Insostenible

1K 30 5
                                    

Había pasado un mes desde que mi vida había mejorado notablemente, 30 días, 720 horas, 43.200 minutos a su lado.

La noche anterior habíamos dormido pegados como siameses mientras él me acariciaba cada rincón de mi cuerpo como hacía siempre. Esa mañana separé mis pestañas y parpadeé un par de veces antes de recobrar el sentido y darme cuenta de quien se encontraba a mi lado.

A poca distancia sentado junto a mi Rodri vestía un suéter azul y unos vaqueros oscuros mientras sujetaba un cuenco lleno de naranjas en su interior.

-Feliz primer mes -me susurró al odio en cuanto pude abrir mis ojos.

Miré a ambos lados en busca de actividad humana sin encontrar a nadie, le dispuse la mano tras su

cuello y le hice acostarse encima de mi cuerpo mientras yo le besaba toda la cara. -Eres un moñas -le confesé

-Solo un poco.

-Me gusta -volví a besarle.

Agarré el cuenco lleno de naranjas y y pude ver que en cada una de ellas había un mensaje escrito.

"Me enseñaste a no juzgar sin conocer" "Me llenas los días con tu alegría" "Nunca cambies, te quiero"

Fueron algunas de las múltiples frases de amor que decoraban la naranja piel de la fruta. -Ahora me siento mal -le expliqué convincente

-¿Por qué? -se separó de mi cara y apoyó las manos a ambos lados de mi cuerpo

-Yo no tengo nada planeado -mentí

-Tú si que eres tonta -se empezó a reír a carcajadas -No tienes que hacerme nada -agarro mi cara y la acercó a la suya.

-¡Chicos! -gritó Adara tan inoportuna como siempre desde la puerta -Os estamos esperando 

-¿Esperando?, ¿Ocurre algo? -preguntó a la vez que giraba su cabeza para poder verla.

 -Reparto de tareas -anunció sin percatarse de nuestra cercanía.

-Ahora vamos -respondió él.

En cuanto la chica de cabello oscuro se alejó de la habitación Rodri remojó sus labios con mi saliva hasta que estuvieron totalmente empapados. Tras un mes todavía me era extraño que pasase algo semejante, no entendía muy bien el porqué de su repentino cambio de actitud y eso me hacía dudar de sus verdaderos sentimientos. Cada día era diferente con él, sus acciones era muy cambiantes, podía ser una persona cercana por la mañana y la más distante al acabar el día, eso me hizo que supusiese que dudaba y que no tenía claro nuestro futuro. Pero eso no me hizo desanimarme, gracias a ello conseguí ponerme una meta, definir un final al que debería intentar llegar, quería conseguir enamorarlo de mi, conseguir eliminar toda duda que tuviese, quería hacerlo, pero mi plan tenía fecha límite, el programa terminaría pronto y no sabía cuánto tiempo tendría para conseguirlo antes de que alguno de los dos fuésemos expulsados por la audiencia.

Al salir pudimos ver como todos los pocos compañeros que quedaban se encontraban sentados en el sofá frente al televisor. Únicamente éramos seis personas en la que a simple vista podía parecer una casa gigante, pero la que cada día se hacía más y más pequeña. Me hubiese gustado llegar a esa etapa del programa con otras personas, pero tampoco era la peor situación que podía vivir, tenía a Rodri y a Miguel que eran las dos persona más importantes ahí dentro y la compañía de Alain, Adara y Meri no era del todo la peor aunque habitualmente tuviese continuas peleas con las únicas mujeres que quedaban.

-Bueno, con vuestra llegada ya podemos repartirnos el trabajo -anunció Meri que se encontraba sentada junto al chico con el que había tenido un pequeño acercamiento, Alain.

Quien no arriesga no ganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora