Desaparición

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Emma estaba loca, literalmente. Regina, aunque había intentado tranquilizarla diciéndole que seguramente había una explicación, ella misma no estaba segura de creerlo.

Ya hacía una hora que Henry debería haber vuelto a casa.

En ese momento preciso, Emma se maldijo por no haberle comprado un teléfono móvil para poder ponerse en contacto en cualquier momento.

«Emma...»

«No me digas que me calme, por favor. Henry nunca se ha retrasado en su vida. Si al menos el chofer del autobús estuviera seguro de haberlo visto subir...¿Y si al final Neal ha perdido los papeles?»

«No digas tonterías. Neal no es un genio, vale, pero está lejos de ser estúpido hasta el punto de llevarse a su hijo a pocos días del veredicto. Después de todos los procesos que ha abierto, no sería tan idiota para arriesgarse a perderlo todo»

«¿Y si han pasado la frontera? ¿Y si ahora se encuentran en México o Canadá?»

«No creo que haya arrastrado a Henry en tal viaje»

«Entonces, ¿qué? ¿Henry se ha fugado?»

«...»

Emma se dejó caer en una silla, asolada

«¿Por qué haría eso...? ¿Acaso...acaso crees que esté harto de todo esto? ¿De esta guerra entre su padre y yo?»

«Quizás. No se puede saber que pasa por la cabeza de un niño de diez años»

«Pero, ¿por qué? Quiero decir, si habíamos hablado...»

«Quizás haya tenido miedo de verse separado de ti, de tener que elegir un campo»

«...»

«Emma, no te inquietes, él es inteligente. Seguramente necesita coger aire, reflexionar un poco. No va a marcharse así como así»

«Tú misma lo has dicho: no se puede saber lo que pasa en su cabeza infantil...Y si Neal se entera...si piensa que Henry ha huido de mí. Eso le daría una buena excusa y prueba suficiente para poner fin a todo y llevárselo definitivamente»

«Emma, deja de torturarte. Es por ese comportamiento que Henry...»

«¿No me vas a decir que es por mi culpa que se ha marchado, espero?»

«No me levantes el tono, por favor» entonces Emma suspiró «¡Y tampoco suspires revirando los ojos!» Emma la miró, Regina estaba de pie y con tono autoritario, antes de echarse a reír «¿Te causo risa?»

«No, no es eso...Creo...creo que es el estrés y el cansancio, todo se mezcla un poco en mi cabeza, además tu cara de profesora estricta y autoritaria. No había vuelto a sentir ese tipo de mirada en mí desde mi profesora del instituto cuando me sorprendió con un chico tras los baños besándonos»

«Encantador»

Emma perdió su sonrisa

«Deberíamos llamar a la policía, ¿no crees?»

«Si solo ha sido para refrescarse la cabeza, volverá antes de la noche, no alarmemos a nadie, y mucho menos a Neal y a su abogado»

«¿Y si es un secuestro? ¡El mínimo minuto cuenta! ¿Crees que deberíamos buscar por la ciudad?»

«¿Boston? ¿Por qué barrio quieres comenzar?» dijo divertida

Emma miró una vez más su reloj: casi dos horas desde la desaparición de Henry. Si Neal se enterara, podría definitivamente obtener la custodia de su hijo alegando que el niño ha sido puesto en peligro y que es incapaz de ocuparse de él.

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