Felicidad.

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17.

-¿Así que serás la "cita" de Louis?

Preguntó Gemma mientras reía y volvía a repasar con la vista y el tacto el traje que usaría para la tan especial ocasión.

-Digamos que sí.

Habíamos usurpado el cuarto de mamá, Fizzy y Lottie ayudaban a Louis y Gemma a mí, en cambio, Phoebe corría de cuarto a cuarto para controlar.

Nadie sabia que Louis sería mi cita y que yo sería la suya, solo Gemma y supuse que mamá pronto se enteraría.

-Hace mucho no te veía así de feliz. Él te gusta, ¿verdad?

Me sonrojé luego de la pregunta de Gemma, ella era una de las personas que más me conocía después de mamá y claro, en tercer lugar estaba Adam y contemos a Louis como en el cuarto o quinto puesto. No tenía muchos secretos por esconder así que el ''conocer'' entraba en otro tipo de campo.

-¿Crees qué deba usar el perfume rojo o el azul?

-Rojo pasión.

Respondió ella mientras me guiñaba un ojo, o dos, porque jamás le había salido. Luego de verla intentarlo otra vez comencé a reír y ella me golpeó, demasiado fuerte para mi gusto.

20:47 p.m.

-Mierda, Harry se hace tarde ve a cambiarte corre, corre.

-Tú deberías correrte de la habitación, ¿qué no ves que no puedo cambiarme en otro sitio?

Ella se retiró pero no sin antes darme un ''merecido'' en la cabeza que logró hacerme gritar porque hacia más o menos una hora había estado tratando de peinarme.

Me quité la bata, que no está demás decir que era rosa porque no era de mi propiedad, y me coloqué la camisa. Moño, corbata, moño, corbata, ¿entienden mi dilema?

Un par de botas, jeans oscuros, camisa blanca, moño y un saco azul brillante, ¿estaría mi vestimenta acorde para la velada? Me vi al espejo y estaba sorprendido. Me veía bien, y lo mejor de todo, feliz. Jamás hubiese imaginado que un simple cambio de ciudad cambiara mi vida para siempre. En Sinking nunca hubiese podido ir, nunca hubiese podido participar por vergüenza. Ellos me humillaban, ir al instituto era un completo calvario. Gay de acá, gay de allá, y más insultos que no podrían ser nombrados por respeto a otros seres humanos. En cambio, Merston se había convertido en mi segundo hogar, mi refugio. Los profesores desprendían afecto y los demás estudiantes no notaban mi existencia y eso me brindaba mucha felicidad. Hayley desde el primer momento confió en mi para ser su amigo y me dio la oportunidad de conocer a los suyos y de adaptarme mejor. ¿Qué hay de Louis? Digamos que mi opinión con respecto a su existencia aún no está completamente decidida. Si, nos llevabamos más que bien pero, ¿cómo se identificaba nuestra relación?

Tres toques resonaron en la puerta de la habitación y una dulce voz se oyó.

-Harry, cariño, ¿puedo pasar?

-Adelante mamá.

-¡Tan solo mírate! Mi pequeño está hecho un hombre.

-Llorar no, por favor. Harás que se me corra el delineador.

Bromeé y ella me abrazó con una sonrisa de oreja a oreja.

-Gemma me contó que Louis será tu cita.

Dijo mientras acomodaba el traje que acababa de arrugar ella misma y yo continuaba acomodándome el cabello frente al espejo de pie que mamá tenía. La puerta volvió a sonar dejándome escuchar una aguda pero no femenina voz.

They just fell in love » Larry Stylinson - 1ra parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora