They just fell in love » Larry Stylinson - 1ra parte

Escuela (I).

4 (I).

El sol comenzaba a renacer como todas las mañanas y se escabullía sobre las rendijas que quedaban en la ventana.

-¡Despierta Harry, primer día de escuela! -Gritó mamá, logrando que dé un salto del susto.

Abrió las ventanas de par en par provocando que el sol iluminara por completo mi habitación.

-Buen día, mamá.

Ella besó mi frente y se retiró. Busqué mis pantalones color caqui y una simple remera blanca acorde con mis Converse.

-¡El desayuno, niño!

Habló Gemma desde las escaleras con ese tono de voz incomparable, ese que irritaba pero sabía comprender.

-Sí, querida Gemma.

Rezongué y corrí por las escaleras arrojando mi viejo bolso por delante de mis pies.

-¿Estas emocionado?

Preguntó mamá sirviendo un poco de té en mi taza, serví agua en un vaso y fui directo a regar mi plata favorita que se encontraba justo en la ventana, un cactus.

Estaba a punto de responder ''sí, claro, ¿qué clase de adolescente con 16 años estaría emocionado por comenzar las clases y en una nueva escuela?'' pero sería demasiado desagradecido de mi parte.

-Claro, estoy seguro de que será genial.

Hablé sarcásticamente pero mi madre sonrió satisfecha. Gemma se despidió dándome un beso en la frente mientras me arrancaba un par de rulos.

Terminé el desayuno, me colgué el bolso marrón lleno de pins sobre mi hombro y estaba listo para salir.

-Espero que todo vaya mejor aquí, cariño. No importa lo que pase, nunca olvides de ser tú mismo.

Asentí para besarle la mejilla y ella me acompañó hasta la casa de los Tomlinson, dejándome como excusa que tendría una reunión con Jay con respecto al trabajo pero ella no quería dejarme solo.

-¡Buen día, Anne! ¡Buen día, cariño!

Me saludó con un estruendoso beso en la mejilla e inmediatamente sonreí.

-¡Llegó papá! Adiós, mamá.

La pequeña Phoebe se colgó del cuello de su madre, agitó su mano frente a mi mamá y luego me dio un pequeño apretón de manos. Era una completa ternura, admito estar enamorado de ella pero claro, en el buen sentido.

-¡Date prisa, Louis!

-¡Mamá, Louis no quiere salir del baño!

Se quejaban las otras dos desde la escalera con media cara maquillada, que hermosa familia. No pude evitar reír.

-Ya par de monstruos, cálmense. Adiós mamá, ya iré.

-Adiós cariño.

Lo besó en la frente, oh dios, yo también quería hacer eso.

-Adiós ma, te veré luego.

Besé a mamá en la mejilla y ella me apretó las mías. Entonces, seguí a Louis por detrás.

Caminamos hasta la acera donde se encontraba una camioneta estacionada, el castaño sacó un par de llaves y sin querer se deslizaron hasta caer bajo el auto.

-Qué estúpido. -Susurró, aceleré mi paso hasta él y alcance sus llaves.

-Aquí.

-Gracias Harry.

Abrió la puerta del lado del copiloto dándome lugar para poder sentarme. Él cerró la puerta levemente y coloqué mi bolso sobre mi regazo, la vieja camioneta estaba muy bien cuidada y olía a pino canadiense.

-¿Cómo estás?

Preguntó el ojiazul dirigiéndome la mirada y yo mordí mi labio inferior disimuladamente.

-Bien, nervioso supongo.

-El primer día siempre es igual, crees que todo irá de mal en peor pero luego se acomoda y ¡bam! Concluye el ciclo de clases, es divertido.

Reí tímidamente ante eso, al parecer tenía buen sentido del humor.

Repasemos: Louis Tomlinson, 17 años, buen sentido del humor. ¡Genial!

La camioneta se detuvo y no logré moverme.

-Entiendo que temas lo peor pero no estoy seguro de que puedas pasar todo el día sentado en la camioneta aunque, pensándolo bien, tal vez podrías cuidarla mientras no estoy.

-Me gusta esa idea. -Le dije sonriendo y los dos reímos.

-No, debes ir clases. Vamos.

Me empujó fuera de la camioneta y continuamos caminando juntos hasta el interior del establecimiento.

-¿Pasaremos la hora del almuerzo juntos, Louis?

-¡No!

Me empujó sosteniéndome del hombro izquierdo, ¿qué pasó? ¿Qué hice mal? Quise seguirle los pasos pero se perdió entre los inmensos pasillos, además, estaban todos repletos de estudiantes estúpidos como yo.