Diploma

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«¡Estoy ridícula, de verdad!»

«Que no, estás magnífica, el rojo te siente super bien» dijo Ruby

«Esta toga es una tradición anticuada»

«¿Desde cuándo eres una experta en moda? ¡Tú, que te paseas por ahí con una chaqueta de cuero roja y tus botas de senderismo!» dijo divertida Ruby «Venga, póntela y date prisa. Realmente no me apetece llegar tarde a la ceremonia. Por cierto...¿Estará Regina?»

«Evidentemente, es una profesora»

«No, quiero decir, ¿estará como profesora en el estrado o como novia en el público? Ya que presentó su dimisión al acabar el curso»

«No lo sé. Creo que no quiere mostrarse como compañera y no me causa ningún problema»

«Menos mal que ese abogado de mierda no tuvo la mala idea de desvelar en la facultad vuestra historia. Al final no era tan idiota...»

«Solo un poco...»

«Sí, pero Henry no va a sentarse solo»

«Y le doy las gracias a tu abuela por pegarse de esa manera. Venga, ayúdame a ponerme esta cosa horrible. Parece un saco de patatas de color. No comprendo que este tipo de cosas guste»

«Eso es porque eres la más vieja»

«¡Cierra el pico Rub's!»

«Echaba de menos esto. Pasabas todo tu tiempo libre con Regina últimamente»

«Lo sé, y lo siento, pero...¿Qué puedo decir en mi defensa? Es Regina Mills»

«Y creo que para mí es suficiente con eso. Venga, confiesa, es una bomba en la cama, ¿eh?»

«Rubyyyyyyyyyyy...»

«¡Hey! Me lo habías prometido y no he obtenido nada»

«Te he hecho testigo de mi matrimonio»

«Sí, ok, un punto...Pero no me olvido del asunto»

«Eres de lo que no hay»

«Y tú una enamorada. ¿Hace cuánto que no la ves?»

«Poco más de una semana. Ha hecho bastantes idas y venidas entre Boston y Storybrooke para preparar las elecciones. Y ya que ya no es profe desde el final de las clases, dos semanas...No la veo ni en casa, ni en la facultad»

«¡Hey, no te deprimas, hoy debe ser el día más glorioso de nuestros años en la facultad!»

«Hey, chicas, ¡mirad que chico tan guapo!» Graham entró en la habitación, luciendo su toga y su birrete.

«Graham...Eres idiota» dijo Ruby con expresión desganada.

Él avanzó y tomó a las dos chicas por los hombros

«Venga, ¡el día de gloria ha llegado! ¡Al fin hemos terminado la carrera! ¡A nosotros la liberta!»

«Eres infantil, ¡crece un poco!» gruñó Ruby «En fin, será nuestro día de gloria si Emma decide vestirse»

«Ok, ok, ya voy» rezongó la joven batallando con su toga


Emma estaba de los nervios, sí, podía confirmarlo. Hacía buen tiempo, soplaba una ligera brisa muy agradable. Se había levantado y decorado un estrado, con un palco con los colores de la facultad. Centenares de sillas acogían a los familiares y amigos de los licenciados, esperando febrilmente y con cierta emoción que a su compañero, hermano, hermana, amigo se les entregara su título. Años de trabajo recompensados en un solo día.

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