Desperté en mi celda.
Observé a los costados encontrándome con los rostros preocupados del resto.
-¿Como estás?-Preguntó Dante frente a mi.
-Mejor-me quejé al intentar pararme y me recosté de nuevo.
En ese momento el guardia entró con el chico de ojos azules, quien lloraba en el hombro del guardia.
-¡Maldita sea!, ¡odio esto!, ¡me odio, los odio!-Golpeó el piso con desesperación-¡Quiero morir!¡Mátenme de una maldita vez!-Gritó aferrándose a la reja de la celda.
-Hey Emi cálmate, los vas a hacer enojar-dijo el moreno intentando calmarlo.
-¡Ya no me importa!, ¡prefiero morir a ser utilizado como muñeca de trapo!-Lloró con la frente sobre la fría reja-¡Son unos animales sin corazón!.
¡Arruinaron mi vida, los odio, los odio, los odio!-Y así continuó toda la tarde, o noche, la verdad no distinguía el día y la noche en este lugar.-Emi-el moreno apoyó una mano sobre el ahora más tranquilo, pero llorón chico-Se que esto es difícil, pero debemos enfrentarlo. Juntos vamos a salir de aquí, tenemos que demostrarles a estos mal nacidos que no nos pueden utilizar, que somos más fuertes que ellos-acarició el cabello del chico quien estaba destrozado por dentro.
-No entiendes...Me doy asco, mi novia ya no me querrá, mi familia no me querrá y mis amigos menos...¡Soy una maldita puta!-Y así lloró más fuerte, lleno de impotencia y nosotros lo entendíamos, solo que a diferencia de el nos lo guardabamos.
-Hora del aseo-anunció el guardia. Nos sacó a todos y nos escoltaron hasta el área de las duchas, nos desnudamos y observamos al resto de los chicos que se encontraban en otras habitaciones.
Varios de ellos tenían moretones en todo su cuerpo, otros estaban intactos mientras que el resto se veía enfermo.
Suspiré y una lágrima cayó por mi mejilla.
¿Cuanto tiempo más aguantaríamos en este lugar?¿Alguien tendría alguna pista sobre nuestro paradero?
Miles de preguntas que no podía ni contestar nacían en mi cabeza...Pero todo se detuvo al ver ese par de ojos verdes que antes había visto, no sabía si en mi sueños o de verdad, pero el chico si lo era.
Se encontraba en el fondo, bañándose, eso significaba que era uno de nosotros y no alguien de afuera que podía salvarnos.
Suspiré y lo volví a observar, increíblemente sus ojos se encontraban fijos en los míos.
Observé su cuerpo musculoso, sin ningún moretón ni una marca. Me bañé observándolo y en un momento me sonrió, y esa sonrisa me hizo tener fuerzas.
Debía luchar por salir de aquí, por todos nosotros, sonreí igual y así nos quedamos hasta la hora de volver a nuestras habitaciones.
Antes de cruzar el pasillo nuestras miradas se encontraron y un escalofrío me recorrió.
La puerta se abrió sacándome de mi ensoñación, el guardia nos observó y paró su mirada en mi.
-Te esperan, vamos-abrió mi celda. Con dificultad para caminar salí de mi celda, los demás me miraron preocupados y asentí en señal en qué estaba bien por mas que fuera mentira.
Entré al lugar encontrándome nuevamente con el hombre de hace unos días.
Hoy pude observar su rostro, era un hombre joven e increíblemente apuesto, pelo castaño con unos rasgos remarcados por una fina barba bien recortada y un par de ojos almendrados lo hacían el hombre perfecto.
Su sonrisa se borró al verme.
-¿Que fue lo que te hicieron?-preguntó con aparente enojo-Ven-palmeó su regazo.
Con duda y dificultad me senté sobre él, apoyé mi mano en la suave cama, hace tanto tiempo que no dormía en una.
-Acuestate, no vamos a tener sexo contigo así. No estás bien, tranquilo acuéstate un rato-acarició mi espalda.
Lo miré con duda y me recosté en la cama...Que delicia.
-¿Porque te hicieron esto?-Acarició mi brazo con delicadeza.
No le respondí, no pensaba hablar con él.
-Esta bien lo entiendo-suspiró y se quedó en silencio pero yo no me pude resistir.
-¿Que haces aquí?-Le pregunté sin mirarlo.
Sus ojos se abrieron sorprendidos y me miró por un largo rato.
-¿A que te refieres?.
-Eres un hombre apuesto, seguro tienes mucho dinero y muchas personas detras tuyo hombres y mujeres. Mi pregunta es...¿Qué hace un hombre como tú aquí?
El silencio se hizo presente.
-Le diré a los guardias que te traigan algo de agua-dijo levantandose.
-¡No!, ¡Me van a castigar!-Salté de la cama asustado.
-Hey tranquilo no lo harán-asentí y volví a recostarme.
El salió y le pidió algo al guardia, a los minutos vino y me entregó un vaso de agua.
Lo miré con inseguridad.
-No tiene nada lo juro-dijo frente a mi.
Lo tomé y sentí como me refrescaba, desesperado tomé hasta la última gota en el.
Cerré los ojos y sonreí, nunca antes de esto había pensado que el agua sería tan rica.
-¿Estas mejor?
Asentí y volví a recostarme.
-Lamento decirte Luke que mi tiempo contigo se acabó, les diré que fuiste asombroso no te haran daño-se paró y limpió sus pantalones.
Antes de salir lo tomé del brazo.
-Gracias...-Susurré.
Sonrió levemente y salió del lugar.
A los minutos vino el guardia y sin ningún problema me llevó a la celda.
Todos dormían así que decidí hacer lo mismo, me recosté contra la pared y cerré mis ojos.
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No hay salida (Gay/Yaoi)-Sin Editar
General FictionPor séptima vez en el día me dejaron en mi celda para si al fin poder descansar. Mi cabeza daba vueltas. Ya no sabía cuántos hombres habían estado conmigo en sólo este día, apenas me di cuenta que estaba en mi fría celda por el húmedo piso y el cara...