Cumpleaños y el callejón diagon

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Animalia

Me desperté con un delicioso aroma a té fresco, del que prepara padre. Mi sistema comenzaba a despertar, por segunda vez.

—Feliz cumpleaños querida— me sonríe mi padre con una bandeja en las manos.

—¡Feliz cumpleaños Ani! —Me felicita entusiasmada mi hermana , cayendo en mi cama.

—Gracias, a ambos.

—No creas que por ser tu cumpleaños te voy a perdonar que se escaparan en la noche, ¡Y sin avisarme!— reprocha mi padre.

La metamorfomagia  se hace presente en mi, y mi cabello cambia a color rosa oscuro, eso pasa cuando me siento incomoda o avergonzada.

—Lo siento papá, fue mi culpa—responde calmada mi hermana.

Intenté hablar para negar la confesión, pero fui interrumpida por un ruido en el comedor.
El temor se presenta con un tono blancuzco en mi cabello.

Mi padre baja rápidamente las escaleras, y yo tras él, mantengo detrás de mi a Luna, por si es algún mortifago.
Los ataques no eran novedad, ya que nos habían atacado veces pasadas. Era consiente de lo que conllevaba mi nombre a mi corta edad.

—Feliz cumpleaños Animalia.

Me felicita mi abuelo, Albus Dumbledore.
Un arcoíris se dispara en mi interior, y se representa en el exterior.

—¡ABUELO!

—¿Cómo estás querida? ¡Feliz cumpleaños! — Me sonríe con una de sus clásicas sonrisas llenas de amabilidad.

—Muy bien abuelo, gracias.

—Te he traído algo pequeña—Me extiende un sobre, con el sello escarlata, el cual sabía exactamente lo que significaba.

—¡Por las barbas de Merlin!

—Quise entregártela personalmente.

—Gracias abuelo.—Lo envuelvo entre mis brazos.

Al fin me a llegado mi carta para Hogwarts, uno de los momentos más emocionantes de mi vida; al fin podré ir a esa escuela de la que tanto me habló mi abuelo, donde se supone viviré grandes aventuras y conoceré nuevos amigos, según las palabras de muchas brujas y magos que he conocido.

—Querida, te quedaste pasmada— Se mofó mi abuelo.

—Estoy muy emocionada solo es eso.

—Lo sé querida, ahora alístate iremos al callejón Diagon  a comprar tus útiles para la escuela.

Subí corriendo, dando zancadas hasta mi habitación, me alisto, me pongo un lindo vestido azul turquesa con un lazo por detrás, unas lindas sandalias plateadas, y dejo mi cabello suelto; aunque aún no pueda cambiar el arco iris  que brilla con intensidad a cada momento.
Bajé corriendo, hasta llegar a los brazos de mi abuelo.
—Abuelo ¿Luna puede venir con nosotros?

—No Ani,  tú debes disfrutarlo, solo me falta un año más para ir. Quiero tener esa sorpresa, pero gracias.

—Es demasiado sabia para su edad señorita Lovegood. Toda una Ravenclaw.

—Gracias— agradece mi pequeña hermana con las mejillas sonrosadas. Entrar en Ravenclaw era mantener el legado de mamá con nosotras.

Mi abuelo extiendo su brazo, y yo lo tomo, no sin antes abrazar a mi hermana.

—Te quiero hermana.

La Hija de las Criaturas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora