Lovebug.

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22.

-Los días de campo no me gustan.

Espetó Phoebe con un puchero sobre sus labios mientras yo la cargaba.

-¿Y por qué no, princesa?

Le pregunté acomodando su vestido mientras su hermano mayor se nos unía.

-Porque no. Son feos.

-Porque no, no es una respuesta, cariño.

Respondió Louis.

-Tampoco es respuesta que hayas robado mi novio.

Frunció aún más el ceño y se cruzó de brazos, reí divertidamente junto a Louis. Muy inteligente para sus cortos seis años.

-¿No crees que Harry es muy grande para ti? Debes conseguir un niño de tu edad pero cuando tengas 80 años, ¿si? Ve a jugar.

Él la empujó levemente alentándola a que corriera a los juegos de la plaza, era un hermoso día.

La primavera era mi estación favorita, los pájaros cantarines, el sol, el aroma y la mejor parte, el color de las flores.

Louis apoyó su espalda sobre un viejo roble mientras me incitaba a apoyar mi cabeza sobre su regazo.

-Quién lo imaginaría, ¿no?

Largó.

-¿Qué?

-Estar así, aquí. ¿Recuerdas cuando me odiabas?

-Jamás te odié. Solo me daba impotencia tu idiotez.

-Touché.

Relajación era lo que todos necesitábamos, al caer la noche, una buena ducha había sido mi mejor amiga.

-Arréglate que nos iremos.

-¿Ahora? Es muy tarde y estoy cansado, Lou.

-Arréglate. Nos iremos.

Dijo con un toque de rudeza en su voz, bien, ¿qué mierda sucedía aquí?

Cogí unos pantalones y una camisa, ¿para qué tanto arreglo y misterio?

-Listo.

Avisé desganado apareciendo en la puerta del baño mientras veía que Louis acomodaba su cabello.

-Esperame en el auto, voy en dos segundos.

-¿Me dices que te sucede?

-Joder Harry, solo ve. No te diré nada.

-¿Qué tal si tratas de secuestrarme?

-¿Desconfías de mi?

Caminé hasta la puerta de salida y me senté, el aroma de este sitio me volvía loco. Era muy Louis, muy su aroma, muy su estilo, muy él.

-Quiero que no preguntes nada hasta que lleguemos, es sorpresa, ¿bien?

Sonreí mientras besaba su mejilla. Louis condujo durante unos 15 minutos y aparcó a unas cuatro calles de la escuela. Tomó mi mano y corrimos dentro de un edificio.

-¿Esto no cuenta como vandalismo?

Pregunté asustado y desconfiando de las acciones de Louis.

Entramos en un apartamento, muy bonito por cierto.

-Bienvenido a la sorpresa.

Mantenía un ambiente contemporáneo, muy bien cuidado, olía bien y estaba en perfecto estado. Lo único que desencajaba horriblemente, era el cenicero sobre la mesa ratón central.

They just fell in love » Larry Stylinson - 1ra parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora