Como todas las noches me encontraba esperando a que Byron llegara, ya se había hecho habitual que lo espero y tengamos sexo que por cierto disfruto.
-Hola hermoso-entró con una sonrisa.
Me acerqué a él y el rodeo sus brazos en mi cintura desnuda acariciando mi piel de arriba a abajo hasta llegar a mi trasero.
-¿Cono te fue hoy?-Me atreví a preguntar.
-Bien estuve todo el día pensando en ti-susurró en mi oído dándome un escalofrío.
Su mano grande y caliente se dirigió a mi miembro.
Sonreí y me voltee apoyándome en su ahora erección.
-Que sexy que eres Luke-mordió mi lóbulo.
Volví a ser una puta, pero al menos me mantenía sano y no me golpeaban, eso bastaba para mi, aparte de que Byron y los hermanos eran muy buenos con nosotros.
Luego de una sesión de sexo intenso nos acostamos tranquilos.
-¿Como estás?-Me pregunta Byron mirándome.
-Bien..-Lo miró confundido por la pregunta.
-Me refiero a si estás bien con esto, si quieres no tenemos más sexo y si quieres puedes...
-Estoy bien, me siento a salvo contigo-dije de verdad mirando a la pared.
-Esta bien-acarició mi cabello.
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Al otro día me desperté y bajé a desayunar con los chicos y los hermanos como siempre, todos miramos a la puerta asustados esperando a que no fueran los hermanos.
Primero entró Brutus con su habitual sonrisa, luego Elías y al parecer esperaban a otra persona.
-Hermanitos al fin llegó nuestro hermano-todos nos miramos ante las palabras de Brutus, no conocíamos a ese hermano, el último hermano.
Mi corazón se aceleró, mi piel se erizó e imágenes de aquella última noche con él,el sufrimiento y cuando le tomé asco y miedo.
-Buenos dias-sus ojos se clavaron en mi y los míos se abrieron a más no poder.
Emi me miró asustado, y yo solo podía temblar, todo iba tan bien y ahora volvía él para cambiarlo todo.
Mi vista se comenzó a nublar y de pronto ví todo negro.
-Luke-escuché una voz susurrarme-Luke.
Abrí lentamente los ojos encontrándome al hombre que todo este tiempo me protegió.
Y sin dudarlo me abracé a él y las lágrimas comenzaron a caer.
-Tranquilo hermoso...¿Que te pasa, porque reaccionaste así?-Acarició mi cabello recostándome en su regazo.
-Yo...Yo tengo miedo-sollocé más fuerte.
-¿De que cariño?
-De...De él-me escondí en su cuello recordando las imágenes horrorosas de el enfurecido-De Mathew...-Susurré.
Y un silencio se hizo.
-¿Ya lo conocías?...Sabía que el frecuentaba esos lugares pero...
-Él..Fue..Él-cerre la boca.
¿Que pasa si él se lo tomaba a mal?
-Puedes decirme pequeño-acarició mi cabeza.
-Él me golpeó, varias veces en un día, los moretones que viste fue el...-susurré-Él iba con un amigo y siempre nos...Hacían cosas con mi amigo, lo destrozaron de tal manera que se lo llevaron...Por favor solo te pido que no lo dejes acercarse a mi-y las lágrimas seguían cayendo, con impotencia, miedo y furia.
-Dios...Sabía que estaba diferente pero nunca lo creí capaz de algo así-acarició mi cabello-Tranquilo, él no podrá tocarte-me abrazó más fuerte-Ven, debes comer algo-tomó mi mano y bajamos por las escaleras, mis pies temblaban.
-Que bueno que estés bien-Emi corrió hacia mí y me abrazó.
Miré hacia ambos lados, gracias a Dios el no estaba.
-Tranquilo, no está aquí-dijo Jessie tomando mi mano.
Nos sentamos y comenzamos a comer, mis nervios no se iban y menos al escuchar pasos por la escalera.
-Hermanitos vamos a salir un rato, si quieren venir están invitados-dijo Brutus mirando a Byron y al resto.
Pero mis ojos solo estaban en él quien me miraba fijamente con una pequeña sonrisa que me daba escalofríos.
Me tranquilice al sentir el brazo de Byron en mis hombros, la sonrisa de Mathew se borró y salió enojado por la puerta.
No presentía nada bueno de esto.
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No hay salida (Gay/Yaoi)-Sin Editar
Ficção GeralPor séptima vez en el día me dejaron en mi celda para si al fin poder descansar. Mi cabeza daba vueltas. Ya no sabía cuántos hombres habían estado conmigo en sólo este día, apenas me di cuenta que estaba en mi fría celda por el húmedo piso y el cara...