Perdida.

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24.

-No me gusta el helado de chocolate. Ya cállate.

Se quejó el castaño.

-¿Y el de frutilla, amor?

Volví a insistir.

-¡No, Harry!

Gritó. Haciéndose a un lado del sillón mientras volvía a recubrirse con una cobija. Me atrevo a decir que estábamos a unos 26 grados pero él aún tenía "frío".

-Parece que alguien está de malas hoy.

Dije mientras colocaba el helado en la mesa de la sala.

-Nadie está de malas. Estoy enojado porque Rachel no debía morir... ella no se lo merecía. ¡Todo por Jake! Ese bastardo nunca mereció su amor.

Acababamos de ver el final de nuestra telenovela favorita y nuestro, valga la redundancia, personaje favorito había muerto, asesinada por su único amor.

-Estas juntándote mucho con tu novio. No se suponía que fueras así de... gay.

Pronuncié, tratando de evitar la risa y recibiendo una mirada de enojo por parte del de ojos azules.

-Oh, mira quien ha llegado -Can atravesó la puerta- te dejaré e iré a ver a Niall, te amo.

Besé su frente y luego saludé a Candy que tenía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.

Narra autora.

La casa se encontraba totalmente deshabitada con apenas dos almas en ella.

Harry, como anteriormente se lo había explicado a su novio, había ido de visita a la casa de su amigo Niall.

Louis, con su enojo por la muerte de Rachel, aceptó la propuesta de Candy que consistía en salir a tomar aire.

Gemma y Phoebe estaban en sus respectivas habitaciones, la mayor era la encargada del cuidado de la pequeña.

El timbre resonó en toda la casa y Phoebe corrió a la puerta.

-No abras, Pheeb. Primero debemos ver quien está del otro lado.

Ella dio unos pasos hacia atrás dándole lugar a Gem para ver por la ventana izquierda disimuladamente y allí se encontró con su novio Logan.

No lo dudó y en dos segundos se encontraba besándolo ante la mirada atenta de Phoebe.

Ella se colocó de rodillas frente a la rubia para darle información del invitado.

-Phoebe, él es Logan, mi novio.

El chico de corta estatura, robusto y morocho se adentró en la sala con una sonrisa.

-Hola Phoebe, encantado de conocerte. Gemma me ha hablado muchísimo de ti.

-Hola Loggie.

Pronunció la rubia con ese toque de chiste y mágico que nunca faltaban en sus palabras.

-Buen sobrenombre.

Alagó el joven.

-Pheeb, Loggie y yo estaremos en mi habitación. Si necesitas algo, sólo llámame.

-¡Bien!

Corrió con una sonrisa por las escaleras y los dos jóvenes la vieron divertida.

-Ahora estás sólo para mí, ven, vamos a mi habitación.

Propuso Gemma a su querido novio.

Ellos repitieron la acción de la pequeña y se metieron en la habitación de la mayor.

They just fell in love » Larry Stylinson - 1ra parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora