Voldemort se encontraba mortalmente aburrido observando a sus mortífagos de manera inquisitorial. Todos parecían tener algo importante que comunicarle en aquella tonta reunión. A veces, debía admitir, llegaba a desesperarse enormemente.
- Mi señor - y de nuevo la voz de Bellatrix, tan perdida por él que ya hasta le asqueaba. No entendía la obsesión de esa mujer - Yo creo que es mejor matarle y...
- Yo decidiré lo que es mejor - la interrumpe deseoso de un poco de tranquilidad. - Habla Lucius, ¿Qué dice tu hijo?
- Hogwarts es un caos desde que se llevó a la sangre sucia y al chico mi señor - susurra Lucius sin mirarle a los ojos, asustado - Draco afirma que Dumbledore está desesperado y no comprende cómo ha ocurrido todo. El director no sale de su despacho y mi hijo ha escuchado a Minerva McGonagall hablar preocupada con profesores sobre el estado del director.
- ¿Estado?
- En Hogwarts se habla de que...bueno, está inmerso en una depresión señor.
Vodemort se echa hacia atrás en su asiento con expresión pensativa. Ese Dumbledore...tan inteligente. En realidad, Albus Dumbledore y él mismo no eran tan diferentes. Ambos tenían grandes ambiciones y un terrible lado oscuro. La única diferencia entre él y el viejo era que no necesitaba ocultar ese lado oscuro: lo mostraba orgulloso. Dumbledore, por el contrario, lo mantenía perfectamente escondido bajo esa máscara de mago excéntrico. Pero él era Lord Voldemort, sabía la verdad: Albus Dumbledore podía llegar a ser incluso peor que su persona y eso lo convertía en un adversario increíblemente poderoso.
Por otro lado estaba Potter. Se sentía increíblemente orgulloso de su autocontrol. No se consideraba un mago guiado solo por sus emociones pero las artes oscuras lo consumían y a veces no era capaz de controlar la ira: Se podía decir que tenía bastante mal carácter. Nada más tener el niño entre sus manos había deseado destrozarle al más puro estilo muggle, pero ese momento ya llegaría, lo necesitaba para que la chica le obedeciese.
Su mente se centra en Hermione Granger. Hacía unos días que no veía a la sangre sucia y comenzaba a tener la necesidad de...mirarla. Podría matarla en cualquier momento y la idiota se poner a hablar de defensa de elfos domésticos...¡a él! Por no hablar de los insultos que le había dedicado en la mazmorra. Ella no había bajado la mirada como Lucius, o le había brillado los ojos como a Bellatrix. Ella lo odiaba y a él le encantaba que lo odiase. Le encantaba esa mirada llena de fuego que le dedicaba. Sí, le gustaba esa sangre sucia, quizá se la quedase de recuerdo.
- ¿Mi señor? - la voz de Bellatrix saca de su mente la imagen de una chica de pelo rizado con el rostro contorsionado de la ira.
- ¡¿Se puede saber qué es lo que quieres?! - ante la respuesta violenta de su señor, Bellatrix agacha la mirada y se agazapa en el asiento. El lord gira su mirada hacia el rubio posándola antes en todos los asistentes, consciente de las expresiones de miedo que recorrían a cada uno de ellos. Con un movimiento elegante termina por levantarse lentamente, sintiendo a Nagini arrastrarse junto a sus pies - ¿Algo más? - sisea desganado, seguía necesitando una solución para su aspecto.
- Tengo lo que me pidió mi señor.
- Lucius, tu hijo se ocupará de matar al estúpido Dumbledore, me es indiferente cómo. Espero que el hijo sea más competente que el padre - le recuerda el desastre del departamento de misterios. - Dolohov, quédate.
Todos sus mortífagos salían por la puerta tras él agachando levemente la cabeza al pasar a su lado. Eran tan débiles...¿Realmente él merecía esos tristes súbditos? Pronto cambiaría eso.
- Así que tienes lo que te pedí - se gira para mirar el crepitar del fuego.
- Así es mi señor, está abajo.
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Magia ancestral [COMPLETADA]
FanfictionTras una reunión con su Lord, Severus descubre el nuevo plan del señor Tenebroso para hacerse con el mundo mágico. El mago tenebroso deseaba abrir una cámara poderosa, llena de magia antigua que le permitiría conquistar el mundo. En ese momento de...