decir que es un diamante, a este paso estaré vomitando arcoíris en unos meses.

Hermione se queda unos segundos estática mirando a su profesor. ¿Acababa de...hacer una broma? Comienza a reírse flojito pero rápidamente la imagen de Snape vomitando arcoíris se instala en su cabeza y no puede parar de reír a carcajadas.

- Y a mi me llaman bipolar... - susurra Snape rodando los ojos esperando a que la Gryffindor se recomponga. Jamás entendería a las mujeres. Con parsimonia coge un pequeño bote de crema y es él el que se tiene que acercar a la chica.

- Señorita Granger, como no deje de reírse tendrá detención y un cero en mi asignatura.

El comentario, recitado con voz grave y armoniosa, hace efectos maravillosos en Hermione. La chica deja de reírse y se planta frente a Snape como un general.

- Lo lamento señor.

- Eso me parecía. Últimamente se disculpa usted mucho - Severus le da el bote de crema, que Hermione coge con curiosidad - Écheselo en la herida...no le quedará el moratón.

Agradeciendo en un susurro el gesto, Hermione comienza a extenderse el ungüento bajo la atenta mirada de Snape.

- Señor, tengo una pregunta - prueba suerte Hermione acariciándose el brazo dolido.

- Usted siempre tiene preguntas - el hombre se sienta en su escritorio y deja de prestarle atención, cogiendo algunos ensayos para corregir.

Hermione se queda unos segundos callada, no sabiendo si él le estaba dando permiso para hablar o no. El tono de su respuesta había sido irónico, como de costumbre, aunque no parecía querer matarla.

- Cuando estuvimos en la mansión - Snape levanta la mirada levemente, como si el tema comenzase a interesarle - Voldemort no parecía ser tan...malo - Una ceja se dispara en el rostro de Snape y Hermione se apresura a aclarar su postura - Me refiero...Sé que él es cruel, egocéntrico, malvado y todo lo que se le ocurra pero a mi no me trató mal. Se portó bien y cuando me daba clases era un genio y puede que no sea algo que deba decir - Hermione comienza a juguetear con sus dedos, acariciando inconscientemente el anillo que brillaba en su dedo corazón - Y que quizá quiera matarme pero...le echo de menos.

Magia ancestral [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora