They just fell in love » Larry Stylinson - 1ra parte

Infierno.

25.

Sostener la mano de Harry era como sujetar una mariposa. O un latido. Como tener en la mano algo completo y vivo.

No era nuestro mejor momento, no realmente, pero lo sobrellevabamos y trabajábamos juntos para poder salir de esto.

Su suave piel recibía mis caricias, una sonrisa ladeada que reflejaba tristeza, amaneció en su rostro.

-¿Crees que podramos tener a Phoebe aquí junto ahora mismo?

Preguntó, con una lágrima sobre su rosada mejilla.

-No lo sé, mi amor. Si lo supiera, haría todo por arruinar al hijo de puta de Jack.

-Deja de pensar en el bastardo, por favor, ¡pensemos en Phoebe!

Los sollozos se hicieron presentes otra vez en la sala como hace tres días venía ocurriendo.

Presioné mis labios contra los suyos, brindandole paz y tranquilidad. Las pistas que los investigadores encontraban iban de bien a mejor, pronto tendríamos a Pheeb con nosotros.

Él se acurrucó junto a mi y mi móvil comenzó a sonar descontroladamente.

Era Jack.

-Devuélveme a Phoebe -lloriqueé- Por favor Jack, te daré lo que quieras a cambio.

Parecía un pequeño niño al que habían quitado su colorido dulce.

Harry extrajo el celular de mis manos poniéndolo en alta voz.

-Quiero tenerte a ti de nuevo, Louis. Que volvamos a ser lo de antes, sin ningún idiota interrumpiendo en nuestro camino. Que vuelvas a ser todo y solo... mío.

Su voz era tan grave y dura que daba miedo.

-No lograrás nada llevándote a Phoebe, vamos Jack.

-Te veré esta noche en Skellington, el edificio azul, tercer piso. Ven solo, porque no sabes de lo que soy capaz.

La llamada finalizó, dejándome completamente paralizado. Mi sangre se heló por un segundo y no lograba respirar muy bien.

-Iré contigo.

Se adelantó Harry.

-Tú no irás a ningún lado, has oído bien lo que salieron de su boca.

-Él te hará daño.

Lamentó.

-Lo hará peor si voy contigo, amor -acaricié su mejilla-. Será mucho mejor que te quedes aquí.

-Debemos avisarle esto a los oficiales.

Avisó poniéndose de pie y cargando el celular entre sus manos.

-De ninguna manera -me apresuré a quitarselo-. Haré las cosas a mi manera. Él se metió con mi familia, Harry. Va a pagarme todas, una por una. Voy a hacerlo sufrir como lo hizo conmigo.

-Cariño, solo queremos que Phoebe esté devuelta. No necesitamos hacer sufrir a nadie, sólo que Jack pague su condena en la cárcel.

-Él pagará su condena en la cárcel pero también lo haré pagar por mano propia.

El reloj de la sala marcaba las 5 p.m., la tranquilidad me acechaba. Esta noche tendríamos a Pheeb devuelta.

Harry no paraba de dar vueltas por la casa. Estaba impaciente, triste y agobiado por toda la situación. Ver a Gemma cargar con la culpa de que Phoebe no estuviera con nosotros, no le hacía mejor.

Me eché sobre el sillón de la sala a disfrutar de una siesta como no lo hacia en días, era la única manera de que las horas pasaran relativamente rápido.