Amenaza

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Regina había querido quedarse con Emma los dos días siguientes. Neal, cosa extraña, no había vuelto a dar señales de vida y eso asustaba más a Emma que el hecho de ser perseguida día y noche.

Regina había intentado tranquilizarla, pero Emma estaba de los nervios. Solo con los calmantes, prescritos por el médico, mantenía la calma, sobre todo delante de Henry.

«Mamá, ¿ya no vas a clase?»

«No, yo...prefiero descansar, y además Ruby me traerá los apuntes»

«Oh...¿Y yo?»

«Las vacaciones serán en tres días, he llamado al colegio para avisarlos»

«Haces esto a causa de mi padre, ¿no?»

«Henry...Sencillamente tengo miedo de que te arranque de mí»

«Pero no quiero ir con él, estoy bien contigo y con Regina»

«Lo sé, pero tu padre...En fin, ya veremos»

«La comida está lista» dijo Regina saliendo de la cocina y quitándose el delantal.

«No sé lo que haría sin ti» le dijo ella besándola en el cuello mientras la ayudaba a quitarse el delantal.

«Oh, sí, estarías muerta de hambre...y tu hijo obeso obligado a comer pizzas y platos preparados»

«¡Qué magnifica visión tienes de nosotros! ¡Encantadora!»

Y cuando estaban sentados a la mesa, tocaron a la puerta.

«Deja, yo voy» respondió Regina levantándose. Cuando abrió la puerta, una mujer rubia estaba en el umbral «¿Sí?»

«¿Estoy en la casa de la señorita Emma Swan?»

«Sí»

«Tenga, es para usted»

Ella le tendió un sobre marrón antes de marcharse.

«Espere, ¿qué es esto?»

La joven se dio la vuelta y con aire altanero respondió

«Es una citación de comparecencia»

Tras esas palabras, se marchó, dejando a Regina, estupefacta, en el umbral de la puerta.

«¿Quién era?» preguntó Emma aún sentada a la mesa. Regina cerró la puerta y, con la carta en la mano, caminó hacia la mesa y le tendió el sobre a Emma «Es...una citación de comparecencia»

Emma desorbitó los ojos e intercambió una mirada de sorpresa con Regina.

«¿Qué es una...citación a desaparecer?»

«Comparecencia, cariño, comparecencia. Henry, ve a tu cuarto un momento, tengo que hablar con Regina»

Henry sabía que su madre actuaba raro últimamente, así que ni se tomó la molestia en replicar, y obedeció.

«¿Esto qué quiere decir?»

«Ábrelo, y veremos»

«Diez contra uno que tiene relación con Neal»

«Abre»

Emma obedeció y abrió el sobre en donde había algunos documentos. Ella los recorrió rápidamente con la mirada antes de caer sobre las palabras claves que hicieron aparecer lágrimas en sus ojos.

«¿Emma? Emma, ¿qué ocurre?»

«Pide la custodia...»

«¡Qué!»

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