Esperanzado.

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20.

Louis POV.

Harry caminaba rápidamente por la habitación mientras ajustaba y desajustaba su corbata oscura y yo, tan sólo lo veía gracioso desde la cama.

-Ya, ¿quisieras calmarte?

Pregunté levantándome y me redirigí a él, quitando su horrenda fedora y acomodando su linda corbata.

-No puedo, ¿qué tal si a tu madre no le agrada esto? ¿Y si tenemos que separarnos? No quiero volver a sufrir, no puedo verte lejos mío. Yo...

-Cállate, deja de ser tan pesimista.

Fruncí el ceño.

-¿Tu príncipe pesimista?

Una sonrisa ladeada apareció por su parte.

-¿Eso debería ser gracioso?

Pregunté apartándolo de mi frente mientras recogía mi celular del desorden de mi cama.

No dejábamos que alguna de las criadas quitara la suciedad o aunque sea, acomodara nuestra habitación ya que Harry, gustoso, se encargaba de aquéllo. Y no es que quisiera explotarlo pero a él le encantaba hacer ese trabajo.

-¿Qué hora es? ¿Ya es el momento? ¿Bajaremos? ¿Tu padre ya está aquí? Oh por Dios, Lou. Estoy muy nervioso, ¿es esto normal?

Tomé su suave y delicado rostro de porcelana entre mis grandes manos.

-Cállate, escúchame y cálmate. No somos dueños de sus opiniones o reacciones, no podemos elegir lo que ellos pensarán con respecto a nosotros. Todo está en manos del destino, yo sé que te amo y nada cambiará mi opinión.

Harry y yo habíamos organizado una cena en casa para que "la familia se conozca bien". Mi padre había llegado de Sheffield junto a las tías Georgia y Winda, la nana Tomlinson también estaba en casa y con ellos no estaba demás decir que nuestros amigos, madres y hermanas.

Sería una linda velada. O al menos eso esperábamos.

Habíamos optado por trajes para nuestra cena, era lo más correcto.

Besé la frente de mi novio y tomé su mano tratando de tranquilizarlo. Todo está bien e iba a estar mejor. Mucho mejor.

-¡La abuela está aquí, Lou! ¡Harry tienes que ver a mi nana! ¡Ven corre, corre!

Él me dedicó una linda e impecable sonrisa luego de que Phoebe lo arrastrara, literalmente, hasta la sala de estar. Negué feliz mientras me veía por última vez en el espejo.

-¡Lou!

Georgia exprimió mis mejillas, la amaba pero necesitaba que reprimiera sus necesidades.

Las preguntas, halagos, besos y abrazos nunca estaban demás en las reuniones familiares.

La cena era pollo relleno con mozzarella envuelto en jamón de Parma con una guarnición de puré casero. Una comida que realmente valía la pena disfrutar.

-¿Qué te depara del futuro luego de la graduación, Louis?

Preguntó Mark.

-Estudiaré ingeniería en electrónica en la universidad de Doncaster, rentaré un apartamento junto a Harry.

Tomé su mano bajo la mesa y él esbozo una sonrisa de intranquilidad mostrándome sus dientes con restos de comida que me hicieron reír.

-Con respecto a eso...

Él habló pero lo encontré muy nervioso así que me adelanté.

-Harry y yo estamos saliendo.

Largué, como si fuera tan fácil ver sus reacciones. Gemma y Anne sonrieron, al igual que nuestros amigos. Los cuatro lo habían tomado bastante bien y felices, jamás se opusieron.

Papá omitió comentario formando una sonrisa ladeada en su rostro sin dejar de comer, Georgia y Winda comenzaron a sonreír felizmente, Charlotte y Felicité parlotearon entre susurros y Phoebe me veía con el ceño fruncido y luego a Harry.

-Harry, tú eras mi novio.

Se expresó la pequeña con un toque de furia en su voz que logró alivianar el tema causando risa entre los presentes.

El resto de la reunión concluyó entre chistes y risas pero sin volver a tocar el tema anterior.

-¿Ellos lo tomaron mal, Lou?

Preguntó el rizado en un susurro.

-Deben adaptarse supongo que ya...

-Bien hijos, si ustedes se aman no hay porque atentar contra su felicidad.

Apoyó Mark con una sonrisa de comprensión en su rostro. Harry se aferró aún más a mí, brindandome caricias con su mano. Todos tenían expresiones felices en su rostro, todos menos la persona más importante.

Mamá no se veía ni feliz ni complacida, tampoco se veía triste ni avergonzada, sólo no podía ver ni sentir como estaba ella en este preciso momento.

La familia se retiró. Se hubiesen quedado como huéspedes pero como Sheffield estaba cerca, papá decidió conducir.

Los habitantes del hogar dormían pero yo no lograba conciliar el sueño, me deshice del agarre de mi novio y caminé escaleras abajo hasta la cocina. La luz central llamó mi atención, mamá estaba junto al desayunador bebiendo una taza de té.

-¿No puedes dormir?

Preguntó al verme entrar.

-Veo que tu tampoco, mamá.

-Es duro.

-¿Qué?

No estaba desentendido, sabía a que se refería.

-Siempre creí que traerías a la cena familiar a una linda chica, de bellas curvas y rubia, pero bueno. ¿Eres feliz?

-Él me ha hecho más feliz que nada en la vida, mamá.

-¿Qué hay de tus planes en la Universidad de Manchester?

-Considerando que Harry hasta el año siguiente seguirá en la secundaria me quedaré aquí por un tiempo, tal vez dentro de dos años pueda plantearmelo.

-Estamos a una hora de Manchester.

-Eso no es importante. Mi familia, mis amigos y mi vida está en Doncaster. No los abandonaré por los estudios.

-¿Dejarás atrás tus sueños?

-Mi único sueño, por ahora, es ser feliz con Harry y poder estar junto a ustedes, las personas que amo. Mi familia.

Mamá se inundó en lágrimas y me extendió los brazos para poder fundirnos en un hermoso abrazo.

They just fell in love » Larry Stylinson - 1ra parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora