Magia ancestral [COMPLETADA]

20. La varita de Saúco

- Gellert - afirma Albus entonces tratando de acallar la voz proveniente de su corazón que le gritaba que no le hiciese daño - Terminé contigo una vez, no me obligues a terminar dos.

Quemando la varita que hasta entonces había llevado Hermione, empuja a la chica lejos de él para poder enfrentarse a Albus. Hermione se muerde el labio al ver, por segunda vez, una de sus varitas consumirse en las llamas. ¿Qué tenían en contra de sus varitas?

- ¿Sigues siendo tan cruel como de costumbre Albus? Locomotor Mortis- susurra Harry hacia Hermione, que grita de dolor agarrándose las piernas - Me temo que si no haces algo pronto tu querida sangre sucia no volverá a andar.

El director gira su cabeza en dirección a Hermione, que gemía de dolor en el suelo sin dejar de sujetarse las piernas. Severus se había desmayado hacía un rato y Voldemort luchaba contra sus ataduras dolorido, sin apartar la vista de Hermione. Él no pensaba quedarse lisiado.

- Hay sacrificios que deben hacerse. 

- Ah... - Harry sonríe ampliamente - Nuestro lema: Por el bien de todos. Te quejas tanto de mi Albus, cuando en realidad eres exactamente igual. ¿Eres consciente de que Ariana puede volver? - el director frunce el ceño ante Harry - Puedes redimirte Albus, aquella noche jamás debió transcurrir así.

Albus Dumbledore mantenía una expresión serena, llena de dolor y añoranza ante las palabras de Harry, en ese momento controlado por su antiguo amigo. Mientras Voldemort había conseguido liberarse de sus ataduras y se arrastraba hacia Hermione con las pocas fuerzas que le quedaban.

La chica le mira con los ojos llorosos y Voldemort trata de concentrarse, buscando algún contrahechizo en su mente. Hermione, notando que el hombre trataba de ayudarla empieza a buscar entre sus recuerdos. En algún libro debía haber leído algo sobre esa maldición.

- Odiabas a los muggles tanto como los odiaba yo, ellos te la arrebataron. Recuerda nuestros sueños Albus, nuestras aspiraciones. Un mundo en el que los muggles estuviesen controlados por los magos.

Voldemort levanta la mirada en ese momento, observando atentamente al hombre que tanto odiaba. ¿Albus Dumbledore había deseado en algún momento de su vida esclavizar a los muggles? Empieza a reírse por lo bajo a pesar de que el dolor que cubría sus piernas iba en aumento. Hermione le miraba totalmente confundida pero él simplemente sigue riéndose, cada vez más alto.

- La última vez nuestro duelo duró cerca de tres horas Albus, no me hagas perder el tiempo, esta vez perderías. Estoy en un cuerpo joven, rebosante de magia y tú no dejarías que matase a gente inocente - mira de reojo a Snape desmayado y a Hermione.

Albus aprieta los labios mirando a su amigo y la punta de su varita brilla.

- No puedo permitirte esto Gellert.

Mientras ambos magos se lanzaban maldiciones unos a otros de forma veloz, Voldemort deja de reír y vuelve a prestar atención a la chica que tenía frente a él.

- ¿Cómo te puedes reír? -pregunta Hermione apretando los dientes para no llorar - Este dolor es...

- Bastante sabroso - sonríe de lado Voldemort - No me mires así querida, soy un masoquista.

- ¿Cómo ha... llegado el director? - Hermione se agarra a los brazos del Lord clavando en ellos las uñas tratando de apaciguar el dolor.

- Tu amiguito el pelirrojo se ha ido al ver en lo que se transformaba la escena, imagino que para llamarle. Ha sido, sin dudas, una experiencia reveladora - admite Voldemort acariciándose la barbilla - Que Dumbledore quisiese esclavizar muggles en su juventud es de lo más esclarecedor. - Hermione rueda los ojos.