Magia ancestral [COMPLETADA]

10. Para salvar a Harry

- No me mire con esa cara de anonada Granger, es bastante poco tolerable.

A los pocos minutos Snape había vuelto en sí, a su personalidad fría y su máscara de seriedad exenta de sentimientos. Era inexcusable la manera en la que había perdido el control, al fin y al cabo a quien había besado era a su alumna, no a la mujer a la que amaba. Se sentía como una marioneta, pero qué remedio.

- En serio Granger, si hubiese sabido que esto iba a traumatizarla tanto lo habría hecho hace años para ver si así cerraba su pico de sabelotodo - Severus lanza un suspiro al aire y mira con cara de pocos amigos a Hermione, que permanecía callada mirándole fijamente - Y aparte esa mirada de mi.

- ¿Vas a ayudarme? - pregunta con ciertas dudas la chica. El fantasma de Lily se estaba consumiendo en su interior, como si no quisiese robarle más vida. Ciertamente un pensamiento muy Slytherin estaba pasando por su mente: utilizar a Snape para salvar a su mejor amigo y salir de allí para informar a Dumbledore. 

- Dígame Granger, ¿En qué momento me ha perdido completamente el respeto y el miedo? - la chica enrojece levemente - ¿Ha sido cuando me he arrastrado como un perro a sus pies...? ¿O cuando, en el sótano, he decidido no mirar la escena?

- Yo nunca le he tenido miedo profesor...Yo...

- Usted - remarca la palabra - va a cerrar la boca y a dejarme actuar Granger. No sé si habrá notado que el Lord no es... - Severus se queda callado.

- ¿No es...?

Snape empuja a Hermione, dejándola caer sobre la cama para callarla. En ese momento la puerta se abre y Voldemort entra en la estancia, mirando la escena con curiosidad.

- ¿Has terminado tus juegos Severus? - Hermione se sorprende al notar la voz, mucho más siseante y menos varonil, además de encontrarse frente a un hombre de aspecto enfermizo y sin pelo. 

- Mi señor - asiente levemente y sale de la sala.

Hermione casi lo maldice en voz alta por abandonarla. No es que quisiese estar con Snape, le daba bastante asco y era un traidor pero sus memorias...la forma en la que hablaba con la madre de Harry... Jamás habría pensado que su profesor de pociones tuviese sentimientos.

- Bueno sangre sucia, dime, ¿Cómo te encuentras?

"Mejor que tú desde luego"

- Bien.

- ¿Tu compañera está desapareciendo ya? - Hermione boquea levemente sorprendida - Vamos, no pensarás que no conozco de sobra a la mujer que me asesinó hace unos años con un hechizo de magia antigua ¿no? No es capaz de sacrificar a una sangre sucia para sobrevivir, igual que no fue capaz de sacrificar a un estúpido bebé.

- ¡Era su hijo, no un estúpido bebé!

- Un... - sisea con tono de amenaza - Estúpido bebé. Así que cuando se desvanezca volveré a usarte, pero esta vez atraeré a la mayor hechicera de todos los tiempos - cierra levemente los ojos y los vuelve a abrir - Para ello tendrás que aprender algunas habilidades o no reconocerá tu cuerpo como válido.

- ¿Y qué te hace...le hace pensar que lo haré? - Hermione se corrige con desgana al verle acariciar su varita.

- Te permitiré curar a Potter.

- Acepto.

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A los pocos minutos tras aceptar el ofrecimiento de Voldemort la puerta de su habitación se abre, dejando pasar a Snape cargando con un muy malherido Harry. Sin embargo no parecía tan mal como cuando la chica había bajado al sótano, así que eso debía ser una buena señal. Snape debía haberle curado y si para ella no pasaba desapercibido, para Voldemort tampoco. Dejando a Harry sobre la cama, Snape desaparece de nuevo por la puerta de la habitación. Hermione esperaba que avisase a Dumbledore, aunque sabía que era prácticamente imposible. Rápidamente fija su atención en su amigo. Harry estaba destrozado. Ella, debía admitir, no tenía suficientes conocimientos de magia curativa como para salvar a su amigo. Mordiéndose el labio gira la cabeza hacia Voldemort, clavando su mirada verdosa en él aunque el Lord parecía no hacerle mucho caso.