Los Niñeros [EDITANDO]

Viaje

Narrador Omnisciente

Ambos mellizos se encontraban confundidos e inquietos al encontrarse encerrados en la cajuela de un auto aparentemente grande.

Flashback

Todos estaban comiendo tranquilamente en la sala, los mellizos comían con los padres de los sextillizos ya que no podían caber donde ellos.

— Por cierto, chicos— empezó hablar ________. — ¿Qué piensan hacer el día de navidad? Solo estamos a tres días

Los chicos se miraron entre sí, nunca habían hecho nada además de arruinar las navidades de los demás por no tener con quien pasarla, pero ahora era diferente y obviamente no se iban a comportar de esa manera frente a la única chica que los ha tomado en cuenta "muy a parte de Totoko".

— ¡¡Vamos a atrapar a santa!!— exclamó Jyushimatsu con mucha alegría.

— ¿Ehh?— ________ lo miró sorprendida, "Pero se supone que santa no existe".

— Yo creía que santa no existe, nos lo dijo nuestros padres— dijo Brian al ver el entusiasmo del mayor.

— ¡Si existe!— reprochó el de sudadera amarilla.

_______ sonrió al ver como el más infantil de sus niñeros se aferraba a la existencia de Santa, era algo lindo y tierno a su punto de vista.

El desayuno pasaba tranquilamente hasta que se escuchó un estruendo en la entrada sobresaltando a todos y, en un abrir y cerrar de ojos, una gran cantidad de personas con banderines en sus cabezas y uniforme entraron a la sala inmovilizando a los sextillizos mientras otro grupo se llevaba a los mellizos y les inyectaban algo que los durmió casi al instante.

Fin del Flashback

— ¿Para qué nos querrá nuestro primo? No hemos hecho nada malo hasta ahora— susurraba _______ mientras intentaba acomodarse en aquél estrecho lugar. — Ugh... Incluso nos ataron como si fuéramos rehenes— murmuró irritada.

— Oye, no te muevas tanto que me estás pateando— se quejó Brian. — Además, ¿Esto no es algo extremista?

— ¡Hey! ¡Sentí algo moviéndose!— _______ ignoró por completo a Brian.

— Esa es mi mano...

— ¿Y esto?

— Mi cuello... ¿Cómo llegaste hasta mi cuello?— cuestionó.

— ... ¿Y esto?

— Mi espalda— suspiró. — Es enserio, ¿Qué es lo que intentas ha-?

— ¿Y si hago esto?

— ¡No toques ahí!

Después de un rato el coche se detuvo alertando un poco a los mellizos, quienes al ver que la cajuela se estaba abriendo fingieron estar dormidos.

Mientras tanto, los sirvientes luego de cargar a los menores hasta lo más alto de la torre los sentaron en un sofá y después encendieron la gran pantalla.

— ¿Niños?— aquella voz los hizo abrir los ojos de golpe mirando con sorpresa a la pantalla. — ¿Por qué están atados?— los miró confundida.

— ¡¿Mamá?!— fue lo primero que dijeron ambos mirándose luego entre sí.

— Ah pues... Estábamos comiendo cuando los sirvientes de nuestro primo gentilmente nos trajeron hasta acá, envolviéndonos con las sogas como si fuera lo más normal del mundo— respondió Brian para luego mirar a su hermana.