Quien no arriesga no gana

Presentación

Estaba en medio del jardín, estaba en la casa, era increíble, no me lo podía creer, hasta hace cuarenta minutos pensaba que no entraría jamás y mírame ahora. Naranjita la iba a liar en la casa, iba a disfrutar al máximo de mi sueño, lo tenía claro. 

En el salón había seis personas, entre las que distinguí a Miguel, a Álvaro y a Noelia, luego había un chico medio desnudo, iba en calzoncillos y su cara estaba tapada por una máscara, a su lado otras dos chicas muy monas, una rubia con ojazos y otra morena con unas piernas de escándalo. 

¿Qué debía hacer? Supuse que tenía que acercarme, atravesé el jardín con mis tacones de aguja como pude. La verdad no fue fácil, los nervios y las puñeteras piedras que habían, me entorpecieron el camino.

 Para cuando conseguí llegar al salón ya se habían levantado todos, uno a uno los fuí saludando, el chico medio desnudo se llamaba Pol, de cara no era muy guapo, aunque, al no llevar camiseta dejaba al aire unos músculos muy apetecibles. La chica rubia era Meritxell y la morena Laura, las dos eran  muy guapas pero se notaba que Meri le hacía sombra. Cuando fui a saludar a Miguel y a Alvaro hice como si jamás les hubiese visto, les pregunté sus nombres y edades, aunque ya las conociera. Y por último estaba Noelia, el chico del pasillo me dijo que hiciese como que no la conocía, pero... ¿Acaso sabía ella también que debía actuar? ¿Se lo habrían dicho a ella también? Deje que ella diese el primer paso. Se acercó, me dio 2 besos y por lo que pude intuir le habían dicho lo mismo que a mi. 

-Sentaos en el sofá del salón por favor -nos pidió el Súper

No tardaron el llegar otros dos chicos gaditanos, uno de rasgos Africanos y piel oscura llamado Kris ysu amigo Fernando, rubio, de ojos azules turquesa. Eran totalmente opuestos en el físico, pero tan solo dos minutos me hicieron falta para darme cuenta de que eran igual de dicharacheros. 

El súper nos volvió a decir que nos sentásemos. Poco a poco íbamos hablando y empezamos a conocernos. Sabía que todo lo que me contasen iban a tener que repetírmelo más tarde porque, si ya era despistada, imagínate en ese estado de nervios, pero a pesar de ello pude recabar un poco de información de cada uno.

 Kris: 25 años, de Cádiz, informático, por sus gestos y miradas supuse que era un mujeriego  que intentaba aparentar lo que no es. 

Fernando: 26 años, de Cádiz también, autónomo, con su propia empresa de surf, parecía majo pero medió la impresión de que tenía un fondo oscuro. 

Meri y Laura: 20 años, de Barcelona, estudiantes de enfermería y odontología respectivamente,ambas solteras, me parecieron majas.

Pol: 22 años, de Barcelona también, luchador profesional, por eso el ir medio desnudo, ese era su uniforme de trabajo, parecía el típico creído que en el fondo tenía buen corazón.

Hice muy buenas migas con todos y aunque sabía que la paz no duraría para siempre, sería bueno tener unos cimientos.Aunque todos me cayeron bien con quien más conexión tuve fue con Miguel, era alocado como yo,pero a la vez tenía esa sensatez que consigues con los años y que por eso yo carecía de ella, me recordaba a una figura paterna, sí, esa que no tuve en mi infancia. 

Al cabo de diez minutos volvieron a aparecer dos chicas. Estaban llenas de polvos de colores por lo que las salude de lejos, no quería mancharme el vestido.

 Nos quedamos todos de pie y volvimos a presentarnos de uno a uno para que las nuevas nos conocieran. 

-Bueno, yo soy Clara, tengo 22 años y soy madrileña -dijo la chica de la derecha que fácilmente me sacaba tres cabezas

-Soy comercial y como podéis ver, soy muy grande, pero tanto por fuera como por dentro -continuódiciendo. 

Tenía ese punto de grosería, pero a la vez parecía simpática. De aspecto era guapilla, excesivamente alta para mi gusto, y si encima se ponía unos tacones nos sacaba a todos un par de cabezas, eso sí, su pelo castaño estaba muy bien cuidado, que de eso yo sí que sabía bastante.